Washington blinda sus fronteras
EE UU aprueba fuertes restricciones para conceder visados para ejecutivos extranjeros
Obtener un visado de trabajo en Estados Unidos se va a poner mucho m¨¢s dif¨ªcil. Nuevas restricciones aprobadas esta semana y otras en curso reducen sustancialmente el n¨²mero de visados para empresas extranjeras que quieran trasladar all¨ª temporalmente a sus ejecutivos o empleados, as¨ª como para profesionales con posibilidad de ser contratados por firmas americanas o por extranjeras constituidas en EE UU. Las medidas cuentan con el apoyo del partido en el Gobierno, la oposici¨®n y, sobre todo, de los sindicatos, que lo ven como una barrera de protecci¨®n de los empleos dom¨¦sticos.
Son el tipo de visados que utilizan cientos de empresas espa?olas con operaciones en EE UU: los H-1B y los L-1. El l¨ªmite impuesto esta semana a los primeros es de un m¨¢ximo de 65.000 al a?o, a repartir entre los cientos de miles de empresas de todo el mundo que las solicitan. A esa cantidad hay que restarle de antemano 7.000 visados que EE UU ha apartado s¨®lo para Chile y Singapur, como parte de los tratados bilaterales de libre comercio que mantiene con ambos pa¨ªses, y otros 20.000 que est¨¢n pendientes de resolver. Los 38.000 restantes representan una rebaja considerable con respecto al l¨ªmite vigente en los tres ¨²ltimos a?os, que era de 195.000.
Otro proyecto contempla la reducci¨®n de visados del tipo L-1 a s¨®lo 35.000. El a?o pasado se otorgaron 314.000
Hay, adem¨¢s, dos proyectos de ley en el Senado y la C¨¢mara Baja que proponen mayores restricciones a¨²n, y que se espera sean aprobados sin contratiempos. Un apartado de esa legislaci¨®n contempla la reducci¨®n a 35.000 visados al a?o del tipo L-1, de los que el a?o pasado EE UU hab¨ªa otorgado 314.000. Esta clase es la m¨¢s com¨²nmente solicitada por empresas que destinan durante uno a siete a?os a sus empleados o ejecutivos, mientras que los H-1B son para profesionales contratados por firmas constituidas en EE UU.
El principal impulsor de los cambios, el senador del ala izquierda dem¨®crata Christopher Dodd, afirma que es una t¨¢ctica disuasoria contra quienes "importan" fuerza laboral a bajo precio para reemplazar a trabajadores estadounidenses mejor remunerados. Sin embargo, las grandes corporaciones creen que el costo a largo plazo puede ser superior.
Las ¨²ltimas restricciones se suman a otras que a ra¨ªz del 11-S dificultan las visas de negocios. Se han dado casos, por ejemplo, de grandes compras de maquinaria industrial o incluso de aviones Boeing que se han cancelado o retrasado porque las empresas no lograban a tiempo visas para los clientes. Y temen que se convierta en un incentivo para que los inversores decidan irse a otros pa¨ªses que les faciliten sus objetivos. Igual podr¨ªa ser el caso con los empleados extranjeros especializados. Pero las probabilidades de que Washington d¨¦ marcha atr¨¢s parecen pr¨¢cticamente nulas en el ambiente a favor de una "Am¨¦rica fortaleza" que impera tras los atentados terroristas.
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