La Real se grad¨²a en Estambul
Tras un gran primer tiempo supo reponerse en el segundo al ataque desaforado del Galatasaray
A Nihat le aplaudieron de ch¨¢ndal y le silbaron de corto, cuando arranc¨® el partido. El jugador turco de la Real devolvi¨® los elogios y acreditaciones recibidas con una jugada magistral a los dos minutos que concluy¨® en gol de Kovacevic. No esper¨® m¨¢s tiempo para demostrar por qu¨¦ es una de la sensaciones de la Liga espa?ola y el ¨ªdolo futbol¨ªstico de Turqu¨ªa. Incluso le bastaron 27 segundos para lanzar su primer disparo y de paso dejar en evidencia a Frank De Boer. No se puede hacer m¨¢s en menos tiempo. Claro, luego todo fueron abucheos, silbidos de impotencia que traduc¨ªan la enorme indignaci¨®n que puede convocar en el equipo contrario un buen jugador de f¨²tbol . De un plumazo, la Real hab¨ªa dado manguerazo al infierno, sentado su jerarqu¨ªa y desnudado las carencias del Galatasaray por el centro. Ni el ex barcelonista De Boer, ni el capit¨¢n Bulent son un prodigio de cintura ni de velocidad.
GALATASARAY 1 - REAL SOCIEDAD 2
Galatasaray: Mondrag¨®n; Tamas (Arif, m. 46), Bulent, Frank de Boer, Ergun; Ayhan, Cihan (Balic, m. 84); C¨¦sar Prates (Batista, m. 39), Sabri, Hasan Sas; y Hakan Sukur.
Real Sociedad: Westerveld; Potillon, Kvarme, J¨¢uregui, Aranzabal; Karpin, Xabi Alonso, Aranburu, Gabilondo (Lee Chun Soo, m. 69); Nihat (Alkiza, m. 66) y Kovacevic (De Paula, m. 79).
Goles:
0-1. M. 2. Nihat gana el fondo, supera a Tamas con un t¨²nel y pasa a Kovacevic, que se adelanta a de Boer para empujar la pelota.
1-1. M. 62. Sukur, entre los dos centrales realistas, recibe un buen pase de Arif y marca.
1-2. M. 74. Saque de esquina de Karpin que Xabi Alonso, superando a de Boer, cabecea al larguero y el bal¨®n bota dentro.
?rbitro:
Fandel. Amonest¨® a Cihan, Tamas, Ayhan y Alkiza. Expuls¨® a Hasan Sas (m. 84).
Unos 60.000 espectadores en el estadio Atat¨¹rk de Estambul.
La Real de Denoueix, en plena revoluci¨®n (De Pedro, Sch¨¹rrer y el lesionado L¨®pez Rekarte se quedaron en el banquillo), no manch¨® el traje. Parec¨ªa m¨¢s guerrillera pero con el mismo juego avispado que acostumbra en cuanto pasa la l¨ªnea del medio campo. El gol de Kovacevic, o quiz¨¢s habr¨ªa que decir de Nihat, no s¨®lo le daba ventaja en el marcador sino en el ¨¢nimo del partido. El Galatasaray, obligatoriamente, cogi¨® el bal¨®n por coraz¨®n, pero no lo at¨® a su bota. Bien por impericia, bien por miedo, sus centrocampistas Ayhan y Cihan, dos estajanovistas intachables, perd¨ªan casi todo lo que ganaban con su sudor. As¨ª, no s¨®lo atacaba sin cr¨¦dito el Galatasaray, sino que la Real encontraba los mejores argumentos y la m¨¢s limpia autopista para el contragolpe.
L¨®gicamente dominada, replegada, pudo sentenciar la Real el partido sin esperar al descanso. Toda pericia que le sobra a Nihat para imaginar jugadas y romper cinturas le falta a veces de picard¨ªa por ansia de gol. El turco se tom¨® un respiro y resurgi¨® en todo su esplendor a la media hora: alcanz¨® por piernas un bal¨®n imposible, sorteo a Mondrag¨®n, que le agarr¨®, se sobrepuso y busc¨® la porter¨ªa. Mondrag¨®n le empuj¨® con la cadera. El penalti era indiscutible y la expulsi¨®n consiguiente del portero. Pero Nihat vio el gol en el otro palo y se lo entreg¨® a Karpin. El ruso timorato, recort¨® y se lo entreg¨® a Kovacevic, que, a su vez, se lo entreg¨® a las manos de Mondrag¨®n. Todo qued¨® en nada, salvo que la superaci¨®n de la adversidad alent¨® al Galatasaray, que ya jugaba s¨®lo con coraz¨®n, especialmente tras la retirada por lesi¨®n de C¨¦sar Prates, su mejor futbolista. Tanto se anim¨® que al borde del descanso pudo empatar Sabri en la ¨²nica jugada hilvanada con habilidad por el Galatasaray. Pero el disparo, perfecto, golpe¨® en Hakan Sukur, que pasaba por all¨ª. Problemas de ser tan grande, tan omnipresente hasta para eso. Porque en ataque todo lo hac¨ªa Sukur, lo bueno y lo malo; cabecear a gol con peligro y evitar el gol. Era un duelo de ¨ªdolos turcos, sobre todo a ra¨ªz de que el Galatasaray decidi¨® trillar su ataque por la izquierda.
Visto que Xabi Alonso hab¨ªa instalado su puesto de mando en el circulo central, bien asistido por Aranburu, el Galatasaray busc¨® los costados como argumento m¨¢s seguros para llegar al ¨¢rea. Y lo consigui¨®, aunque su falta de acierto en el remate parec¨ªa m¨¢s una caracter¨ªstica que una casualidad. Pero la constancia tambi¨¦n es un arte del f¨²tbol y la insistencia premi¨® a Sukur y al Galatrasaray en una jugada bien tocada que acab¨® dejando a Sukur ante Westerveld y el bal¨®n en la red.
Como en el f¨²tbol todo es cambiante, a la Real le entr¨® la caraja y el Galatasaray se engrandeci¨® curiosamente a base de buen toque, de buen tacto y de un f¨²tbol r¨¢pido y cl¨¢sico. Es el problema de que los laterales no suban ni una sola vez, que te meten al extremo en el sal¨®n de casa y no hay quien lo saque. Y detr¨¢s suyo fue todo el Galatasaray hasta invertir la jerarqu¨ªa del partido. La Real, amilanada, se encajon¨®, se meti¨® en su ¨¢rea a resguardar el empate y, cosas de la vida, para una vez que sale, c¨®rner y cabezazo espl¨¦ndido de Xabi Alonso, probablemente el futbolista que m¨¢s kil¨®metros llevaba invertidos en el encuentro. La Real, que hab¨ªa tenido juego de sobra en la primera mitad, tuvo fortuna en la segunda. Buen s¨ªntoma, cuando se tiene de todo lo que hace falta para ganar un partido. Tambi¨¦n portero. Westerveld salv¨® en el minuto 90 el negocio que hab¨ªa montado Nihat en el 2. Lo contrario que el Galatasaray, a quien le falta un poco de todo (menos coraz¨®n y afici¨®n) para volver a ser lo que era.
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