Hermoso lo hizo bello

Pablo Hermoso de Mendoza sali¨® al ruedo de Logro?o, cit¨® desde el platillo ofreciendo los pechos de su caballo y se entretuvo en una tarde m¨¢gica en bordar el toreo. Hermoso lo hizo bello por inaudito, por inveros¨ªmil y porque parecen imposibles cada uno de sus cites y la forma de resolver los embroques sin ninguna violencia, pero con un dominio que est¨¢ marcando esta ¨¦poca del rejoneo, la suya, como la m¨¢s grande. Nada m¨¢s asomar el toro, el navarro le dibuj¨® un pase cambiado con el equino convertido en enga?o torero que marc¨® lo que iba a ser su actuaci¨®n. Lo llam¨® desde la boca de riego, el toro se arranc¨® y le desvi¨® la trayectoria vaci¨¢ndolo por la grupa a guisa de media ver¨®nica y con el astado sencillamente sometido. A partir de ah¨ª no dej¨® respirar ni a su enemigo ni a ninguno de los espectadores, que asist¨ªan boquiabiertos a lo que estaba aconteciendo. Hermoso llev¨® al toro a mil¨ªmetros de la cola, clav¨® el primer rej¨®n de castigo y se march¨® haciendo una pirueta frente a los belfos de murube con una torer¨ªa magistral. Por momentos, los cuernos romos merodearon la anatom¨ªa de un caballo que al final se le hac¨ªa esquivo e imposible, aunque se situ¨® siempre en la distancia ¨ªntima de la caricia. Antes de pasaportar al toro de un rejonazo trasero ca¨ªdo y atravesado, clav¨® tres rosas recortando terrenos, hasta dejar la ¨²ltima por dentro y casi incrustado en tablas. Dos orejas y ¨²nica puerta grande de esta feria decepcionante. Sergio Gal¨¢n apost¨® en el sexto de verdad. La cuadra de este rejoneador resulta espectacular, sobre todo un caballo negro que se asoma a los cites con el ment¨®n remetido en el cuello y que parece flotar por el ruedo con la misma gracia de una bailarina de ballet.

El luso Ribeiro Telles pas¨® inadvertido, a pesar de que se encontr¨® con sendos astados nobles y colaboradores.