Acebes y el perfil delincuencial
La declaraci¨®n de ?ngel Acebes sobre el caso King, el pasado jueves, ante la Comisi¨®n de Justicia e Interior del Congreso de los Diputados, provoc¨® estupefacci¨®n entre algunos parlamentarios, que no esperaban un planteamiento tan extremo como el que hizo el ministro del Interior, con una extra?a insistencia en "el perfil delincuencial veros¨ªmil" de Dolores V¨¢zquez. Si los tribunales declaran finalmente su total inocencia es posible que el ministro tenga que volver al Parlamento para explicar por qu¨¦ mantuvo la sombra de la sospecha hasta el ¨²ltimo segundo sobre alguien que era inocente.
Acebes admiti¨® gen¨¦ricamente que hab¨ªa investigaciones que pueden resultar "incompletas, infructuosas o err¨®neas", pero a rengl¨®n seguido aclar¨® cu¨¢l era su opini¨®n respecto a la investigaci¨®n del asesinato de Roc¨ªo Wanninkhof: "Fue exhaustiva, profunda y lo suficientemente s¨®lida". Una afirmaci¨®n sorprendente si consta que el resultado de esa investigaci¨®n fue tan err¨®neo que llev¨® a la c¨¢rcel a una persona inocente y, lo que es tambi¨¦n importante, dej¨® sin vigilancia a un peligroso sospechoso.
Nada de lo ocurrido con King hubiera pasado si el informe de Interpol hubiera advertido de que era "un peligro" no en relaci¨®n con las mujeres, sino con el terrorismo
Acebes propuso "potenciar la funcionalidad de las bases policiales de tratamiento automatizado de datos", a fin de permitir "la anotaci¨®n de individuos de riesgo potencial, aunque est¨¦n cancelados sus antecedentes en Espa?a o fuera de ella, cuando menos respecto a tipolog¨ªas delictivas tan odiosas como la de los agresores sexuales o en lo que se refiere a personas sospechosas de alto perfil, aunque la noticia que se tenga de su potencial amenaza no proceda de una investigaci¨®n en marcha".
La propuesta son¨® tan alejada del caso King que una diputada que es adem¨¢s abogada de reconocido prestigio, Margarita Ur¨ªa, le contest¨® con firmeza: "Me da miedo lo que usted dice". Ur¨ªa le pidi¨® que huyera de complacencias y admitiera que algo tiene que poder corregirse en la actuaci¨®n policial y fiscal para evitar calvarios como el de Dolores V¨¢zquez.
Ur¨ªa, como otros parlamentarios de la oposici¨®n, dej¨® claro que le preocupa que, al calor del caso King, el ministro del Interior, que no acepta responsabilidad alguna en lo ocurrido, aproveche para hablar de "personas sospechosas de alto perfil" (?qu¨¦ es eso?) o de "potencial amenaza aunque no proceda de una investigaci¨®n en curso". Nada de eso tiene que ver con el caso King: la Interpol solicit¨® informaci¨®n y advirti¨® de que ese hombre era un "potencial peligro para las mujeres" precisamente como consecuencia de una investigaci¨®n concreta en curso.
Otro escenario
Para constatar que el caso King no es un problema de nuevas leyes, sino de funcionamiento de mecanismos policiales, basta con cambiar algo los datos del escenario. ?Qu¨¦ hubiera ocurrido, por ejemplo, si el informe que Interpol envi¨® sobre Tony King hubiera dicho que era "potencialmente peligroso para los intereses brit¨¢nicos en M¨¢laga" y que se le investigaba por "el ataque con lesiones a un diplom¨¢tico ingl¨¦s en Londres"?
Seg¨²n el ministro del Interior, la polic¨ªa espa?ola hubiera comprobado que King "llevaba una vida normalizada en Mijas" y no hubiera podido registrar sus datos porque la ley impide registrar a personas sospechosas. As¨ª que cuando a los pocos meses hubiera sido asesinado el c¨®nsul en la zona, a la Guardia Civil no se le hubiera ocurrido siquiera interrogar a King.
Siempre siguiendo la l¨ªnea argumental del ministro, la Guardia Civil hubiera actuado de una manera l¨®gica y habr¨ªa detenido a alguien con un "perfil delincuencial m¨¢s veros¨ªmil". Quiz¨¢ a un vecino saud¨ª de talante fr¨ªo, costumbres poco frecuentes y visitante habitual del fallecido. Nadie hubiera pensado en el perfil de King, ni en ese momento ni un a?o despu¨¦s cuando otro diplom¨¢tico brit¨¢nico hubiera sido asesinado en la misma zona.
Y nadie, salvo que fuera un ser mezquino, capaz de aprovecharse del dolor ajeno, tendr¨ªa derecho a considerar que algo hab¨ªa funcionado rematadamente mal:por ejemplo, la polic¨ªa, por no seguir la pista del se?or King; el fiscal de la Audiencia de M¨¢laga, por haber acusado con pruebas tan endebles, y el sorprendente fiscal del Tribunal Supremo que se opuso a que ese tribunal anulara el juicio por falta de motivaci¨®n en el veredicto.
Como a cualquier ciudadano le puede resultar incre¨ªble el escenario antes planteado (el posible agresor de diplom¨¢ticos ingleses al que no se le presta atenci¨®n), empieza a asomar otra posibilidad: que el Ministerio del Interior tenga graves problemas a la hora de hacer frente a delitos que no sean los relacionados con el terrorismo nacional o internacional, ¨²nicos campos en los que ofrece un balance razonable de efectividad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Pol¨ªtica justicia
- ?ngel Acebes
- Declaraciones prensa
- Roc¨ªo Wanninkhof Hornos
- VII Legislatura Espa?a
- Comisiones parlamentarias
- Congreso Diputados
- Ministerio del Interior
- PP
- Ministerios
- Legislaturas pol¨ªticas
- Gente
- Parlamento
- Gobierno
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Justicia
- Sociedad