Juicio al jurado
El 'caso Wanninkhof' marca las primeras sesiones del tribunal popular que juzga el crimen del Marem¨¤gnum en Barcelona
Nunca un jurado popular hab¨ªa acaparado tanta atenci¨®n en las primeras sesiones de un juicio. Las seis mujeres y los tres hombres que desde el mi¨¦rcoles forman el tribunal popular que ha de dictar veredicto sobre el crimen del Marem¨¤gnum sienten sobre su cabeza el foco de todas las miradas. Es el efecto Wanninkhof. Cuando el pasado mi¨¦rcoles se sentaron en los bancos de la Audiencia de Barcelona para juzgar a dos porteros de discoteca y a un vigilante de seguridad, acusados de matar al ecuatoriano Wilson Pacheco, que muri¨® ahogado tras ser arrojado al mar el 27 de enero de 2002, el mundo judicial estaba inmerso en una agria pol¨¦mica sobre la funci¨®n del jurado. Entre otras cuestiones, sus miembros tendr¨¢n que decidir si hubo racismo en la actuaci¨®n de los vigilantes.
"No tengan miedo y sean libres para emitir su veredicto; no est¨¢n solos", dijo la fiscal
Los sucesivos errores policiales y judiciales que llevaron a la c¨¢rcel durante 17 meses, y a la condena de Dolores V¨¢zquez por la muerte de Roc¨ªo Wanninkhof, hab¨ªan suscitado un debate sin precedentes sobre el jurado popular. Las asociaciones conservadoras de la judicatura y el Gobierno aprovecharon el error, no imputable ¨²nicamente al jurado, para poner en cuesti¨®n la instituci¨®n.
Hasta tal punto llegaban coartados los jurados de Barcelona por el peso de esta pol¨¦mica que la fiscal hizo una referencia expl¨ªcita: "No tengan miedo y sean libres para emitir su veredicto. No est¨¢n solos. Igual que en el caso de Andaluc¨ªa, el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a y el Supremo pueden revisar su veredicto".
Por todo ello, los miembros del jurado -entre los que hay amas de casa, administrativos, un arquitecto y un electricista- saben que la presi¨®n es muy fuerte. Durante el largo proceso de selecci¨®n, que fue p¨²blico, la mayor¨ªa de los preseleccionados por sorteo inform¨¢tico dijeron que prefer¨ªan no formar parte de un tribunal popular. "Le gustar¨ªa ser miembro del jurado?", preguntaron fiscal, acusaciones y defensas. "No, no me encuentro preparada", fue la respuesta de una mujer que al final result¨® elegida.
Aunque la mayor¨ªa de las preguntas versaron sobre temas relacionados con la justicia, tambi¨¦n hubo tiempo para cuestionar a los posibles miembros del jurado sobre temas relacionados con la inmigraci¨®n y los porteros de discoteca, estrechamente relacionados con el juicio. "?Cree usted en la justicia?", inquirieron. Una arquitecta, que tambi¨¦n resulto elegida, se encogi¨® de hombros y respondi¨®: "Supongo que s¨ª".
El abogado del principal acusado, el que presuntamente arroj¨® al agua a Pacheco, recus¨® a una mujer divorciada que rozaba la cuarentena y que dijo que los porteros de discoteca le parec¨ªan "un poco macarras". Tambi¨¦n fue recusado un jubilado que afirm¨® que la inmigraci¨®n "crea problemas de convivencia" y que le "ofende". A la pregunta de si le ofende el shador (velo femenino que cubre la cara en el mundo isl¨¢mico), el jubilado respondi¨® que s¨ª, que le parec¨ªa un poco extra?o.
La mayor¨ªa de las personas que fueron interrogadas afirmaron que no tendr¨ªan ning¨²n tipo de remordimiento a la hora de emitir un veredicto de culpabilidad. Uno de ellos, sin embargo, dijo que tendr¨ªa que tenerlo "muy, muy claro". Esto coincidir¨ªa con el hecho de que en la mayor¨ªa de los casos que se juzga un homicidio o un asesinato y se emite un veredicto de culpabilidad, no hay unanimidad y la votaci¨®n suele ser de 8-1 o 7-2.
La figura del jurado popular ha recibido un duro golpe con el caso Wanninkhof, reconoce el abogado Jorge Claret, encargado de la defensa de uno de los acusados por el crimen del Marem¨¤g-num. "Pero no por ello se tiene que suprimir, los jueces profesionales tambi¨¦n se equivocan", puntualiza. Las propuestas de supresi¨®n han llegado sobre todo desde las filas del PP, que dos d¨ªas despu¨¦s de que Tony King confesara haber matado a Roc¨ªo Wanninkhof, anunci¨® que el Ejecutivo se est¨¢ planteando cambiar la Ley del Jurado para instaurar el modelo mixto, formado por jueces profesionales y ciudadanos.
El abogado de la acusaci¨®n particular, Josep Mar¨ªa Cabre, no duda a la hora de manifestar su plena confianza en la figura del jurado popular, pero lamenta que s¨®lo se hable del tema cuando ocurre un error y critica el hecho de que no encuentren eco los casos en que funciona, "que son muchos".
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