Hallados dos polizones muertos entre un cargamento de algod¨®n en A Coru?a

Los cad¨¢veres de dos subsaharianos, muertos desde hac¨ªa unas dos semanas, fueron descubiertos en las bodegas del buque chipriota Opal por los trabajadores que desestibaban la carga en el puerto de A Coru?a, a ¨²ltima hora del mi¨¦rcoles.

Los cuerpos, pertenecientes a dos hombres de unos 30 a?os, no llevaban m¨¢s ropa que un ba?ador, y de momento no se encontraron m¨¢s pertenencias que ayuden a establecer su identidad. El buque, con carga de semilla de algod¨®n para piensos, proced¨ªa de Costa de Marfil y arrib¨® al puerto coru?¨¦s el martes, tras 12 d¨ªas de navegaci¨®n.

"Est¨¢bamos trabajando cuatro compa?eros en la bodega n¨²mero 3, cuando divisamos un pie que asomaba entre la carga. Paramos y avisamos a la polic¨ªa", se?al¨® Jos¨¦ Varela, uno de los estibadores. Su compa?ero, Jos¨¦ Vilari?o, asegur¨® que cerca de los cuerpos "hab¨ªa unas tablas, que suelen traer para sostenerse encima y no enterrarse en el grano, pero cayeron de ellas".

Sin resultado de la autopsia

A ¨²ltima hora de ayer se desconoc¨ªan todav¨ªa los resultados de la autopsia que les fue practicada para establecer si la muerte se produjo por asfixia o como consecuencia de un fuerte insecticida con el que se roc¨ªa la carga antes de zarpar.

Los tripulantes del Opal, 20 marineros de nacionalidad polaca, aseguraron que no hab¨ªan notado la presencia de los polizones a bordo, ni por supuesto hab¨ªan advertido que alguien subiese a bordo en Costa de Marfil. La polic¨ªa es pesimista en cuanto a poder identificar a los cuerpos.

A ¨²ltima hora de ayer ni siquiera se hab¨ªan podido registrar las tres bodegas del barco. Para hacerlo es preciso vaciarlas, y la semilla de algod¨®n no se puede descargar cuando llueve, como pas¨® casi toda la jornada.

Los trabajadores que descargaban el mercante chipriota, pertenecientes a la empresa Galigrain, han sufrido ya experiencias semejantes. Hace dos a?os, encontraron los cuerpos de dos subsaharianos en las bodegas del buque Evangelos, tambi¨¦n con una carga de semilla de algod¨®n que los mat¨® por asfixia.

"Aquellos estaban en el fondo de la bodega, pero ¨¦stos, a ras de la carga", recuerda Varela. Uno de los capataces de Galigrain, Enrique Fontenla, asegura que los polizones "en el momento de la carga, para que no los vean, normalmente se suelen enterrar y respirar por un tubo. Cuando se sellan las bodegas, salen, si les da tiempo. Igual que los de las pateras, arriesgan la vida para mejorar".

En barcos procedentes de ?frica llegan cada a?o a los puertos gallegos decenas de polizones. Este a?o se han contado 14.