Un v¨ªdeo prueba que una canguro maltrataba a los trillizos a su cargo
El v¨ªdeo grabado por un familiar de los menores durante la noche permiti¨® su arresto
Golpes en la cabeza, empujones por las escaleras y grandes dosis de violencia. Tal fue el calvario que padecieron unos trillizos de dos a?os y medio que eran cuidados por una mujer de 35 a?os, Mariana Criollo. Gracias a la grabaci¨®n de un t¨ªo de los chiquillos, la mujer pudo ser denunciada y detenida. Sobre ella pesaba una acusaci¨®n de malos tratos a los menores. Sobre todo, les pegaba en la cabeza con la mano abierta, les cog¨ªa del brazo y despu¨¦s les tiraba por unas escaleras. La madre de los peque?os lo ha denunciado ante los medios de comunicaci¨®n para que "la historia no se vuelva a repetir".
Los hechos ocurrieron el pasado agosto en Villar del Olmo, un municipio de 1.500 habitantes situado a 53 kil¨®metros al este de la capital madrile?a. El padre y la madre de los peque?os se hab¨ªan ido a Londres para visitar a un hermano de ella durante una semana. Dejaron a los hijos con la abuela paterna, pero al tratarse de tres ni?os de corta edad, los progenitores decidieron contratar a una persona que ayudara a sus familiares. "Yo no trabajo. Siempre estoy con ellos. Pero como nos ¨ªbamos a marchar, dos meses antes contrat¨¦ a una persona que supon¨ªa que era de confianza", se?ala la madre de los peque?os, que prefiere mantenerse en el anonimato. Las im¨¢genes de los malos tratos, difundidas ayer por Telemadrid, prueban cu¨¢n equivocada estaba la progenitora de los trillizos.
La madre hab¨ªa contratado a Mariana Criollo a trav¨¦s de un familiar. ?ste ten¨ªa contratado a una inmigrante ecuatoriana y, al preguntarle si conoc¨ªa a alguien que se pudiera hacer cargo de los ni?os, respondi¨® que "en breve" llegar¨ªa a Espa?a una familiar. "Cuando la vi por primera vez no me caus¨® buena impresi¨®n. Aparentaba muchos a?os m¨¢s de los 35 que dec¨ªa tener. Pero con todo la contrat¨¦", se?al¨® la madre. Durante los dos meses previos a los malos tratos, Mariana mostr¨® un gran cari?o hacia los ni?os, seg¨²n la madre: "En casa estaba todo el d¨ªa pendiente de ellos y les trataba muy bien. No hubo ning¨²n problema".
Dos casas separadas
Los problemas surgieron cuando los peque?os se quedaron al cargo de la abuela y con su cuidadora. Los padres les llevaron desde la zona oeste de la regi¨®n, donde viven, hasta dos casas en el municipio de Villar del Olmo. Al tratarse de dos viviendas de peque?as dimensiones, la abuela dorm¨ªa con una de sus hijas en una de las casas, y los ni?os, con Mariana en la otra. Ambos chal¨¦s est¨¢n separados por un jard¨ªn.
Los dos primeros d¨ªas fueron tranquilos, pero la cosa empez¨® a complicarse a partir del tercero. Uno de los ni?os amaneci¨® con un ojo amoratado y con un golpe tras una oreja. La canguro dijo entonces que se hab¨ªa ca¨ªdo de la cama, lo que le produjo ese cardenal. Pero algo fallaba en esa historia. La cama es muy baja y no hay muebles en los alrededores con los que golpearse fortuitamente.
Otro detalle que enrevesaba esta historia era que los ni?os estaban especialmente irascibles y nerviosos, seg¨²n la madre. Adem¨¢s, sufr¨ªan v¨®mitos y diarreas. Los familiares de los peque?os les llevaron al pediatra por si era algo grave. El m¨¦dico les dijo que no sufr¨ªan de gastroenteritis ni de ninguna otra enfermedad g¨¢strica que les produjera ese cuadro diarreico. Los menores tambi¨¦n se quejaban de dolores de cabeza.
Las sospechas de la abuela y de un t¨ªo de los trillizos se centr¨® directamente en Mariana. Estuvieron observ¨¢ndola durante un par de d¨ªas y comprobaron que, mientras los peque?os estaban con sus familiares, la sirvienta se comportaba de manera normal. Es m¨¢s, no reparaba en atenciones para con los peque?os. "Durante el d¨ªa, los ni?os no se quedaban solos con ella ni un momento", aclara la madre. Eso les llev¨® a deducir que las agresiones se produc¨ªan por la noche.
Un t¨ªo de los peque?os quiso actuar con total rigor en este caso y tendi¨® una trampa a la mujer, que cay¨® en ella. Todos los familiares de los trillizos se marcharon del chal¨¦. Para ello pusieron como excusa que ten¨ªan una cena fuera. Sin embargo, el t¨ªo se qued¨® parapetado tras unos arbustos con una c¨¢mara de v¨ªdeo dom¨¦stica, preparado para grabar todo lo que les ocurriera a los peque?os. "No pasaron ni tres minutos, cuando la mujer empez¨® a golpearles en la cabeza. Les daba con mucha fuerza. Despu¨¦s, les arrastraba y les tiraba escaleras abajo", relata la madre con horror. Los peque?os tuvieron suerte y no llegaron a golpearse en ning¨²n momento en la cabeza o en alguna otra parte del cuerpo con los cinco o seis pelda?os de la escalera. Adem¨¢s, el suelo es todo de piedra. "El pa?al que llevaban fue el que les amortiguaba los golpes", a?ade la progenitora.
"Los ni?os, gracias a Dios, no han tenido muchas se?ales externas de los malos tratos que han recibido. S¨®lo ten¨ªan alg¨²n morat¨®n o una peque?a costra en la cabeza, aparte de alg¨²n ara?azo", a?ade la madre.
Prueba de cargo
Cuando los padres regresaron de Londres se encontraron con que sus familiares hab¨ªan despedido a Mariana. Tras ver la cinta, denunciaron lo ocurrido ante la Guardia Civil. Era el pasado 13 de agosto. Los agentes de Polic¨ªa Judicial del cuartel de Las Rozas detuvieron a la mujer cinco d¨ªas despu¨¦s. La principal prueba de cargo fue el v¨ªdeo dom¨¦stico grabado por el t¨ªo de los ni?os.
"Hemos querido denunciar estos hechos y que las im¨¢genes las viera todo el mundo para que esto no vuelva a ocurrir. Como madre, estoy muy dolida por todo lo que ha ocurrido. Al principio me qued¨¦ muy fr¨ªa, pero reaccion¨¦ a los dos d¨ªas, cuando vi que uno de los ni?os ten¨ªa una costra en la cabeza. Entonces me dio el baj¨®n y empec¨¦ a darme cuenta de todo lo que no hab¨ªa visto hasta entonces", a?ade la madre. "A¨²n pienso c¨®mo lo han tenido que pasar mis hijos al despertarse llorando por las noches, busc¨¢ndome y no me han encontrado", a?ade.
Los ni?os est¨¢n en perfecto estado. No les ha quedado ninguna secuela ni f¨ªsica ni ps¨ªquica. "Estuvieron muy mal durante los diez primeros d¨ªas, pero luego se tranquilizaron. Tambi¨¦n les ayud¨® que nos fuimos los cinco de viaje a la playa", concluye.
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