Sheila Herrero ya no rueda
Desmotivada, la patinadora aragonesa, la deportista espa?ola con m¨¢s t¨ªtulos mundiales (15), se retira a sus 27 a?os
Un buen d¨ªa, Sheila Herrero (Zaragoza, 1976) decidi¨® que ya no volver¨ªa a estrenar ropa interior al calzarse los patines; que ya no volver¨ªa a recoger su cabellera en un mo?o para calarse el casco y evitar tirones de pelo; que ya no volver¨ªa a maquillar sus grandes ojos oscuros antes de enfilarse por una cuesta a 95 kil¨®metros por hora... Que se acab¨® "la adrenalina a mil", pero tambi¨¦n el sentirse "discriminada". La rutina la hab¨ªa vencido. La motivaci¨®n hab¨ªa desaparecido tras m¨¢s de 20 a?os consagrada a ese ritual.
Ese d¨ªa, la semana pasada, la mejor patinadora de la historia dijo adi¨®s a la competici¨®n. Se descalz¨® los patines -"soy la m¨¢s torpe haci¨¦ndolo", confiesa- y dej¨® para la historia un curr¨ªculo que habla de la deportista espa?ola con m¨¢s t¨ªtulos. Nadie, ni siquiera el m¨ªtico motociclista ?ngel Nieto, con sus 12 + 1 t¨ªtulos, ha acaparado tantos trofeos mundiales como la aragonesa. Durante dos decenios, Sheila se ha subido al pelda?o m¨¢s alto del podio en 15 ocasiones. Tampoco nadie de su categor¨ªa ha tenido que ingeni¨¢rselas de tal manera para que sus victorias y sus r¨¦cords -a¨²n posee cuatro- tuvieran repercusi¨®n.
Practicante de una disciplina sin tradici¨®n en Espa?a, Sheila apenas ha podido vivir de un deporte que s¨®lo mueve a los medios de comunicaci¨®n y los patrocinadores en Italia, Suiza, Alemania o Estados Unidos. Ahora, a sus 27 a?os, cuando sus condiciones f¨ªsicas a¨²n le permitir¨ªan mantenerse en la elite durante al menos cuatro temporadas m¨¢s, cuando por fin hab¨ªa logrado el apoyo de alg¨²n sponsor y que equipos extranjeros la contrataran, ha decidido colgar los patines e iniciar una nueva vida.
"Despu¨¦s de tantos a?os y con mi palmar¨¦s, no quiero salir a competir si no puedo estar al 100% de motivaci¨®n", argumenta Sheila ante la sorpresa que ha causado su retirada; "con cierto miedo, emprendo una nueva etapa que me hace mucha ilusi¨®n". Se acab¨® el lanzar retos a Claudio Chiapucci. "T¨², en bici; yo, en patines. Una vuelta al circuito", le dec¨ªa, a sabiendas de que perder¨ªa, para atraer la atenci¨®n de la prensa y los patrocinadores. El gran ex ciclista italiano, por cierto, le debe a¨²n la revancha: ¨¦l, en patines; ella, en bici.
De momento, lo que menos le apetece hacer a Sheila es calzarse de nuevo unos patines aunque s¨®lo sea para divertirse con los amigos. Lleva haci¨¦ndolo desde que ten¨ªa cuatro a?os, cuando sus padres, patinadores aficionados, la invitaron a montarse sobre las cuatro ruedecillas para pasear en familia. Un a?o despu¨¦s, con s¨®lo cinco, se proclam¨® campeona de Arag¨®n. Fue el primer triunfo en una larga carrera llena tambi¨¦n de obst¨¢culos. Porque en Espa?a el patinaje profesional es un gran desconocido. Las autoridades apenas apoyan un deporte que no es ol¨ªmpico y que, pese a sus ¨¦xitos, cuenta con escas¨ªsimos lugares de entrenamiento. As¨ª, Sheila ha tenido en los aparcamientos de los supermercados su gran banco de pruebas. Aprovechaba las horas de cierre para, con la ayuda de su padre, presidente de su club de siempre, el Domingo Miral, lanzarse a toda velocidad por la explanada.
Con la edad y la profesionalizaci¨®n, como los ciclistas, la carretera tambi¨¦n ha sido su aliada. "Me jugaba la vida en cada entrenamiento", recuerda; "requiere la m¨¢xima concentraci¨®n para que no te coman los coches y, aparte de peligroso, eso resulta aburrido".
Sola, sin su m¨²sica house, echaba a rodar durante kil¨®metros y kil¨®metros para completar un marat¨®n, la disciplina a la que m¨¢s se ha dedicado ¨²ltimamente. "Con los a?os, pierdes velocidad y ganas fondo", explica mientras recuerda que, de peque?a, cuando a¨²n coqueteaba con el atletismo -junto al futbolista argentino Maradona, la atleta estadounidense Florence Griffith es su gran ¨ªdolo-, corr¨ªa pruebas explosivas, de corta distancia. Horas y horas en el gimnasio levantando pesas y realizando ejercicios aer¨®bicos completaban las ocho que diariamente dedicaba a entrenarse. Como compa?era, siempre, la soledad.
S¨®lo el apoyo econ¨®mico de su padre, un pe¨®n de alba?il, y los trabajos eventuales que Sheila realiz¨® antes de dedicarse por completo al patinaje -desde el taller de electr¨®nica hasta la alba?iler¨ªa- le permitieron costearse las competiciones. Hasta hace cuatro a?os no logr¨® un contrato profesional. Por supuesto, en el extranjero: primero, en Estados Unidos; despu¨¦s, en Italia.
Ahora se retira. Con sus 15 t¨ªtulos y sus cuatro r¨¦cords del mundo -5.000: 7m 52s; 10.000: 16m 36s; 15.000: 24m 57s, y 42.000 metros (marat¨®n): 1h 18m- y el objetivo de traspasar sus conocimientos a los ni?os: "Hay que hacer mucho trabajo de base. ?ste es un deporte espectacular". Tambi¨¦n con la ilusi¨®n de dedicarse al dise?o de moda, algo que, con la criminolog¨ªa, le apasiona.
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