Reformas a cambio del cr¨¦dito del FMI
El pacto ha permitido a Argentina proponer de inmediato un amplio y oneroso canje de deuda
En menos de 72 horas, Argentina present¨® a principios de la semana pasada un acuerdo con el FMI y un plan para recomenzar a pagar su deuda que dejaron helado a m¨¢s de un observador. El pacto con el fondo y el espaldarazo de su director gerente, Horst Kh?ler, al presidente N¨¦stor Kirchner sorprendi¨® despu¨¦s de que durante meses el pa¨ªs suramericano y el organismo multilateral vivieran en constante desacuerdo y hubiera m¨¢s de un momento de crispaci¨®n.
"Argentina logr¨® un muy buen pacto con el FMI", coment¨® un alto cargo del Gobierno espa?ol presente en Canc¨²n con motivo de la cumbre de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Unos d¨ªas despu¨¦s, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Rafael Bielsa, aprovechaba tambi¨¦n su paso por esa ciudad para explicar los pormenores del acuerdo.
Apenas una semana despu¨¦s, el FMI aprovechaba su cumbre de Dubai para ratificar el pacto, que es por un plazo de tres a?os, que est¨¢ valorado en 12.500 millones de d¨®lares y que compromete a este pa¨ªs a emprender reformas fiscales y bancarias. El programa permitir¨¢ a Argentina refinanciar su deuda con las instituciones multilaterales por valor de 21.610 millones de d¨®lares y se apoya sobre tres patas b¨¢sicas: un marco fiscal a medio plazo, medidas para reformar el sistema bancario y un plan de reestructuraci¨®n de la deuda con los acreedores privados por 94.300 millones de d¨®lares.
Contraprestaciones
A cambio, el acuerdo obliga a Argentina a alcanzar un super¨¢vit fiscal primario del 3% en el primer a?o, aunque las metas fiscales para los a?os 2005 y 2006 quedan abiertas a la espera de que el pa¨ªs llegue a un acuerdo con los acreedores privados. El acuerdo se ha hecho sobre la base de que la econom¨ªa argentina crecer¨¢ el 5,5% este a?o y el 4% en 2004.
Adem¨¢s, el Ejecutivo argentino se comprometi¨® a presentar al Congreso en 2004 propuestas para la reforma fiscal y de las relaciones entre el Gobierno central y las provincias, con la idea de que entren en vigor a tiempo para el presupuesto de 2005. Por otra parte, la pol¨ªtica monetaria seguir¨¢ encaminada a mantener la inflaci¨®n en un nivel de un d¨ªgito en 2004, aunque el Gobierno deber¨¢ estudiar reformas para aumentar la autonom¨ªa del banco central.
Por ¨²ltimo, acerca de las empresas de servicios p¨²blicos -cuya exigencia de una subida de tarifas se convirti¨® en uno de los mayores puntos de fricci¨®n a la hora de negociar el acuerdo-, el Gobierno de Kirchner pretende que el Congreso apruebe nuevas leyes que permitan "renegociar las concesiones p¨²blicas y efectuar subidas de tarifas provisionales".
El acuerdo con el FMI y la reestructuraci¨®n de la deuda abre la puerta a Argentina para regresar al circuito financiero internacional tras su suspensi¨®n de pagos a final de 2001, pero es el restablecimiento de los pagos de deuda lo que realmente reivindicar¨¢ al pa¨ªs a los ojos del inversor extranjero.
Lo que propone Argentina es pagar 25 centavos por cada d¨®lar que debe y hacerlo a trav¨¦s de una emisi¨®n de bonos (hay tres tipos entre los que el acreedor podr¨¢ optar). Los nuevos bonos podr¨¢n estar indexados al crecimiento del producto interior bruto (PIB) de Argentina, de forma que, a mayor crecimiento, mayor inter¨¦s variable, y tendr¨¢n un tipo de inter¨¦s fijo m¨¢s bajo. Los tenedores podr¨¢n optar por bonos en d¨®lares, euros y pesos indexados, no importa cu¨¢l fuese la denominaci¨®n de su bono original. Actualmente, hay 156 tipos diferentes de bonos de deuda argentina, emitidos en 14 monedas y por hasta ocho jurisdicciones judiciales diferentes.
El plan de Lavagna no s¨®lo contempla una quita del 75% (al menos en el papel, ya que luego de las negociaciones con cada acreedor el porcentaje se reduce bastante), sino que tambi¨¦n busca simplificar la mara?a de t¨ªtulos que rondan por ah¨ª. No toda la deuda va a quedar reducida en tres bonos, puesto que los bonos del Estado (Bocem) y los consolidados o garantizados (Bocom) no entran dentro de la reestructuraci¨®n. BBVA y SCH, con grandes intereses en Argentina, son mayormente tenedores de esos bonos que se ven afectados por el plan de Lavagna.
Los bonos del Estado suman 22.580 millones de d¨®lares y los garantizados. otros 25.758 millones (entre nacionales y provinciales), y representan m¨¢s de la mitad de la deuda que el Estado argentino nunca ha dejado de pagar, es decir, el 47,3% de un total que asciende a 178.795 millones. De la deuda cuyos pagos fueron suspendidos (el otro 52,7% del total), los bancos comerciales apenas tienen un 1%, unos 1.724 millones, ya que el grueso est¨¢ en manos de peque?os y medianos inversores.
Los bancos espa?oles, al igual que muchos extranjeros en Argentina, se avinieron a reestructurar una deuda emitida a partir de la entrada del Gobierno del ex presidente Duhalde y el actual ministro Lavagna en 2002. Por ello, el actual Gobierno habla de deuda anterior y posterior a diciembre de 2001, fecha de la precipitada salida del Gobierno de Fernando de la R¨²a y del ex ministro de Econom¨ªa, Domingo Cavallo.
A pesar de que cuando arranc¨® el Gobierno de Duhalde, Argentina confirm¨® la suspensi¨®n de pagos de deuda anunciada a grito pelado por Adolfo Rodr¨ªguez Sa¨¢ durante su breve paso por la presidencia en diciembre de 2001. Sin embargo, el Ejecutivo no pod¨ªa dejar a los bancos privados argentinos con unos bonos de deuda inservibles y aguantando la pesificaci¨®n econ¨®mica. Un pa¨ªs necesita un sistema financiero para funcionar y ¨¦ste se hubiese colapsado si Argentina no reestructuraba al menos su deuda con los bancos privados.
El Gobierno de Kirchner espera llegar a un acuerdo con los acreedores para mediados de 2004 y poner fin as¨ª a la mayor suspensi¨®n de pagos de la historia. Una situaci¨®n en la que se desemboc¨® tras al menos tres decenios de mala gesti¨®n econ¨®mica y corrupci¨®n, que se acentu¨® en los 10 a?os de Gobierno de Menem (1989-1999) y que estall¨® en 2001, en el segundo a?o de la presidencia de De la R¨²a, cuando los desprop¨®sitos se sucedieron casi ininterrumpidamente desde el 20 de marzo en que vuelve a la cartera de Econom¨ªa Domingo Cavallo.
El flamante ministro, el padre de la convertibilidad (la paridad uno a uno del peso con el d¨®lar), presenta su plan de reactivaci¨®n econ¨®mica, que incluye un impuesto a las transacciones financieras y promete crecimiento. Dos d¨ªas despu¨¦s de su llegada, el riesgo a que el pa¨ªs suspendiera pagos supera la barrera de los mil puntos b¨¢sicos y a fin de mes las agencias calificadoras de riesgo Standard & Poor's y Moody's bajan nota de bonos argentinos.
El Congreso otorga superpoderes a Cavallo y la debacle se acelera. A finales de mayo, el Gobierno ofrece a los inversores canjear sus bonos por nuevos con vencimiento en 2008, 2018 y 2031. A principios de junio, Argentina anuncia que rescat¨® bonos por 29.477 millones de d¨®lares y a cambio emite pagar¨¦s, y en julio Cavallo anuncia que llevar¨¢ a cero el d¨¦ficit p¨²blico mediante recortes en el gasto y logra que el FMI ampl¨ªe en 8.000 millones la l¨ªnea de cr¨¦dito.
Para octubre, el descontento era tal que la oposici¨®n peronista arrasa en las elecciones legislativas en las que se renueva la totalidad del Senado y la mitad de la C¨¢mara de Diputados. A mediados de ese mes, Standard & Poor's y Moody's advierten de que podr¨ªan calificar a Argentina en situaci¨®n de suspensi¨®n de pagos t¨¦cnica si los tenedores de bonos pierden dinero en la reestructuraci¨®n de deuda planeada. El 30 de octubre, De la R¨²a dice que la participaci¨®n en la reestructuraci¨®n de la deuda ser¨¢ voluntaria. El riesgo pa¨ªs llega a 2.121 puntos b¨¢sicos.
El 'corralito'
La operaci¨®n de reestructuraci¨®n de la deuda p¨²blica comienza por un canje de bonos dom¨¦sticos que luego se extiende a t¨ªtulos internacionales y que, en vez de ser un ¨¦xito, eleva el riesgo del pa¨ªs a m¨¢s de 2.500 puntos b¨¢sicos. El FMI da la espalda al plan de reestructuraci¨®n. A final de noviembre el riesgo pa¨ªs llega a un r¨¦cord de 3.490 puntos en medio de una fuerte p¨¦rdida de dep¨®sitos y versiones de una inminente dolarizaci¨®n o confiscaci¨®n de dep¨®sitos. El 30 de noviembre se produce una estampida de ahorradores que produce una reducci¨®n en los dep¨®sitos de m¨¢s de mil millones de pesos/d¨®lares y se decreta el famoso corralito, que restringe el acceso a los dep¨®sitos bancarios.
En diciembre, el FMI anuncia que no liber¨® un desembolso pactado con Argentina de 1.264 millones de d¨®lares y la decisi¨®n deja al pa¨ªs al borde de una suspensi¨®n de pagos que, aunque logr¨® capear hasta mediados de diciembre, se produjo finalmente a finales de mes, despu¨¦s de que los saqueos, primero, las manifestaciones violentas, despu¨¦s y, finalmente, los cacerolazos forzaran la dimisi¨®n de Cavallo y De la R¨²a.
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Reacci¨®n burs¨¢til
El ¨ªndice Merval de las acciones l¨ªderes que se cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires reaccion¨® al acuerdo con el FMI y la presentaci¨®n del plan de reestructuraci¨®n de deuda con gran optimismo. Una vez conocido en la capital argentina el plan del ministro de Econom¨ªa, Roberto Lavagna, el mercado burs¨¢til bonaerense repunt¨® fuertemente.
La tendencia al alza se mantuvo y en la jornada del mi¨¦rcoles 24, el Merval registr¨® un alza del 2,16%, lo que le permiti¨® situarse en 811,65 puntos, el m¨¢ximo nivel logrado en lo que va de a?o y que no se registraba desde octubre de 1997.
La euforia no dur¨® mucho, puesto que hubo muchas quejas de los acreedores y la negociaci¨®n del Gobierno con ¨¦stos se presenta complicada y probablemente mucho m¨¢s larga de lo que se previ¨® inicialmente. A finales de semana la Bolsa de Buenos Aires registr¨® algunos fuertes retrocesos en la cotizaci¨®n. No obstante, el mercado bonaerense avanza m¨¢s del 50% en lo que va de a?o.
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