El absentismo escolar en las barriadas m¨¢s desfavorecidas afecta al 20% del alumnado
Los ayuntamientos est¨¢n empezando a tomar medidas para atajar el problema
Los alumnos de barriadas social y econ¨®micamente desfavorecidas no encuentran en muchos casos motivos suficientemente motivadores como para ir a clase todos los d¨ªas. O la necesidad aprieta y tienen que colaborar con el sustento de la familia, diga lo que diga la ley. En esas zonas marginales, la tasa de absentismo escolar se mueve entre un 15% y un 20%, seg¨²n datos ofrecidos por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n.
El mismo problema en zonas socialmente m¨¢s favorecidas tiene un calado mucho menor, ya que oscila entre un 0,5% y un 1,5%. En un instituto de 500 alumnos, por ejemplo, un 20% supone que 100 alumnos faltar¨ªan a clase de manera regular. Si ese centro estuviera situado en el centro del pueblo, el problema afectar¨ªa a 6 o 7 estudiantes a lo sumo.
Eladio Bodas, jefe de Servicio de Orientaci¨®n Educativa y Atenci¨®n a la Diversidad de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, es quien ofrece el dato del 20% de absentismo medio en los centros educativos, de secundaria principalmente, situados en zonas socioecon¨®micamente desfavorecidas.
En su opini¨®n, las razones para este hecho tienen ra¨ªces tanto familiares, como culturales, como sociales. En cualquier caso, el problema est¨¢ alcanzando un calado suficientemente grave como para que numerosas instituciones est¨¦n desarrollando planes para atajar el problema, con los ayuntamientos a la cabeza, tanto en ciudades grandes como, por ejemplo, Huelva, como en localidades m¨¢s peque?as como Loja (Granada).
Problema socioecon¨®mico
La confirmaci¨®n de que el problema es casi m¨¢s socioecon¨®mico que educativo lo da el hecho de que los programas en las administraciones locales suelen depender de las concejal¨ªas de Asuntos Sociales, y que son los trabajadores sociales quienes, en colaboraci¨®n con los centros acad¨¦micos, llevan el d¨ªa a d¨ªa de estos programas de intervenci¨®n.
Absentismo escolar es, oficialmente, la falta de asistencia sin justificar de m¨¢s de cinco periodos lectivos al mes. En primaria se considera periodo lectivo la sesi¨®n entera de ma?ana y tarde mientras que en secundaria lo es cada una de las clases de cada asignatura.
En Loja, por ejemplo, la encargada de este plan para atajar en la medida de lo posible el problema es Josefa Jim¨¦nez Tamayo, concejal de Asuntos Sociales. Jim¨¦nez explica que hace tres a?os se percataron de que los dos centros escolares situados en la zona m¨¢s desfavorecida de la ciudad, el IES Alfaguara y el Colegio P¨²blico de primaria Malagona, ten¨ªan unas "alt¨ªsimas tasas de absentismo, en el caso del colegio mucho m¨¢s del 20%", dice Jim¨¦nez. Decidieron entonces ponerse a la tarea.
Tres a?os despu¨¦s, Jim¨¦nez reconoce que "este es un problema en el que todav¨ªa hay mucho que hacer y en el que se consiguen cosas muy poco a poco". Al menos, comienza a acabarse el voluntarismo: "El programa empez¨® con mucha voluntad y pocos medios, ahora, un acuerdo entre Delegaci¨®n de Educaci¨®n y los ayuntamientos de m¨¢s de 20.000 habitantes ha hecho posible que el programa est¨¦ m¨¢s vertebrado". As¨ª, en todas estas ciudades y pueblos de la provincia deber¨ªa haber una Comisi¨®n Local de Absentismo.
En Loja s¨ª existe esta comisi¨®n. Jim¨¦nez explica que el medio utilizado para desarrollar su trabajo es variado. Desde el papel de la Polic¨ªa Local, que para a los j¨®venes que, aparentemente, deber¨ªan estar en el instituto y les pregunta y los lleva "al colegio, al cuerpo de guardia o a casa, seg¨²n el caso", hasta el compromiso-contrato que firman las familias con la concejal¨ªa de asuntos sociales loje?a.
Este compromiso-contrato, asegura Jim¨¦nez Tamayo, es un m¨¦todo muy com¨²n de trabajo con las familias desfavorecidas y desestructuradas. Las partes implicadas son la familia y el ayuntamiento local; este ¨²ltimo se compromete a facilitar ciertas ayudas econ¨®micas, laborales o de la ¨ªndole que sea. A cambio, los responsables de la familia se comprometen a ejercer su papel de progenitores: asegurarse de que los ni?os vayan a la escuela, de que vayan aseados o de que hagan su trabajo.
Para el futuro cercano, la Junta asegura que va a poner en marcha el primer Plan contra el Absentismo Escolar. Por ahora, sin embargo, los pasos dados no van m¨¢s all¨¢ de una circular a los delegados provinciales en la que se consignan unas instrucciones b¨¢sicas sobre qu¨¦ es el absentismo y qu¨¦ actuaciones deben tomarse una vez que haya ocurrido. Por lo dem¨¢s, hay pocas medidas preventivas y mucha preocupaci¨®n del Defensor del Pueblo andaluz que cada a?o llama la atenci¨®n sobre este problema.
De la ciudad a los pueblos
El absentismo escolar preocupa a las autoridades municipales cada vez m¨¢s. Es un hecho, explica Sebasti¨¢n P¨¦rez, portavoz del Partido Popular en asuntos educativos en el Parlamento andaluz, que el problema antes estaba circunscrito a capitales y grandes ciudades y que, en los ¨²ltimos a?os se ha trasladado a pueblos m¨¢s peque?os.
Seg¨²n datos que ofrece P¨¦rez, en Granada en el a?o 1999, los problemas de faltas reiteradas a clase afectaban a la capital y a Motril; tres a?os despu¨¦s, en 2002, el absentismo preocupaba ya a autoridades de Granada y Motril y a Baza, Loja, la comarca de los Montes Orientales, Pinos Puente y Fuente Vaqueros.
Otra visi¨®n de este problema es la aportada por Joan Ru¨¦, profesor de Pedagog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Catalu?a, en un art¨ªculo reciente en la revista especializada Cuadernos de Pedagog¨ªa.
Ru¨¦ se refiere al absentismo mental, es decir, a los alumnos que est¨¢n f¨ªsicamente en el aula pero tienen sus pensamientos m¨¢s all¨¢. Este profesor estima que entre un 25% y un 30% de los alumnos practican el absentismo virtual, es decir, est¨¢n en sus cosas y lo que les entra por un o¨ªdo, les sale por el otro.
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