Carencias
Mientras la Uni¨®n Europea se entretiene en recomendar que se distribuyan las cajetillas de tabaco con im¨¢genes disuasorias, en Argentina distribuyen gratuitamente medicamentos mediante el Plan Remediar hasta el 2007.
Cuando en Espa?a se reforma la ley de precios gen¨¦ricos para que los medicamentos mantengan un costo m¨ªnimo de dos euros, en Tokio, el director del Programa Alimentario Mundial (PAM) de las Naciones Unidas, James Morris, anuncia que en ?frica habr¨¢ para el a?o 2010 unos veinte millones de hu¨¦rfanos de mantenerse la cr¨ªtica situaci¨®n con el s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
La telebasura nos hace creer que todo lo importante se reduce a qui¨¦n se acuesta con qui¨¦n, que nada es ya digno de respeto, que todo vale por mantener audiencia; fuera de este mundillo, lo cotidiano persiste en ense?arnos la enormidad de nuestras carencias.
Veinte millones de hu¨¦rfanos en el tercer milenio de nuestra historia, en un continente expoliado, masacrado y frenado en su desarrollo por luchas tribales y fratricidas que a nadie interesa frenar. ?Qu¨¦ nos est¨¢ pasando? La inmigraci¨®n, la miseria, la b¨²squeda de El Dorado asaltan d¨ªa a d¨ªa nuestras fronteras.
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