Gloria y miseria de un debutante

Deb¨² agridulce, dir¨¢n algunos. Estreno parad¨®jico, pensar¨¢n otros. El caso es que Catriel Orcellet (Entre R¨ªos, Argentina 1978), no olvidar¨¢ nunca la tarde de ayer en el Nuevo Zorrilla. Vivi¨® tantos momentos de gloria como de miseria. Vivi¨® el f¨²tbol, en definitiva.

Orcellet lleg¨® al Valladolid el verano pasado, cedido por un grupo de empresarios argentinos. Y, de inmediato, se dispuso a ubicarse a la sombra de Bizarri, un compatriota que ha encontrado en la porter¨ªa del Valladolid su merecido hueco en la Liga espa?ola, el mismo que busca el propio Orcellet.

Se educ¨® y debut¨® en la Primera Divisi¨®n de su pa¨ªs, en el Boca J¨²niors, y de ah¨ª pas¨® a un modesto, el Nueva Chicago, en el que era titular indiscutible. Hasta que Fernando V¨¢zquez decidi¨® que le hac¨ªa falta un portero. Su ¨²nica oportunidad de jugar podr¨ªa haber llegado el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en la Copa del Rey, pero ayer, cuando quedaban unos segundos para el descanso, Bizarri cometi¨® un penalti que le cost¨® la expulsi¨®n y Orcellet, sin tiempo ni para calentar, se encontr¨® con que su primera intervenci¨®n consist¨ªa en intentar pararle un penalti a Javi Guerrero. Dicho y hecho. Cuarenta segundos en el campo y misi¨®n cumplida.

La primera intervenci¨®n suele ser decisiva para los debutantes. Le da moral para irse arriba o, por el contrario, supone una carga que va a ser d¨ªficil de soportar. Claro que a Orcellet le quedaban un saco de sorpresas por experimentar: positivas algunas, negativas muchas. S¨®lo ocho minutos despu¨¦s, le toc¨® repetir la misma escena. Lo ¨²nico que vari¨® fue la porter¨ªa. El bal¨®n que lanz¨® Regueiro fue al mismo sitio al que antes hab¨ªa ido el de Guerrero, Orcellet se estir¨® de la misma manera y otra vez el bal¨®n se qued¨® en sus manos. Sus dos intervenciones en los penaltis no fueron, sin embargo, ning¨²n presagio porque despu¨¦s le cayeron tres goles entre la desbandada de sus defensas. Eso s¨ª, sus primeros minutos en la Liga los recordar¨¢ toda la vida.