Escurrir el bulto

?ngel Acebes volvi¨® a emplear en su comparecencia parlamentaria de ayer ese truco que el Gobierno del PP maneja con tanta insistencia como eficacia: desparramar responsabilidades para eludir asumir las propias. Ahora resulta que Scotland Yard tambi¨¦n tiene la culpa de que los investigadores de los asesinatos de Roc¨ªo Wanninkhof y Sonia Carabantes no conocieran el dato crucial de la presencia en M¨¢laga de Tony Alexander King, un peligroso delincuente con numerosos antecedentes por agresiones sexuales a mujeres.

D¨ªas atr¨¢s, Acebes y Michavila, titular de Justicia, ya hab¨ªan intentado desviar la responsabilidad hacia la Junta de Andaluc¨ªa, la Ley del Jurado y el PSOE. Todo menos aceptar lo obvio: Dolores V¨¢zquez fue v¨ªctima de un tremendo error; la polic¨ªa y la Guardia Civil actuaron en este caso, como en tantos otros, con descoordinaci¨®n y hasta enfrentamiento; Interior tiene responsabilidades pol¨ªticas en este asunto, y se precisan reformas urgentes en el funcionamiento de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Acebes y Michavila est¨¢n dando todo un recital de c¨®mo salirse por la tangente. Lo que comenz¨® como el caso Wanninkhof, un crimen atroz, ha pasado a convertirse en el caso King, un debate pol¨ªtico crucial en un momento en que la inseguridad ciudadana se dispara en Espa?a. Ante ese debate, los portavoces de la oposici¨®n de izquierda hicieron ayer intervenciones razonables y constructivas en el Parlamento. Ahora sabemos que, antes de las muertes de Roc¨ªo y Sonia, Scotland Yard hab¨ªa alertado sobre la peligrosidad de King y que esa informaci¨®n no fue incluida en ninguna de las bases que consultan los agentes operativos. El socialista Victorino Mayoral y Felipe Alcaraz, de Izquierda Unida, propusieron medidas tan de sentido com¨²n como la puesta en com¨²n de datos en los m¨²ltiples sistemas inform¨¢ticos con que trabajan las organizaciones policiales (estatales, auton¨®micas y locales) que operan en el territorio espa?ol y la creaci¨®n en el seno de Interior de un mando ¨²nico para el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y la Guardia Civil.

Pero Acebes se escondi¨® tras el burladero del elogio rutinario a los cuerpos y fuerzas de seguridad, para los que la oposici¨®n reclama m¨¢s efectivos, m¨¢s medios, mayor coordinaci¨®n, un mando ¨²nico y mejores dirigentes pol¨ªticos. El lunes hab¨ªa acudido a la cortina de humo de acusar a los socialistas de querer "aniquilar" la Guardia Civil, una falacia que Aznar repiti¨® sin sonrojarse ayer mismo. No, el caso King no versa sobre el porvenir de la Guardia Civil, ni siquiera sobre su desmilitarizaci¨®n, sino sobre una de las cosas que funcionan mal en Espa?a, la seguridad ciudadana, y tambi¨¦n sobre las t¨¢cticas de distracci¨®n con que el Gobierno afronta ese y casi todos los problemas.

El Gobierno es infatigable a la hora de anunciar nuevas leyes, nacionales e internacionales, cada vez que tiene que esquivar las responsabilidades concretas que se le reclaman por graves errores que afectan a la vida y a la seguridad de las personas. Pero lo que hace falta es trabajar m¨¢s y mejor: coordinadamente y con los medios adecuados.