Carmen Posadas habla sobre amor, ¨¦xito y rivalidad en su tercera novela

Una fot¨®grafa madrile?a de mucho ¨¦xito e inseguridad; su madre insoportable que no para de ligar con millonarios italianos; un modelo uruguayo muy guapo, muy pobre y muy bueno; dos ricas y analfabetas productoras de televisi¨®n intercambiables; unos peruanos con pasteler¨ªa clandestina que saben distinguir el bien del mal... ?stos son algunos de los personajes de El buen sirviente (Planeta), tercera novela de Carmen Posadas (Montevideo, 1953). El libro trata sobre los amores inconvenientes, la rivalidad entre madres e hijas y el "perfume del mal" que cubre la intriga, dice la autora.

Narrada con un punto entre lo sat¨ªrico y lo ir¨®nico, la novela incluye en la p¨¢gina 12 un ataque a las llamadas "mujeres en la sombra", tipo de f¨¦mina que Posadas define como "marinacasta?o, enfermera, pararrayos, ama seca, relaciones p¨²blicas, bulldog, masajista de egos y futura heredera universal".

"Me revientan esas masajistas de egos cuyo destino es ser heredera universal del autor"

"Me revientan", explica entre sonrisas. "Y me parece pat¨¦tico que muchos hombres de talento acaben sus d¨ªas con damas as¨ª".

En Cinco moscas azules (1996), Posadas ya dej¨® m¨¢s o menos claras sus filias y fobias sobre la alta sociedad espa?ola (vive aqu¨ª desde 1965). Ahora, en la p¨¢gina siguiente, la 13, habla de una mujer "que juega a parecerse a Irene Papas" y es "una de esas descendientes de ilustres exiliados de la guerra con un ministro de la Rep¨²blica en su ¨¢rbol geneal¨®gico que consiguen que la inteligencia del difunto se les d¨¦ por supuesta a ellas".

La atractiva autora de La bella Otero se niega a revelar de qui¨¦n se trata en realidad: "As¨ª no dir¨¢n que mis personajes son reconocibles. En realidad, no lo son tanto, son mezclas de aqu¨ª y all¨¢, refritos, nadie se parece a nadie. Bueno, la de la Rep¨²blica s¨ª, pero no lo dir¨¦ ni muerta".

Sobre lo literario, Posadas ha tratado, dice, de "mantener la f¨®rmula Dickens": "Consiste en dos cosas: dise?ar una intriga, saber qu¨¦ pasa con la huerfanita, eso que tiene un p¨²blico m¨¢s popular; y a la vez hacer un retrato social, una cr¨ªtica de costumbres, dibujar bien la psicolog¨ªa de los personajes a trav¨¦s de la iron¨ªa".

In¨¦s Ruano, la fot¨®grafa, tiene cosas de la autora, admite: "Es insegura, supersticiosa y tiene miedo al ¨¦xito. "?Amores inconvenientes? Yo ya he aprendido, y ahora no me enamoro de quien no debo".