Hipocres¨ªa y desarrollo
El autor analiza el enfrentamiento entre pa¨ªses en el seno de la OMC, y c¨®mo la agricultura ha sido de nuevo el principal escollo en las negociaciones de Canc¨²n para la liberalizaci¨®n del comercio mundial.
He sido testigo, como ya lo fui en Doha, del desarrollo de los trabajos de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) en su reciente ronda de liberalizaci¨®n del comercio internacional. La V Conferencia Interministerial de Canc¨²n ha vuelto a enfocar hacia la agricultura como el principal escollo de las negociaciones, cre¨¢ndose una aparente discusi¨®n bipolar entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres versus pa¨ªses proteccionistas frente a pa¨ªses liberalizadores.
A diferencia de Doha, cuya Conferencia se celebr¨® muy pocas semanas despu¨¦s de los atentados del 11 de septiembre, y que influyeron de manera determinante en la necesidad de aprobar una declaraci¨®n un¨¢nime, Canc¨²n ha mostrado algunas diferencias de fondo sobre el habitual enfrentamiento comercial.
La reconversi¨®n del proteccionismo provocar¨¢ un fuerte deterioro social en el sur de Europa
En primer lugar, China, ya como pa¨ªs miembro de la OMC, con su gigantesco peso comercial, se ha agrupado en el denominado Grupo G-21, junto a India y el grupo de Cairns, en el que destaca la presencia pol¨ªtica de Brasil, frente al bloque de la Uni¨®n Europea y Estados Unidos.
Hace dos a?os, la UE confrontaba su modelo europeo de agricultura frente a Estados Unidos, que se mov¨ªa junto al grupo de grandes exportadores agroalimentarios, demostrando as¨ª su verdadera vocaci¨®n en el sector agrario.
En segundo t¨¦rmino, la UE y Estados Unidos han llegado a Canc¨²n con un acuerdo agrario suscrito d¨ªas antes del comienzo de esta V Conferencia. Conviene citar que, anterior a este acuerdo, Estados Unidos aprobaba el 13 de mayo de 2002 la Farm Bill, con un apoyo presupuestario adicional a su sector agrario cercano a los 20.000 millones de d¨®lares, mediante un triple sistema de apoyo a sus cultivos, y de un programa reforzado de protecci¨®n a sus exportaciones.
Por el contrario, la UE, en junio de este a?o, tambi¨¦n aprobaba una radical reforma de la PAC, mediante un sistema de ayuda ¨²nica por explotaci¨®n, desvinculada de la producci¨®n. Adem¨¢s, la UE congel¨® el presupuesto agr¨ªcola hasta 2013 y acogi¨® a diez nuevos socios, cuya participaci¨®n en el empleo agrario har¨¢ que pasemos de 7 a 16 millones de agricultores y ganaderos europeos.
En tercer y ¨²ltimo lugar, por primera vez aparece en el orden del d¨ªa de una Conferencia Ministerial la discusi¨®n de un producto agr¨ªcola aislado de las negociaciones globales de acceso a mercados o reducci¨®n de ayudas internas, como ha ocurrido con el algod¨®n, punto sustentado por cuatro pa¨ªses africanos productores de esta fibra natural.
Estas tres circunstancias: nueva configuraci¨®n del grupo de pa¨ªses exportadores agroalimentarios, acuerdo previo de la UE con Estados Unidos, y cambio en el sistema de discusi¨®n global permitiendo discusiones sectoriales, tienen en su conjunto una enorme trascendencia para los intereses de la UE y de Espa?a en particular.
El acuerdo de la UE con Estados Unidos tiende a conseguir un objetivo positivo y dos negativos. El positivo es la mayor posibilidad de alcanzar un acuerdo final en la Conferencia que si se mantienen posturas separadas. Por contra, tiene de negativo que la UE pierde libertad para defender su modelo agrario, que es notablemente diferente al norteamericano. La superficie media por explotaci¨®n en la UE es de 18 hect¨¢reas frente a las 207 hect¨¢reas norteamericanas. Adem¨¢s de la diferencia radical entre el apoyo v¨ªa precios que tiene Estados Unidos y el apoyo a la explotaci¨®n que ha puesto en marcha la UE.
Pero, adem¨¢s, hay un inconveniente: la polarizaci¨®n entre dos bloques, el G-21 y el formado por la Uni¨®n Europea y Estados Unidos, que en t¨¦rminos de opini¨®n p¨²blica se manifiesta como un enfrentamiento entre ricos y pobres.
?Qu¨¦ gana pues la UE? Creo sinceramente que gana menos de lo que pierde. Y, sobre todo, ?qu¨¦ gana Espa?a? Me parece que Espa?a puede perder m¨¢s que la mayor¨ªa de pa¨ªses de la UE. Veamos. La reforma europea de junio de 2003, tan aclamada por nuestro ministro Arias Ca?ete, cuando meses antes quer¨ªa vetarla, tiene para nuestro pa¨ªs dos repercusiones fundamentales: la p¨¦rdida de competitividad de todas nuestras producciones de secano y la renacionalizaci¨®n de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC). De modo que si la UE no confronta con la Farm Bill, los precios de los cereales seguir¨¢n bajando en el mercado internacional no por la liberalizaci¨®n comercial sino por el proteccionismo agrario norteamericano, con la consiguiente aceleraci¨®n en la desaparici¨®n de actividad de la explotaci¨®n familiar agraria espa?ola.
En este punto tenemos que hablar de agricultores y no de agricultura. La reconversi¨®n por el proteccionismo interno de los que predican el librecambio provocar¨¢ un fuerte deterioro social, econ¨®mico y medioambiental en las zonas m¨¢s desfavorecidas del sur de Europa.
Recordemos que Fischler se faj¨® en Doha para que la agricultura fuera tratada tambi¨¦n como una actividad con funciones no comerciales: su vinculaci¨®n al territorio, su componente social, la seguridad alimentaria... Por no citar el problema no resuelto de la distribuci¨®n interna del gasto agrario, donde un n¨²mero reducid¨ªsimo de explotaciones de car¨¢cter agroindustrial absorben la mayor parte del presupuesto.
Poco de todo esto hay en Canc¨²n. ?El G-21 son pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo o, como medi¨¢ticamente se dice, pa¨ªses pobres? Creo que b¨¢sicamente este grupo de pa¨ªses quieren incrementar sus cuotas de exportaciones bajo una etiqueta que no es del todo cierta. Su concepto de la agricultura es m¨¢s sin¨®nimo de comercio y ¨¦ste a su vez de prosperidad. Sin embargo, todav¨ªa hay algunos pa¨ªses que teniendo mercado no tienen democracia. Lo evidente es que, en realidad, hay una gran diversidad entre los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Lo que quiero se?alar es que la configuraci¨®n de bloques est¨¢ simplificando demasiado la realidad, pudiendo en algunos casos llegar a desfigurarla.
La discusi¨®n sobre denominaciones de origen en la agricultura es el ejemplo que encuentro m¨¢s esclarecedor. La discusi¨®n aqu¨ª es tambi¨¦n dual, pero no se produce por los mismos bloques de pa¨ªses. Hay quien quiere como nosotros que se mantenga un registro jur¨ªdicamente de obligado cumplimiento donde se reconozcan los derechos a los productores de estas denominaciones. Por el contrario, hay quien desea que el queso Manchego se produzca con ese nombre en Australia o el vino de Rioja en Estados Unidos. Agricultura y territorio es sin duda el binomio del que deb¨ªa hacerse eco la ronda de negociaciones, por ser indisoluble de la producci¨®n de alimentos de calidad que para nosotros conforma la dieta m¨¢s saludable del mundo, la dieta mediterr¨¢nea.
Por ¨²ltimo, algunos pa¨ªses africanos han escogido el algod¨®n para, con la financiaci¨®n de algunos pa¨ªses europeos y la ayuda de un exdirector general del GATT, se produzca un desmantelamiento de las ayudas a este cultivo. Espa?a y Grecia, los ¨²nicos pa¨ªses afectados en Europa, s¨®lo producimos el 2,6% del mercado mundial, tenemos arancel cero y sin embargo estamos acompa?ando pol¨ªticamente a Estados Unidos, que bajo un latifundismo hist¨®rico, ayuda a sus productores con m¨¢s de 4.000 millones de d¨®lares anuales.
Han finalizado los trabajos de la V Conferencia que se llama del desarrollo. Aunque, por lo visto hasta ahora, hay m¨¢s hipocres¨ªa que desarrollo. Veremos sus consecuencias.
Fernando Moraleda es secretario general de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores y Ganaderos (UPA).
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