El M¨¢laga castiga la tosquedad del Celta

Un pizca de presi¨®n en el centro del campo y algo de pegada, y los tres puntos se quedaron en La Rosaleda. Pocas tardes tan confortables como la de ayer le esperan al equipo de Juande Ramos, que sin apenas remangarse redujo al Celta a cenizas. O se redujo el Celta a s¨ª mismo, porque de tan tosca puesta en escena como la que present¨® en M¨¢laga s¨®lo pod¨ªa salir un ladrillo. Muchas veces, de bodrios semejantes ha salido indemne el equipo de Lotina, pero la racha no pod¨ªa ser eterna, y se impuso la cordura de un M¨¢laga mucho m¨¢s amable con la pelota. El Celta se agazap¨® en el campo como un salteador de puntos: encogido, repleto de futbolistas voluntariosos y con Milosevic, Jesuli y Gustavo L¨®pez como reserva ofensiva. El proyecto de partido se le ha visto tantas veces que es un cl¨¢sico. Consiste en dejar pasar el reloj sin mayor plan de ataque que los balones frontales de C¨¢ceres para, en la segunda parte, estirarse a la caza de la sorpresa. Una vez m¨¢s anduvo cerca del empate, pero cuando anot¨® su ¨²nico gol s¨®lo tardo diez minutos en que Miguel ?ngel le devolviera a su sitio.

El primero de los goles, anotado por Sanz a los diez minutos, no ape¨® al Celta de su discurso. Cierto que el equipo vigu¨¦s tuvo la pelota mas tiempo que el M¨¢laga, pero jam¨¢s encontr¨® un camino para cruzar el medio campo que no fuera el pelotazo. Fernando Sanz s¨®lo tuvo que aprovechar un c¨®rner mal defendido por el Celta para poner por delante al M¨¢laga. Empujado por Romero, el equipo de Ramos ¨²nicamente podr¨¢ reprocharse su falta de punter¨ªa, porque atac¨® por todos los flancos. El Celta, en cambio, tard¨® una hora en disparar a puerta, tras una combinaci¨®n de Milosevic y Gustavo L¨®pez a la que no lleg¨® Jos¨¦ Ignacio. A falta de f¨²tbol, su gol s¨®lo pod¨ªa llegar a bal¨®n parado, en una falta lanzada por Jesuli que remat¨® Milosevic. El gol del Celta dio lugar a una nueva siesta, de la que apenas tard¨® diez minutos en emerger Miguel ?ngel para finiquitar el partido.

El asedio final a la porter¨ªa de Cavallero pudo llevar a Lotina a reflexionar sobre la fragilidad de su equipo, pero el entrenador del Celta prefiri¨® cargar sobre los recogepelotas. "Cuando anotamos, entregaban el bal¨®n muy r¨¢pido, y despu¨¦s desaparecieron; es lamentable", dijo al final del partido.