Pujol: la raz¨®n del autogobierno
"Reclamamos el autogobierno, sobre todo, porque lo necesitamos para seguir siendo catalanes". Lo dijo Pujol, semanas atr¨¢s, en Madrid, en una conferencia balance de su largo mandato. Una etapa m¨¢s en la despedida de un presidente que se va contra su voluntad -sin entender muy bien por qu¨¦- atendiendo a los requerimientos de la raz¨®n y de la presi¨®n de su entorno. La frase podr¨ªa quedar en la lista de las inefables cl¨¢usulas de estilo de cualquier discurso nacionalista. Un repertorio que encabeza otro latiguillo favorito del pujolismo: "No somos un pa¨ªs cualquiera", como si hubiese pa¨ªses necesarios -aut¨¦nticos- y pa¨ªses prescindibles -sin atributos precisos. El nacionalismo, aun el m¨¢s democr¨¢tico, siempre se esta moviendo al borde del precipicio de la autocomplacencia y del desprecio a los dem¨¢s: "Somos los mejores". El nacionalismo catal¨¢n no va a ser una excepci¨®n. Si algo caracteriza a las ideolog¨ªas -y el nacionalismo es una de ellas- es el mimetismo y el uso de la repetici¨®n. Por eso, en el discurso nacionalista leemos tan a menudo frases perfectamente intercambiables, donde sustituyendo Catalu?a por Espa?a, por Francia o por Eslovaquia seguir¨ªan significando lo mismo. Todos los nacionalismos se consideran ¨²nicos, irrepetibles e imprescindibles, de modo que en este sentido todos son iguales. Las ideolog¨ªas no sirven para explicar el mundo, sino para meter una idea del mundo en la cabeza de los ciudadanos. Y ya se sabe que la repetici¨®n es una t¨¦cnica muy vieja tanto de la pedagog¨ªa como de la propaganda.
Pero volvamos a la frase del principio: necesitamos el autogobierno para seguir siendo catalanes. Probablemente, a nadie le ha sorprendido. Forma parte de las ideas recibidas que se dan por buenas sin hacer el esfuerzo de preguntarse realmente qu¨¦ significan o si significan alguna cosa. Como ha explicado Kundera, lo caracter¨ªstico de la estupidez moderna no est¨¢ en la ignorancia, sino en la escalada irresistible de las ideas recibidas, que, propagadas por los media, asfixian cualquier originalidad sin que nadie las ponga en cuesti¨®n.
Pienso que el autogobierno puede ser necesario para mejorar la condici¨®n de los ciudadanos de Catalu?a; para potenciar estrategias que le sit¨²en en el espacio global conforme a sus potencialidades y recursos, m¨¢s f¨¢ciles de conocer y de orientar desde la proximidad; para trabajar por una mayor cohesi¨®n social; para hacer una pol¨ªtica educativa que permita a los j¨®venes alcanzar mayores niveles de autonom¨ªa y de independencia; o para ubicarnos mejor en Europa. En fin, para decirlo al modo de Bruno Latour, para trabajar en la composici¨®n de un bien com¨²n -un modus vivendi- y no para imponer una idea del bien com¨²n -un modus morendi. Creo que el concepto de bien com¨²n merece ser recuperado. Y pienso -con Amartya Sen- que frente al utilitarismo dominante que apuesta por los resultados en t¨¦rminos de mejores condiciones para un mayor n¨²mero de personas hay que apostar por la optimizaci¨®n de las capacidades que hacen a los ciudadanos m¨¢s aut¨®nomos en el ejercicio de su libertad y de su responsabilidad social. Por todo ello estar¨ªa justificado pedir m¨¢s autogobierno, pero fr¨¢gil debe ser en la conciencia de Pujol la condici¨®n de catalanes si piensa que depende de tener un poco m¨¢s o menos poder.
M¨¢s autogobierno para seguir siendo catalanes, ?qu¨¦ significa? ?Es una manifestaci¨®n m¨¢s del eterno victimismo de una idea de pa¨ªs que acude demasiado a menudo a utilizar sus d¨¦ficit como coartada o es una nueva figura de la apelaci¨®n esencialista que tiene la virtud de ser irrebatible como todo lo inefable? ?Las esencias necesitan la gasolina del autogobierno para alimentarse? Por este camino, todo razonamiento es absurdo. Los catalanes hemos sido catalanes con y sin autogobierno. No por estar sometidos hemos dejado de ser catalanes. Yo personalmente me considero catal¨¢n y no veo mi condici¨®n afectada por componente externo alguno. Las cuestiones de pertenencia son subjetivas, dif¨ªcilmente pasan por el autogobierno, si acaso por el autogobierno individual e irreductible de cada uno. Entonces, ?de qu¨¦ se trata? ?De potenciar la lengua y la cultura? Est¨¢ bien y es importante -aunque tenga pocos precedentes- que un gobierno entienda que la cultura es un bien de primera necesidad. No se ha distinguido por ello el Gobierno de Pujol. El general De Gaulle hizo a Malraux ministro de Estado y lo sent¨® a su derecha en el Consejo de Ministros para que quedara clara la importancia que se otorgaba a la cultura. Era en un momento en que Francia, en la resaca de la II Guerra Mundial y con el problema de Argelia delante, necesitaba afirmarse a s¨ª misma, y nada mejor que hacerlo a partir de la voluntad universal que la cultura francesa siempre ha llevado incorporada.
Vivimos en tiempos en que las sociedades ya no ser¨¢n nunca m¨¢s homog¨¦neas -si es que lo fueron alguna vez- y las relaciones interculturales se har¨¢n muy complejas. El autogobierno deber¨¢ potenciar y proteger la lengua y la cultura catalanas y hacerlas atractivas -y no ofensivas ni impositivas- a los muchos ciudadanos que vengan de fuera, pero al mismo tiempo crear las condiciones -si hablamos de ciudadanos aut¨®nomos- para que cada cual pueda desarrollarse como mejor le parezca, dentro del respeto a las reglas del juego comunes.
?Qu¨¦ entiende Pujol por seguir siendo catalanes? ?Se trata de potenciar la natalidad para que haya m¨¢s aut¨®ctonos que for¨¢neos? Eso, adem¨¢s de discutible (y potencialmente xen¨®fobo), en un mundo globalizado, es puro voluntarismo. Puede incentivarse econ¨®micamente tener hijos, pero los resultados siempre ser¨¢n relativamente marginales. Catalu?a es un espacio cultural y social. Como toda sociedad, es cambiante: en su composici¨®n, en sus pr¨¢cticas y costumbres y en sus referencias. Si seguir siendo catalanes significa potenciar y mejorar las condiciones y capacidades de cada ciudadano me parece razonable. Pero entonces, ?por qu¨¦ catalanes y no portugueses o suizos? No me parece que el bienestar colectivo sea una aspiraci¨®n que diferencie a los catalanes de los dem¨¢s. ?De qu¨¦ se trata, por tanto? De utilizar el autogobierno para imponer unas costumbres y unos referentes que son los que el nacionalismo de CiU entiende como propios de los catalanes. Pero, ?no hab¨ªamos quedado en que son catalanes todos los que viven y trabajan en Catalu?a? Siempre he sospechado que el nacionalismo es una coartada ideol¨®gica para que manden siempre los mismos.
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