"La revoluci¨®n en Latinoam¨¦rica hoy s¨®lo interesa a la extrema derecha"
Es un hombre de apariencia discreta y t¨ªmida, menudo, de pelo blanco y expresi¨®n afable. Defensor de la utop¨ªa, el asesor del presidente acumula una larga trayectoria de lucha pol¨ªtica en la que contribuy¨® a la formaci¨®n de las comunidades eclesi¨¢sticas de base y al desarrollo del movimiento sindical.
Pregunta. ?Milit¨® en el Partido de los Trabajadores (PT), que llev¨® a la presidencia de Brasil a Lula?
Respuesta. Nunca. A pesar de que he estado muy pr¨®ximo al PT, dir¨ªa incluso que ayud¨¦ a la formaci¨®n del partido, pero nunca me afili¨¦ al partido.
P. Desde aquella izquierda latinoamericana de los a?os sesenta y setenta que usted conoci¨® de cerca hasta la de hoy d¨ªa ha llovido mucho.
"En Brasil, el hambre tiene caracter¨ªsticas distintas. Es end¨¦mica, que no produce cuerpos esquel¨¦ticos; aqu¨ª mueren muchos obesos que son muy pobres"
"Lula es hijo de padres analfabetos, sufri¨® mucho con la muerte de su esposa y de su hijo, el dedo que perdi¨®... Pudo aburguesarse y no lo hizo"
"Al hablar de derechos humanos, nosotros estamos hablando de alimentaci¨®n, salud, educaci¨®n. Ning¨²n pa¨ªs asegura esto en Am¨¦rica Latina como Cuba"
"El objetivo del Gobierno es acabar con la injusticia con una reducci¨®n dr¨¢stica de la desigualdad. La prioridad es acabar con el hambre de 44 millones"
"El PT pod¨ªa haber apostado por una opci¨®n revolucionaria y opt¨® por esa democracia burguesa con sus limitaciones. No hay que precipitarse"
R. S¨ª. Afortunadamente ha cambiado mucho. En los a?os sesenta conoc¨ª una izquierda que era muy dogm¨¢tica y doctrinaria, que apenas ten¨ªa ra¨ªces populares. Pertenezco a una generaci¨®n de cristianos que ayud¨® a construir una izquierda con ra¨ªces populares. Cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn, la ¨²nica izquierda que no se sinti¨® cuestionada fue la que ten¨ªa v¨ªnculos populares y era menos acad¨¦mica. La izquierda acad¨¦mica sin ra¨ªces populares entr¨® en una crisis profunda. La idea de que primero hay que hacer la revoluci¨®n para llegar m¨¢s tarde a la estructura del Estado se modific¨® a lo largo de estos a?os. La elecci¨®n de Lula es la prueba de que es posible llegar a la estructura del Estado para hacer cambios. Hoy, la revoluci¨®n en Am¨¦rica Latina s¨®lo interesa a dos sectores: los fabricantes de armas y la extrema derecha. Lula y el PT representan una experiencia de acumulaci¨®n progresiva de fuerzas.
P. ?Qu¨¦ signific¨® el fracaso de la revoluci¨®n sandinista en Nicaragua?
R. Fue un shock muy grande, pero no el ¨²nico. Para m¨ª ha habido tres grandes choques: la muerte de Salvador Allende en el golpe militar en Chile, el asesinato de Maurice Bishop en Granada y la derrota de la revoluci¨®n sandinista. Fueron un retroceso muy grande. Hoy, los que estamos en el Gobierno brasile?o hemos sacado muchas ense?anzas de todo eso: sabemos que si queremos hacer un cambio profundo en Brasil tenemos que actuar con cautela.
P. ?Cu¨¢l es el objetivo a largo plazo del Gobierno brasile?o?
R. El objetivo final es acabar con la injusticia en Brasil a trav¨¦s de una reducci¨®n dr¨¢stica de la desigualdad. Por eso Lula ha se?alado como prioridad de su Gobierno la erradicaci¨®n del hambre, que afecta a 44 millones de ciudadanos. Personalmente, sigo pensando que la gran utop¨ªa pol¨ªtica es el socialismo, a pesar de la ca¨ªda del muro. No porque hubo Inquisici¨®n dej¨¦ de creer en el cristianismo. Por una raz¨®n aritm¨¦tica, o la humanidad comparte los pocos medios de que dispone, o iremos directos a la barbarie.
P. ?Cu¨¢l es la sociedad de sus sue?os?
R. No me importa el nombre. Me defino como hombre socialista, porque adem¨¢s ya vivo en una microsociedad socialista que es la religiosa, donde comparto mis bienes, no tengo propiedad ni acumulaci¨®n. Soy un socialista convencido porque creo que es inviable un mundo en el que cuatro ciudadanos norteamericanos -Bill Gates [fundador de Microsoft], Warren Buffet
[Berkshire Hathaway, seguros], Lawrence Ellison y Paul Allen- tienen una fortuna equivalente a la suma del PIB de 42 naciones con 600 millones de habitantes. Califico este modelo de globalizaci¨®n como globocolonizaci¨®n. S¨ª, soy socialista y s¨¦ que llegaremos a una nueva sociedad a trav¨¦s de conquistas graduales.
P. ?Los asesores especiales del presidente como usted conforman una especie de gobierno en la sombra?
R. No, en absoluto. Somos personas que cumplimos misiones determinadas directamente por el presidente y que tenemos una larga historia de amistad con ¨¦l. Cada uno tiene una tarea espec¨ªfica. La m¨ªa consiste, junto a Oded Grajew, en la movilizaci¨®n social de la campa?a Hambre Cero; es decir, vincular la sociedad civil organizada con la erradicaci¨®n del hambre. Me ocupo de las relaciones con el mundo pol¨ªtico, las empresas p¨²blicas, las congregaciones religiosas, el mundo sindical...
P. ?C¨®mo funcionan los distintos programas sociales que ha puesto en marcha el Gobierno?
R. El programa Hambre Cero es un programa no asistencialista, de inclusi¨®n social. ?Y c¨®mo se sabe si es o no asistencialista? Respondiendo a la pregunta: ?si el proveedor desaparece, el beneficiario avanza o retrocede? Est¨¢ todo pensado para que no sea una gincana de distribuci¨®n de alimentos, sino de distribuci¨®n de renta. Ayer alcanzamos la cifra de un mill¨®n de familias con cartilla de alimentaci¨®n. Eran familias con una renta per c¨¢pita inferior a 90 reales, es decir, de un d¨®lar al d¨ªa. Pasaban hambre sobre todo en los Estados del noreste, una zona de Minas Gerais y la Amazonia. En otros Estados llevamos a cabo acciones puntuales, porque adem¨¢s de ocuparnos de los municipios m¨¢s pobres damos prioridad a los asentamientos y campamentos rurales que est¨¢n diseminados por todo Brasil, los quilombolas (comunidades descendientes de los esclavos), y aldeas ind¨ªgenas en estado de subnutrici¨®n. Nuestros programas provocan una reactivaci¨®n de la econom¨ªa local, porque hay al menos 500 familias en cada ciudad con cr¨¦dito, que equivalen a 25.000 reales, y eso reactiva mucho la econom¨ªa local. No compramos alimentos para la cesta b¨¢sica en las tiendas o los grandes mayoristas, sino que compramos en la agricultura familiar local. El programa crea nuevas reglas de convivencia y ya muestra los primeros resultados. Por ejemplo, en el municipio de Guaribas (al sur de Piau¨ª), donde comenz¨® el programa Hambre Cero, hasta enero pasado fallec¨ªan 59,9 ni?os de cada 1.000 nacimientos. Desde el mes de abril no muere un ni?o en Guaribas. Es un ejemplo de lo que est¨¢ ocurriendo en muchos municipios: una reducci¨®n dr¨¢stica de la mortalidad infantil y un aumento de la calidad de vida.
P. ?El resultado en nueve meses de gobierno del PT es esperanzador?
R. Muy sorprendente y muy bueno. En Brasil, el hambre tiene caracter¨ªsticas distintas de otros pa¨ªses, especialmente de ?frica. Por razones gen¨¦ticas, es un hambre end¨¦mica, que no produce cuerpos esquel¨¦ticos. Aqu¨ª muere un gran n¨²mero de obesos y que son muy pobres. Hay familias que comen el a?o entero un solo producto: frijol o mandioca, por ejemplo. El programa que est¨¢ en marcha permite una dieta alimenticia m¨¢s equilibrada.
P. ?Con qu¨¦ financiaci¨®n cuentan?
R. La cartilla alimenticia viene del Gobierno federal. Es un gasto que se considera inversi¨®n. La cifra invertida es de 600 millones de d¨®lares. La iniciativa privada ha empezado a hacer aportaciones. La federaci¨®n de bancos contribuye con la construcci¨®n este a?o de 6.000 cisternas para la recogida de agua de lluvia y combatir la sequ¨ªa. Otras empresas est¨¢n firmando convenios de cooperaci¨®n con los ayuntamientos en diversos aspectos del proyecto.
P. ?Por qu¨¦ una empresa ayuda a la campa?a Hambre Cero? ?Para desgravar impuestos?
R. No. En Brasil est¨¢ tomando cuerpo el tema de la responsabilidad social. Muchas empresas participan en el programa porque est¨¢n motivadas. Pero ninguna de ellas ha pedido privilegios, es decir, exenci¨®n de impuestos. El ministro de Hacienda ha otorgado exenciones de algunos impuestos a aquellas empresas que han donado alimentos para acciones de emergencia del programa Hambre Cero.
P. Usted era una persona que cuidaba el anonimato y que hasta hace poco ten¨ªa escasa presencia en los medios de comunicaci¨®n. Ahora es una persona p¨²blica.
R. Me han obligado. Nunca hab¨ªa salido en televisi¨®n hasta que llegu¨¦ al Gobierno, a pesar de haber recibido muchas invitaciones. Tengo muchas vanidades, pero no la de ser conocido en p¨²blico.
P. ?Por qu¨¦ no es ministro?
R. En primer lugar, porque creo que eso nunca pas¨® por la cabeza del presidente. Ni por la m¨ªa. Y porque es un cargo que no aceptar¨ªa. Estoy en una funci¨®n ideal, no aspiro a otra ni tengo ning¨²n apego al cargo. No me gusta la vida del funcionario p¨²blico. Estoy aqu¨ª m¨¢s por deber que por placer.
P. Usted asesora y da consejos al presidente.
R. No, no doy consejos. Eso es un mito. Soy amigo del presidente, amigo fraterno. Como dos amigos que hablan de todo, converso con el presidente de lo que me parece bien y de lo que me parece mal. Intercambiamos muchas ideas. El presidente me da muchos consejos, muchas lecciones, y tambi¨¦n muchas broncas cuando no le gusta alguna declaraci¨®n que he hecho.
P. A usted no le gust¨®, al parecer, el nombramiento de Gilberto Gil como ministro de Cultura.
R. No fue exactamente as¨ª. Yo estaba durmiendo en el convento cuando de buena ma?ana me llamaron de una emisora de radio. Me preguntaron sobre varios nombres que sonaban como posibles ministros. Di mi opini¨®n. Me preguntaron qu¨¦ me parec¨ªa Gilberto Gil para Cultura. Contest¨¦ que era un gran compositor y cantante, pero quiz¨¢ no el mejor candidato a ministro. Pensaba en otros nombres del PT que reun¨ªan mejores condiciones. Cuando sal¨ª de mi habitaci¨®n y fui a tomar caf¨¦ vi en el peri¨®dico que Lula ya hab¨ªa convocado a Gilberto Gil. Yo no sab¨ªa nada, pensaba que era una pura especulaci¨®n del periodista.
P. Usted acompa?¨® al presidente Lula en el reciente viaje a Cuba. ?Estuvo en las reuniones que mantuvo con Fidel Castro?
R. En casi todas. S¨®lo hubo dos momentos en los que no estuve: la conversaci¨®n de la llegada y en la hora y media que pasaron a solas al final de la visita.
P. ?El presidente Lula habl¨® de los fusilamientos en Cuba?
R. Lo que puedo decir es que el presidente habl¨® de todo lo que cre¨ªa que ten¨ªa que hablar, porque tiene muy buena relaci¨®n con Fidel Castro. Como amigos que se respetan, hablaron de todo. No estoy autorizado a entrar en el contenido de aquellas conversaciones. El presidente recibi¨® al cardenal de La Habana, Jaime Ortega, de quien escuch¨® un relato sobre lo que acontece en Cuba. Fue un viaje muy provechoso, del que pronto se ver¨¢n sus frutos. El presidente Lula reafirm¨® la soberan¨ªa de Brasil, que no somete sus relaciones exteriores a ning¨²n tipo de dirigismo. Somos independientes.
P. ?Qu¨¦ siente cuando destacados intelectuales europeos, no precisamente de derecha, critican a Lula por no aludir a las violaciones de derechos humanos en Cuba en su reciente viaje a la isla?
R. Nosotros tenemos una visi¨®n de Cuba que tal vez no sea la misma que la que tienen en Europa. En Brasil tenemos un refr¨¢n en la educaci¨®n popular que dice que la cabeza piensa donde los pies pisan. Ver el mundo desde la ¨®ptica de Europa y desde la ¨®ptica de Am¨¦rica Latina es diferente. Desgraciadamente, hoy la palabra utop¨ªa es una palabra inadecuada y pol¨ªticamente incorrecta en Europa. Aqu¨ª no, es una palabra bien dicha y bienaventurada. Nosotros miramos a Cuba con mucho respeto y admiraci¨®n por las conquistas sociales.
P. ?Cree usted que en Cuba hay violaciones de derechos humanos?
R. Cuando hablamos de derechos humanos, nosotros estamos hablando del derecho a la alimentaci¨®n, la salud, la educaci¨®n... Desde este punto de vista, ning¨²n pa¨ªs de Am¨¦rica Latina asegura tantos derechos al conjunto de su poblaci¨®n como Cuba. En Brasil todav¨ªa estamos muy lejos de conquistas de derechos humanos, tenemos que conquistar derechos animales. El programa Hambre Cero es un ejemplo. Comer es cosa de animales. Un tercio de la poblaci¨®n de mi pa¨ªs no tiene eso asegurado. Ninguno de nosotros puede imaginar una base militar cubana en California, pero ?d¨®nde est¨¢n esos intelectuales europeos protestando contra la base de Guant¨¢namo, en Cuba? Es muy f¨¢cil hablar de derechos humanos en Cuba. Como hombre de izquierdas, socialista y cristiano no quiero para el futuro de Cuba el presente de Hait¨ª o incluso el presente del noreste brasile?o.
P. En estos nueve meses, ?el Gobierno de Lula ha caminado m¨¢s lentamente de lo que esperaba?
R. Personalmente ten¨ªa la expectativa de que el ritmo fuera m¨¢s ¨¢gil hasta que comprend¨ª lo compleja y pesada que es la maquinaria del Estado. El PT pod¨ªa haber apostado por una opci¨®n revolucionaria cuando naci¨® en plena dictadura, y en cambi¨® opt¨® por esa democracia burguesa, con todas sus limitaciones. Por eso Lula compiti¨® en cuatro elecciones y esper¨® 13 a?os para llegar al Gobierno. Vista la experiencia de Allende en Chile y de la Nicaragua sandinista, no hay que precipitarse. Se necesita agilidad para negociar con el Congreso y tener una buena base parlamentaria. He descubierto que el Ejecutivo puede mucho menos de lo que mucha gente cree. Puede mucho, pero a largo plazo, no inmediatamente. Creo que ¨¦ste es un Gobierno que est¨¢ haciendo reformas que el Gobierno anterior no hizo en ocho a?os, que da prioridad a la pol¨ªtica social; que est¨¢ elaborando un plan nacional de reforma agraria, sin demagogia, para realizar aquello que se ha propuesto hist¨®ricamente.
P. ?Cu¨¢les son los mayores desaf¨ªos del primer a?o del Gobierno de Lula?
R. Creo que las mayores conquistas que ha logrado son estabilidad econ¨®mica, creando una nueva confianza en los mercados internacionales; el Hambre Cero, en pocos meses hemos hecho una gran distribuci¨®n de renta -un mill¨®n de familias-, y las reformas fiscal y de la Seguridad Social que el Gobierno ha conseguido llevar al Congreso. A partir de aqu¨ª estimo que los grandes desaf¨ªos ser¨¢n la reducci¨®n del desempleo, la violencia y la reforma agraria.
P. Algunas voces cr¨ªticas al actual Gobierno sostienen que las reformas que est¨¢ a punto de aprobar el Congreso no fueron posibles en el pasado porque el PT, que estaba en la oposici¨®n, votaba en contra.
R. Eso es muy extra?o, porque el PT apenas ten¨ªa 50 diputados, y el Gobierno, m¨¢s de 400. La base parlamentaria de Cardoso era muy superior a la que tiene Lula. Si el Gobierno anterior hubiera querido, habr¨ªa logrado aprobar las reformas.
P. ?El poder transforma a quien lo ejerce?
R. No hay duda de que el poder tiene una fuerza seductora de cooptaci¨®n que es muy peligrosa. Desde el primer d¨ªa me di cuenta de que no tengo el menor apego al cargo. El d¨ªa que salga de aqu¨ª ser¨¢ muy feliz, porque volver¨¦ a hacer lo que m¨¢s me gusta: escribir. Ahora apenas tengo tiempo para escribir mis art¨ªculos, y eso es un sacrificio. Quien no tiene otros campos de actuaci¨®n corre un riesgo muy grande de aferrarse al poder.
P. ?Ese riesgo podr¨ªa afectar al presidente Lula?
R. No, porque el presidente tiene algunas caracter¨ªsticas interesantes: en primer lugar, viene de la miseria. En toda la historia republicana hubo un solo presidente que ven¨ªa de la pobreza, Nilo Pe?anha, que gobern¨® Brasil en 1909. Lula est¨¢ marcado profundamente por su origen: hijo de padres analfabetos, sufri¨® mucho con la muerte de su esposa y de su hijo, el dedo que perdi¨®... Tuvo muchas oportunidades de aburguesarse y no lo hizo. Hasta llegar al palacio presidencial, Lula nunca tuvo empleada dom¨¦stica. Cuando va a su casa de S?o Bernardo do Campo, alg¨²n fin de semana, vuelve a ser el de siempre.
P. ?Usted contribuy¨® a moldear, elecci¨®n tras elecci¨®n, la figura de Lula como candidato a la presidencia?
R. No. Me considero su amigo, que particip¨® en muchas actividades de su vida, y que siempre opin¨®. Pero nunca tuve este papel.
P. Influencia, ?tal vez?
R. En todo caso, dir¨ªa que hay una influencia mutua.
P. ?Lula gan¨® finalmente las elecciones por su perseverancia o porque Brasil ha cambiado y ya no le asusta un presidente del Partido de los Trabajadores?
R. Gan¨® Lula porque este pa¨ªs se fortaleci¨® mucho con movimientos sociales en los ¨²ltimos 40 a?os. Si hay una persona que contribuy¨® a la victoria de Lula es el profesor Paulo Freire. Gracias a su pedagog¨ªa, muchos movimientos populares se fortalecieron en Brasil: las comunidades eclesi¨¢sticas de base, el sindicalismo, el Movimiento de los Sin Tierra, las mujeres, los negros, los ind¨ªgenas. Lula es el resultado de este proceso. Por eso gan¨®. No es producto de la mercadotecnia o del dinero, sino que es la expresi¨®n de un poder popular.
P. ?Han cambiado las ¨¦lites, que hace un a?o denostaban a Lula por su origen humilde y su supuesta falta de preparaci¨®n para ser presidente, y ahora le aplauden y elogian su carisma?
R. Al menos lo respetan. Creo que las ¨¦lites tambi¨¦n han madurado y de alguna manera han cambiado. Han visto que todos aquellos fantasmas que la extrema derecha intent¨® inocular en su cabeza eran fantasmas improcedentes. Como aquellos mensajes que advert¨ªan que si Lula ganaba expropiar¨ªa a quien tuviera dos gallinas u obligar¨ªa a todo el mundo a convertirse al ate¨ªsmo. Afortunadamente, las ¨¦lites reconocen la importancia del trabajo, la autoridad y la representatividad internacional de Lula. Este ¨²ltimo aspecto ha sorprendido a muchos, al convertirse en portavoz de Am¨¦rica del Sur. Lula es hoy un estadista de articulaci¨®n internacional.
P. En el Gobierno brasile?o conviven veteranos compa?eros de la lucha pol¨ªtica con empresarios y representantes de los poderes econ¨®micos. ?Funciona esa heterogeneidad?
R. Es un Gobierno heterog¨¦neo. En este sentido representa bien a la sociedad brasile?a. Funciona gracias a la batuta de un maestro muy celoso de su competencia, su talento y sus objetivos. El presidente no quiso hacer un Gobierno del PT con un ¨²nico matiz ideol¨®gico, sino que form¨® un Gobierno m¨¢s amplio, con lo mejor de la sociedad brasile?a.

Entre las celdas de la c¨¢rcel y del convento dominico
FREI BETTO NACI? en Belo Horizonte (Minas Gerais), en el seno de una familia de clase media. Hijo de un juez y de una autora de varios libros de cocina mineira de su Estado natal, conoci¨® las c¨¢rceles de la dictadura en dos ocasiones.
A los 20 a?os fue detenido y torturado durante 15 d¨ªas (1964). Posteriormente pas¨® cuatro a?os en prisi¨®n (1969-1973). Era colaborador de la organizaci¨®n guerrillera Acci¨®n Libertadora Nacional (ALN), que dirig¨ªa el m¨ªtico Carlos Marighella, e integr¨® un grupo de apoyo a los perseguidos pol¨ªticos junto a otros padres dominicos. No particip¨® en ninguna acci¨®n violenta, pero dio cobertura a quienes empu?aron armas.
Era estudiante de la Facultad de Periodismo cuando decidi¨® ingresar en la orden de los dominicos, a los 20 a?os. Hasta hoy. "Mi relaci¨®n con la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica es absolutamente normal". ?Tambi¨¦n con el Vaticano? "S¨ª. No s¨¦ si Roma sabe de mi existencia. Nunca he tenido problemas con la Iglesia. Cuando estuve preso, hubo cardenales que me apoyaron y otros que no". Al recuperar la libertad estuvo en una favela cinco a?os en la ciudad de Vitoria. En 1979 se traslad¨® a S?o Paulo, concretamente al cintur¨®n industrial de la gran urbe, donde conoci¨® a Lula.
En los a?os ochenta empez¨® a asesorar a algunos "pa¨ªses socialistas" sobre las relaciones Iglesia-Estado. Estuvo en Nicaragua, Cuba, China, la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Polonia, Checoslovaquia. Adem¨¢s de periodismo estudi¨® teolog¨ªa, filosof¨ªa y antropolog¨ªa.
Sigue vinculado al convento de los dominicos de S?o Paulo, en el que conserva su celda. Participa en los retiros que promueve la orden y ejerce de alguna manera la actividad pastoral. "Considero mi actividad de gobierno una actividad pastoral. El proyecto Hambre Cero es la versi¨®n de la multiplicaci¨®n de los panes de Jes¨²s. Nada es m¨¢s evang¨¦lico que la funci¨®n que ejerzo aqu¨ª dentro".
Autor de 48 libros publicados, Frei Betto ha tenido que aparcar moment¨¢neamente su pasi¨®n por la literatura. "Mis libros circulan por las librer¨ªas, pero no he podido trabajar en nuevos proyectos de creaci¨®n". Escribi¨® una biograf¨ªa no autorizada de Cristo, Entre todos los hombres, que fue bien acogida por la c¨²pula de la Iglesia cat¨®lica. "Es mi visi¨®n de Jes¨²s y mi declaraci¨®n de amor a Jes¨²s", declara.
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