Stevenson so?ado por su deseo
Conocido por sus soberbios ensayos (Una historia de la lectura, Leer im¨¢genes, entre otros), por su Diccionario de los lugares imaginarios, por sus excelentes traducciones, art¨ªculos y estudios literarios (en The New York Times, The Village Voice, Washington Post y el Times londinense), Alberto Manguel (Buenos Aires, 1948) no es s¨®lo un erudito, brillante e imaginativo investigador de la literatura, sino tambi¨¦n un excelente narrador, como ya se hizo evidente, en 1993, con La puerta de marfil (Anaya & Mario Muchnik), novela hoy fuera de circulaci¨®n.
Ahora, el lector que, de hacer caso a estas l¨ªneas, opte por leer esta novela corta, o siguiendo la tradici¨®n anglosajona esta nouvelle titulada Stevenson bajo las palmeras, podr¨¢ disfrutar, con enorme y grata sorpresa, de la lectura de un relato perfecto en su construcci¨®n e inquietantemente ambiguo. Con una prosa precisa, pero nunca escueta, pues su exactitud no excluye en absoluto la riqueza ni la exuberancia acorde con la atm¨®sfera densa y sensual del paisaje de las islas Samoa donde transcurre la acci¨®n, Manguel narra los ¨²ltimos d¨ªas de la vida de Robert Louis Stevenson, uno de sus autores favoritos. Mezclando hechos reales pertenecientes a la biograf¨ªa del autor de La isla del tesoro con elementos de ficci¨®n, Manguel sit¨²a al genial escritor escoc¨¦s en su casa de Vailima, donde vive con su esposa Fanny, norteamericana puritana madre de dos hijos de su anterior matrimonio, y la mujer de su padre, Thomas Stevenson. Enfermo del mal que acabar¨¢ con su vida, sumido en la nostalgia de Edimburgo, trabajando en Weir of Hermiston, ambiciosa novela que quedar¨ªa inacabada, Stevenson se ve involucrado en la violaci¨®n y asesinato de una muchacha ind¨ªgena de 14 a?os. Este asesinato que, por supuesto, no ha cometido y sus encuentros con un misionero fan¨¢tico, que odia a los nativos cuya destrucci¨®n, m¨¢s que redenci¨®n, anhela, arrastran a Stevenson a interrogarse sobre su vida, el sentido de la literatura y de las f¨¢bulas morales que escribe y, como fondo de la existencia humana, la naturaleza del bien y del mal. Es decir, a trav¨¦s de una trama m¨¢s bien simple, Manguel sumerge a su personaje, a Stevenson, en su propio universo literario, con la subsiguiente mezcla entre realidad y ficci¨®n, en la frontera entre los sue?os y la vigilia.
STEVENSON BAJO LAS PALMERAS
Alberto Manguel
Alianza. Madrid, 2003
97 p¨¢ginas. 5,50 euros
San Agust¨ªn -recuerda el Stevenson crepuscular del relato- dio gracias a Dios por no hacerle responsable de sus sue?os; pero, tras el asesinato de la muchacha ind¨ªgena, la muerte del hermano de ¨¦sta y la serie de desastres que se suceden en la isla, Tootei, "el contador de historias", que es como los nativos llaman a Stevenson, vive una pesadilla acorde con las inquietudes de quien escribiera El extra?o caso del doctor Jekyll y m¨ªster Hyde: ¨¦l vio, y dese¨®, a la muchacha asesinada en el transcurso de una fiesta, celebrada seg¨²n los ritos, cargados de sensualidad, del lugar; un lugar situado en una parte del mundo donde las historias que uno cuenta acaban por formar parte de la realidad y donde ya no es ¨¦l, "el contador de historias", quien sue?a su deseo sino que es su deseo el que lo sue?a a ¨¦l. En definitiva, Stevenson bajo las palmeras, excelentemente traducida por Borja Garc¨ªa Bercero, es una perturbadora pieza maestra.
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