La madurez del inventor de jugadas
Un Aimar m¨¢s sereno y conocedor del entorno se mide en su mejor momento al Madrid
Lo mismo le resbalan las cr¨ªticas que los elogios. Su filosof¨ªa no var¨ªa: "Ni me tiro a la v¨ªa cuando las cosas van mal ni me subo a una nube cuando van bien". Pablo Aimar (R¨ªo Cuarto, Argentina; 1979) sigue siendo el mismo. El mismo chico reservado, sensible y maduro que aterriz¨® en el Valencia en diciembre de 2000 procedente del River Plate, que cobr¨® por el traspaso cerca de 24 millones de euros. El mismo futbolista imprevisible por el que vale la pena, como dijo Maradona, pagar el precio de la entrada. La de esta noche, por ejemplo, ante el Madrid. Pero con una diferencia. A punto de cumplir su tercer a?o en Espa?a, Aimar conoce el entorno perfectamente: la prensa, la grada, los compa?eros, los t¨¦cnicos y los rivales. Sabe todo lo necesario para sacar lustre a sus prodigiosas condiciones, que ya sobresalieron a sus 17 a?os, cuando fue campe¨®n del mundo sub 20 en Malaisia 97.
Durante un par de cursos, Aimar ha aguantado estoicamente los palos de parte de la prensa, que lo tild¨® de artista de sal¨®n. Ni una vez se le oy¨® quejarse. Y s¨®lo ahora, despu¨¦s de exhibirse el s¨¢bado pasado ante el Atl¨¦tico, en el Calder¨®n, con tres pases de gol, hay unanimidad sobre su val¨ªa.
?Tanto ha evolucionado? "Se ha enriquecido", dice su entrenador, Rafa Ben¨ªtez. "Como es inteligente, ha entendido que, por nuestro sistema de juego, deb¨ªa buscar m¨¢s la porter¨ªa. Mejorar la finalizaci¨®n. Y, puesto que t¨¦cnicamente es tan bueno, incluso de cabeza, lo est¨¢ consiguiendo", a?ade.
Su generosidad en el campo procede de los consejos de su padre, Ricardo, empleado de Hacienda m¨¢s de 25 a?os y tambi¨¦n preparador: "Me dijo que, si los dem¨¢s corr¨ªan, ?c¨®mo no iba a correr yo? Los jugadores t¨¦cnicos tambi¨¦n pueden correr y a?adir a eso su calidad".
Pero tanta generosidad lleg¨® a generarle un conflicto con Ben¨ªtez. "?Chuta, chuta, chuta!", le ha repetido ¨¦ste en los ¨²ltimos meses. As¨ª que ante el Valladolid, en el estreno liguero, se pas¨® la noche disparando a gol... hasta que marc¨®. En la campa?a pasada logr¨® ocho tantos. Una cifra considerada insuficiente por el t¨¦cnico y el propio jugador, sobre todo debido a su condici¨®n de segundo delantero, por detr¨¢s del ¨²nico punta. Una posici¨®n a la que ha debido adaptarse en perjuicio de su preferida de media punta, con dos delanteros por delante.
Comparado con los grandes 10, no tiene la potencia de Ronaldinho ni la contundencia de Zidane, su ¨ªdolo, pero comparte la inacabable capacidad para inventar jugadas. A eso agrega un cuerpo tan liviano que parece que vaya a levitar.
Contrarresta su aparente fragilidad -1,70 metros y 62 kilos- con la velocidad de sus primeros metros: "As¨ª sac¨® un tiempito a los rivales".
Aimar disfruta de una educaci¨®n de cierta solidez. Habr¨ªa querido cursar contabilidad en la universidad de no haber empezado en el River tan temprano, a los 14. "Mis padres no nos van a querer menos a m¨ª y a mi hermano [Andr¨¦s, que est¨¢ en el River] porque juguemos mal un partido o a mi hermana, que estudia microbiolog¨ªa, porque haya rendido mal en una materia".
Pocas horas despu¨¦s de su paso por el Calder¨®n, los intermediarios preguntaban por el nombre de su representante: Gustavo Mascardi, el mismo que ha forzado esta semana el incremento del contrato de Ayala. Claro que Aimar le desautoriz¨® el a?o pasado cuando asegur¨® que el chico ped¨ªa m¨¢s dinero. "Estoy contento con lo que gano", zanj¨®. Su contrato termina en 2008.
En la era de los jugadores medi¨¢ticos, el Valencia se ha dado cuenta de que Aimar puede ser uno de ellos. Tiene el talento, la cara de ¨¢ngel y el origen en uno de los pa¨ªses m¨¢s futbol¨ªsticos: Argentina. "Por su f¨ªsico, les gusta igual a las ni?as, a los ni?os, a las madres y a los padres", dicen en el departamento comercial de Mestalla, que edit¨® un calendario de 3.000 unidades con su imagen y se agot¨® al poco de salir. El club negocia ahora la llegada de un centenar de aficionados japoneses para reunirse media hora con el crack. Es en Jap¨®n y, l¨®gicamente, en Argentina donde m¨¢s furor causa su aspecto de querub¨ªn. La hinchada argentina lo ha elegido, en una encuesta de hace dos semanas en el diario Clar¨ªn, el actual mejor futbolista del pa¨ªs.
Su car¨¢cter introvertido fuera del terreno -apenas se le oye cuando habla y camina deprisa por los aeropuertos para evitar ser reconocido- contrasta con su personalidad dentro. Nunca se esconde. Es la referencia constante de sus compa?eros. "Sabe lo que se espera de ¨¦l", resume Ben¨ªtez. Y parece m¨¢s c¨®modo en la compa?¨ªa del delantero Oliveira, as¨ª como junto a Mista y S¨¢nchez. Precisamente, S¨¢nchez no lo duda: "Pablo ha mejorado bastante. Tiene m¨¢s confianza y conoce ya a todo el mundo". Pero, sobre todo, parece haberse librado de la incompatibilidad que sufr¨ªa con Carew, cedido al Roma. Eran dos polos que se repel¨ªan. Tiraba Aimar una pared y Carew le devolv¨ªa un muro.
Pese a su enorme timidez, Aimar aspira a ser alg¨²n d¨ªa el n¨²mero uno. Lo reconoce. Pero a continuaci¨®n advierte de que le queda una larga lista de defectos por corregir. Aunque ya sean menos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.