Robert Palmer, el elegante estilista del pop
Robert Palmer, cantante brit¨¢nico, falleci¨® en Par¨ªs, a los 54 a?os de edad, v¨ªctima de un ataque al coraz¨®n. Robert Palmer se encontraba en viaje de placer junto con su compa?era sentimental, Mary Ambrose. Perteneciente a la escuela de los vocalistas que se forjaron en los sudores del soul, Palmer demostr¨® a lo largo de treinta a?os de discos bajo su nombre una notable habilidad para seleccionar canciones y renovar su sonido.
Nacido en Batley, Yorkshire, el 19 de enero de 1949, Palmer creci¨® en Malta y en bases del Ejercito brit¨¢nico. El descubrimiento de la m¨²sica negra le hizo abandonar sus estudios de dise?o y ponerse al frente de bandas de prestigio: el Alan Bown Set, DaDa y Vinegar Joe. Este ¨²ltimo grupo, donde compart¨ªa tareas vocales con Elkie Brooks, grababa para Island. El director de la compa?¨ªa, Chris Blackwell, compart¨ªa gustos musicales -y un cierto sentido de extra?amiento, al haber crecido en otra isla, Jamaica- con Robert y juntos planearon su carrera en solitario.
La imagen desarrollada por Palmer era la de un playboy internacional, siempre cool y siempre rodeado de bellas con poca ropa. La m¨²sica elegida era el funk estilizado de Nueva Orleans (los Meters le acompa?aban en Sneakin' Sally through the alley, 1974) o Los ?ngeles (Little Feat tocaba en Pressure drop, 1975). El t¨ªtulo de su tercer disco, en 1975, era revelador: Some people can do what they like (Algunas personas pueden hacer lo que les apetece). Sin embargo, en posteriores trabajos se apreciaba una huida de las aventuras musicol¨®gicas en b¨²squeda de lo comercial, alternando entre el reggae y los gui?os a la disco music. De Double fun (1978) surgi¨® el ¨¦xito Every kinda people; Secrets (1879) se vendi¨® gracias a Bad case of lovin' you (doctor, doctor).
En 1980, Palmer se subi¨® a la ola del techno pop. De Clues salieron las popular¨ªsimas Johnny and Mary y Looking for clues. Lanz¨® un disco en directo (Maybe it's live, 1982) y se autoprodujo Pride (1883). Sus querencias rockeras le llevaron a integrarse en el supergrupo Power Station, con dos miembros de Duran Duran y el baterista de Chic, Tony Thompson. El impacto del proyecto -con temas calientes como Some like it hot o Get it on- le oblig¨® a elegir entre seguir con Power Station o retomar su carrera.
Eligi¨® lo segundo y acert¨®. Como Power Station, Riptide (1985) cultivaba el territorio del funk-rock -el productor era Bernard Edwards, de Chic- y conten¨ªa Addicted to love. El v¨ªdeo correspondiente, realizado por Terence Donovan, reafirmaba la imagen de Palmer como "el hombre con poder sobre las mujeres": le presentaba al frente de un batall¨®n de lobotomizadas modelos que pretend¨ªan tocar instrumentos. En realidad, Palmer era un hombre de familia que, con el ¨¦xito, se exili¨® a Suiza para huir de los impuestos brit¨¢nicos.
Despu¨¦s de Heavy nova (1988), con Simply irresistible, y Don't explain (1990), con su homenaje a Marvin Gaye, se tom¨® una pausa para reinventarse. En Ridin' high, de 1992, cantaba con una big band el cancionero cl¨¢sico estadounidense, una ocurrencia econ¨®micamente imposible. Continu¨® sacando discos de capricho como Honey (1994), Woke up laughing (1998) o Rhythm & blues (1999), que ten¨ªan que competir en las tiendas con las inevitables colecciones de grandes ¨¦xitos, problema al que se enfrentaron muchos compa?eros de generaci¨®n. El encogimiento de su p¨²blico no le desvi¨® de su f¨®rmula: canciones excepcionales interpretadas con mimo y reunidas en discos que revelaban su amor por la m¨²sica.
A pesar de que el 23-F le sorprendi¨® grabando un programa en Prado del Rey y se llev¨® lo que describ¨ªa como "el mayor susto de mi vida", Robert Palmer visit¨® Espa?a con regularidad, para actuar o promocionar sus lanzamientos.-
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