La cruzada

Los ciudadanos en general necesitan creer que nuestras instituciones funcionan como se espera de un Estado democr¨¢tico. Sin embargo, acontecimientos recientes y menos recientes han puesto y siguen poniendo en tela de juicio su correcto funcionamiento. El fracaso de la Administraci¨®n de Justicia en el caso de Roc¨ªo Wanninkhof, el goteo de fugas de delincuentes mezclados con el narcotr¨¢fico y el de ni?os como el asesino de la catana el pasado jueves -capturado horas despu¨¦s- son algunos ejemplos. Pues bien, cuando se conocen hechos de una gravedad que ense?a a las claras que nuestra Administraci¨®n se equivoca sin parar y, en lugar de asumir esta ineficacia por el Gobierno de la naci¨®n, de Aznar, se escucha al ministro Michavila responsabilizando a Andaluc¨ªa de todos los males, hay que echarse a temblar.

Hay que echarse a temblar porque no cabe pensar que el ministro no sepa lo que dice. El ministro sabe que la Justicia es competencia del Estado. Sabe que la Guardia Civil y la Polic¨ªa Nacional dependen del Gobierno casi tanto como el fiscal Cardenal. De ah¨ª que sus declaraciones insistiendo en que "no es casualidad que el caso Wanninkhof haya ocurrido en Andaluc¨ªa" no puedan ser fruto del desconocimiento. Razonablemente tienen que responder a una estrategia. Una estrategia dirigida contra el Gobierno de Andaluc¨ªa para que el PSOE pierda las pr¨®ximas elecciones.

Si es as¨ª, y nada hace pensar lo contrario despu¨¦s de usar el m¨¦todo de la mentira para justificar la guerra contra Irak y el desastre del Prestige, nos vamos a encontrar la misma cruzada para tomar Andaluc¨ªa. Ante una situaci¨®n as¨ª, en la que las mentiras sirven a esta cruzada, son bienvenidas las declaraciones del teniente fiscal de M¨¢laga y las del presidente de la Audiencia de Sevilla, intentando que a los andaluces se les respete con la verdad y calificando de lamentables las declaraciones del ministro. Claro que tampoco estar¨ªa de m¨¢s que el presidente y el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, que todos los a?os emiten su Memoria ante el CGPJ, hablaran. Si lo hacen en el Parlamento de Andaluc¨ªa, con mayor o id¨¦ntica raz¨®n, deber¨ªan hacerlo cuando es a los andaluces a quienes se les miente. No es cuesti¨®n pol¨ªtica. Es cuesti¨®n de respeto. El silencio, en esta ocasi¨®n, s¨®lo puede favorecer la mentira y la cruzada.