El buen gobierno da trabajo
Las nuevas normas impulsan en EE UU la figura del director de Gobierno Corporativo. En Espa?a a¨²n no hay ninguno
El buen gobierno da trabajo. Las nuevas regulaciones que obligan a las empresas a ser m¨¢s transparentes y a elaborar memorias espec¨ªficas sobre la forma en que se organizan han creado una nueva figura en algunas compa?¨ªas cotizadas de Estados Unidos: el director de Gobierno Corporativo. En Espa?a son las secretar¨ªas generales, que tambi¨¦n se han reforzado, las encargadas de estas tareas.
El nombramiento de Laurence Hickey como director de Gobierno Corporativo (Chief Governance
El 33% de las sociedades americanas cotizadas tiene un CGO. Una consultora estima que el 75% de las m¨¢s grandes tendr¨¢ uno en 2006
Officer) de Kodak el pasado mes de julio fue noticia en Estados Unidos. La compa?¨ªa se esforz¨® en destacar que se trataba de un cargo nuevo, creado para cumplir con los requisitos impuestos por la Bolsa de Nueva York en este terreno.
No es la ¨²nica compa?¨ªa cotizada que ha reaccionado a los esc¨¢ndalos empresariales de esta forma. Aunque a¨²n son pocas. Un estudio reciente de la Asociaci¨®n Americana de Gesti¨®n (AMA, en sus siglas en ingl¨¦s) asegura que el 33% de las compa?¨ªas cotizadas ya cuenta con un CGO, y la consultora Gartner, por su parte, estima que el 75% de las 500 compa?¨ªas m¨¢s grandes del pa¨ªs habr¨¢n nombrado a un directivo para cubrir este puesto para el a?o 2006.
Es parte de la resaca de los esc¨¢ndalos que han sufrido algunas grandes corporaciones estadounidenses. Tras los Enron, WorldCom y dem¨¢s, las compa?¨ªas cotizadas deben adaptarse a nuevas normas de organizaci¨®n, consecuencia de la aplicaci¨®n de la Ley Sarbanes-Oxley, aprobada por el Congreso el a?o pasado, y de las reglamentaci¨®n de la Bolsa de Nueva York. Seis multinacionales espa?olas -BBVA, Endesa, Repsol YPF, SCH, Tel¨¦fonica y Telef¨®nica M¨®viles- cotizan en el mercado americano.
La marea reguladora tambi¨¦n ha llegado a Espa?a a trav¨¦s de dos leyes distintas: la financiera, que entr¨® en vigor a finales del a?o pasado, y la de transparencia de los mercados, que lo hizo en julio. ?sta ¨²ltima, inspirada en las recomendaciones de un comit¨¦ de sabios presidido por el empresario Enrique Aldama, obliga a las empresas que cotizan en Bolsa a elaborar un informe anual de buen gobierno. Aunque el contenido de ¨¦ste a¨²n est¨¢ por detallar, la fija algunos m¨ªnimos: estructura de la propiedad; administraci¨®n; operaciones de la sociedad con accionistas, administradores y directivos; sistemas de control; funcionamiento de la junta general de accionistas, y grado de seguimiento de las recomendaciones de buen gobierno. El primer c¨®digo voluntario sobre esta cuesti¨®n se aprob¨® en 1998 y se conoce como C¨®digo
Olivencia.
Est¨¢ claro que estas obligaciones est¨¢n dando m¨¢s trabajo a las compa?¨ªas. Ninguna, sin embargo, ha nombrado un director de Gobierno Corporativo, seg¨²n distintos expertos consultados. Sigue siendo la Secretar¨ªa General del Consejo de Administraci¨®n la encargada de lidiar con estas cuestiones. Lo que s¨ª se advierte es "un refuerzo" de estas secretar¨ªas para cumplir con las nuevas obligaciones, reconoce Iv¨¢n Marten,de la consultora estrat¨¦gica Boston Consulting Group.
Para Joaqu¨ªn Garralda, profesor del Instituto de Empresa y secretario general del Foro de Reputaci¨®n Corporativa, la figura del CGO no es necesaria, y cree que la moda americana tiene m¨¢s que ver con las demandas a las que se enfrentan algunos directivos envueltos en esc¨¢ndalos que en las necesidades de la compa?¨ªa. El foro fue creado por Aguas de Barcelona, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Repsol YPF y Telef¨®nica, y ya se han sumado otras grandes empresas.
Que no act¨²en bajo esa etiqueta no quiere decir que nadie asuma las funciones propias de esta figura. Incluso m¨¢s. En los ¨²ltimos a?os, algunas grandes empresas espa?olas han creado una direcci¨®n de Reputaci¨®n Corporativa, con funciones m¨¢s amplias que el buen gobierno, como acci¨®n social, cuestiones medioambientales y de comunicaci¨®n, entre otras. De las primeras en crear una de estas comisiones fue Telef¨®nica, que lo hizo en octubre de 2001, explica Alberto Andreu Pinillos, subdirector general de Reputaci¨®n y Responsabilidad Corporativa de la operadora. Esta empresa tendr¨¢ f¨¢cil cumplir con la obligaci¨®n del informe anual, pues ya incluy¨® datos en la memoria de responsabilidad social corporativa que present¨® el a?o pasado.
Otra tendencia en Espa?a es la creaci¨®n de comisiones del consejo espec¨ªficas para estos temas, asegura Ram¨®n Pueyo, de la Fundaci¨®n Ecolog¨ªa y Desarrollo. Esta fundaci¨®n elabora un informe sobre responsabilidad social corporativa en Espa?a. Lo que parece claro es que el fen¨®meno es imparable. Se llame como se llame. Lo resume Garralda: "Es un fen¨®meno reciente que se estaba gestando desde hac¨ªa a?os, y recibi¨® un espaldarazo con el esc¨¢ndalo Enron".
Alivio del presidente y vigilante de la organizaci¨®n
Los directores de Gobierno Corporativo (CGO en sus siglas en ingl¨¦s) surgen en Estados Unidos como reacci¨®n a los esc¨¢ndalos empresariales como Enron o WorldCom. Por eso, entre sus funciones est¨¢ la de "proporcionar alivio a los presidentes, directores financieros y otros directivos perseguidos por la justicia", seg¨²n un informe de la consultora Gartner publicado la semana pasada.
Este estudio resume las funciones del cargo. La primera es establecer los procedimientos y pol¨ªticas necesarios para cumplir la ley y promover un comportamiento ¨¦tico en la plantilla. La ley Sarbanes-Oxley, aprobada el a?o pasado, impone nuevas obligaciones en este sentido. Para lograr este objetivo, los CGO deben trabajar mano a mano con el comit¨¦ de gobierno corporativo de la empresa. Esto exige que se coordinen con los responsables de cada unidad de negocio, lo que permite ver si los procedimientos se ajustan a la realidad. Tambi¨¦n deben establecerse de forma clara los castigos y sanciones por no cumplir las normas.
Por ¨²ltimo, estos directivos, que deben tener conocimientos legales y financieros, tienen como meta mejorar la comunicaci¨®n para que la plantilla entienda los cambios y, sobre todo, hacer un seguimiento de los mismos.
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