La hora de los 'sin tierra'
Los latifundistas de Brasil temen expropiaciones ante los planes de Lula de dar tierra a un mill¨®n de campesinos
Aldimir Lima Nunes, Branquinho, es un latifundista brasile?o cuyo nombre hace temblar a muchos pobladores de los Estados del noreste. Casi nadie se atreve a hablar. "Branquinho tiene orejas en cada esquina de la ciudad", es el comentario m¨¢s com¨²n. Desde octubre de 2002 estaba pr¨®fugo de la justicia federal por diversos delitos. Hace dos semanas, el temido propietario rural se entreg¨® a la Polic¨ªa Federal en Marab¨¢, en el Estado de Par¨¢, acompa?ado de tres abogados, cuando los agentes le pisaban los talones. Branquinho est¨¢ en prisi¨®n provisional, acusado de varios homicidios, delitos contra el fisco, formaci¨®n de bandas, enga?o de trabajadores, sometimiento de sus empleados a condiciones de esclavitud y amenazas. Tiene abiertos ocho procesos criminales ante la justicia de Tocantins.
Desde la llegada de Lula, la lucha contra el trabajo esclavo ha cambiado
La acci¨®n judicial comenz¨® tras diversos asesinatos de trabajadores en la regi¨®n de Anan¨¢s, que hab¨ªan sido contratados para realizar labores pesadas en haciendas de la zona Iriri-Terra do Meio (al sur de Par¨¢), propiedad de Lima Nunes, entre otros. Los delitos hab¨ªan sido documentados por la Comisi¨®n Pastoral de la Tierra (CPT), organizaci¨®n de la Iglesia que hoy encabeza la lucha contra la nueva esclavitud.
El dominico Xavier Plassat, Frei Xavier, coordinador de la campa?a de la CPT contra el trabajo esclavo, tiene sentimientos encontrados sobre la captura de Branquinho: "Alivio, porque hac¨ªa un a?o que exig¨ªamos el cumplimiento de la orden judicial, y preocupaci¨®n, porque contin¨²a intacto el esquema de bandidaje que comanda". La realidad es que la Polic¨ªa Federal no hizo nada hasta que las amenazas llegaron al fiscal de la rep¨²blica, cuyo veh¨ªculo fue abordado por pistoleros en julio pasado. "Si saliera en libertad, se crear¨ªa una situaci¨®n extremadamente peligrosa. Ahora ¨¦l sabe perfectamente qui¨¦n declar¨® en su contra", comenta Frei Xavier.
Desde la llegada de Lula da Silva a la presidencia, la lucha contra el trabajo esclavo ha cambiado. A los tres meses, el Gobierno federal aprob¨®, el pasado 11 de marzo, el Plan Nacional de Erradicaci¨®n del Trabajo Esclavo, que implica al Ministerio de Trabajo, al de Justicia, al ministerio p¨²blico, a la justicia federal y a la Polic¨ªa Federal. "El Grupo M¨®vil del Ministerio de Trabajo ha multiplicado sus acciones. Act¨²a m¨¢s y con mayor celeridad", dice Frei Xavier. El problema es que tambi¨¦n aumenta el n¨²mero de denuncias de trabajo esclavo que llegan a las dependencias de la CPT: 204 casos en lo que va de a?o, que implican a m¨¢s de 7.200 trabajadores. M¨¢s de 3.800 han sido rescatados en operativos policiales en haciendas del noreste brasile?o. El a?o pasado, en la misma ¨¦poca, se hab¨ªan registrado 111 denuncias que afectaban a 4.500 trabajadores.
Algunos jueces han adoptado medidas osadas como la confiscaci¨®n de bienes o la condena a pagar indemnizaciones de entre 100.000 reales (34.400 d¨®lares) y 500.000 reales (172.400 d¨®lares) por "da?os morales colectivos". Fuentes de la CPT aseguran que el Gobierno prepara la publicaci¨®n de una lista negra de condenados por practicar el trabajo esclavo.
Algunas ONG denuncian intentos de rearticulaci¨®n de la Uni¨®n Democr¨¢tica Ruralista (UDR) y de las milicias armadas de los grandes propietarios. Concretamente, en los Estados de Par¨¢, Maranhao, Tocantins (noreste) y en los Estados del sur. Su presidente, Luis Antonio Nabhan Garcia, dirigi¨® duras cr¨ªticas a Lula da Silva, a quien calific¨® de "enemigo del productor rural". La UDR, fundada en 1985, agrupa a los propietarios agrarios m¨¢s refractarios a un cambio. El mayor enemigo de la UDR es el Movimiento de los Sin Tierra (MST), que naci¨® en 1984 con el objetivo de la reforma agraria. "Nabhan Garcia no tiene mucho que hablar, porque no representa a nadie", dice Jo?o Paulo Rodrigues, de la direcci¨®n del MST. "Es de extrema derecha y su hacienda est¨¢ repleta de armas. La Polic¨ªa Federal har¨ªa bien en detener a este individuo". El l¨ªder de la UDR responde: "Tenemos armas para defender nuestras propiedades de la invasi¨®n de los criminales. Son armas registradas". ?Qui¨¦nes son los criminales? "El MST. No se puede dialogar con bandidos", afirma Nabhan Garcia.
A la insultante concentraci¨®n de la propiedad rural, los sin tierra han opuesto la ocupaci¨®n de fincas improductivas. Hay cuatro millones y medio desperdigados por Brasil, 200.000 de los cuales malviven en campamentos. La esperanza de recibir un pedazo de tierra se hizo eterna para muchos. Pero los tiempos han empezado a cambiar.
El presidente declar¨® la semana pasada: "La reforma agraria va a ser aprobada no porque se ocupen tierras, sino porque es una necesidad de justicia social".El MST dice estar convencido de que la meta de la futura ley es asentar a un mill¨®n de acampados en los cuatro a?os del mandato de Lula.
"Los latifundistas saben que el Gobierno va a realizar la reforma agraria y est¨¢n preocupados", comenta el l¨ªder del MST, Jo?o Paulo Rodrigues. Nabhan Garcia discrepa: "La reforma est¨¢ destinada al fracaso, porque es un plan asistencialista, y los planes asistencialistas son para corto plazo".
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