Los j¨®venes y adolescentes suman la mitad de los nuevos casos de sida en el mundo
La ONU constata que las chicas afrontan m¨¢s riesgos sanitarios y reciben peor educaci¨®n
Cada 14 segundos un adolescente se contagia de sida en el mundo. Unos 2,5 millones de j¨®venes entre 15 y 24 a?os contraen anualmente el VIH, la mitad de todos los nuevos casos, denuncia el informe Estado de la Poblaci¨®n Mundial 2003, del Fondo de Poblaci¨®n de la ONU (FNUAP), centrado en los adolescentes.
El sida afecta a 11,8 millones de j¨®venes entre 15 y 24 a?os, lo que supone un tercio del total de enfermos. Un 50% de los nuevos casos afecta a ese sector de la poblaci¨®n, que representa un 16% de los habitantes del planeta. El sida ha dejado hu¨¦rfanos a m¨¢s de trece millones de menores.
La pandemia se extiende especialmente entre las muchachas (en ?frica, casi el 70% de los casos son femeninos). Las chicas, seg¨²n el informe, corren por razones biol¨®gicas de dos a cuatro veces m¨¢s peligro de contagio que los chicos, y todo se agrava por la desigualdad entre ambos sexos a la hora de recibir sanidad y educaci¨®n.
"La educaci¨®n sexual debe empezar desde edad muy temprana", dice Marisela Padr¨®n, directora para Latinoam¨¦rica del FNUAP. "Es mentira que propicie el libertinaje: el conocimiento proporciona responsabilidad".
El mal de la incredulidad
En los pa¨ªses m¨¢s afectados por el sida, la informaci¨®n sobre prevenci¨®n y terapia no cala en los adolescentes, por la dificultad de debatir p¨²blicamente las cuestiones sexuales. S¨®lo un peque?o porcentaje de muchachos sabe que est¨¢ infectado. "El enemigo es la incredulidad: los j¨®venes creen que no van a contagiarse, y los Estados no proveen servicios para ellos", dice Yuri Chill¨¢n, secretario general de la Organizaci¨®n Iberoamericana de la Juventud (OIJ). "El sida es una enfermedad viajera y tendr¨ªa que estar en la agenda diaria de todos los pa¨ªses. Estamos jug¨¢ndonos la generaci¨®n joven m¨¢s preparada de la historia. Hace falta que la comunidad internacional invierta en esa lucha".
"Espa?a aport¨® en los dos ¨²ltimos a?os al FNUAP 555.000 d¨®lares, lo que significa que est¨¢ a¨²n muy lejos del club de los millonarios como llamamos a los pa¨ªses que cada a?o dan un mill¨®n de d¨®lares", dice Padr¨®n. "Hay, por tanto, bastante holgura para que Espa?a aporte m¨¢s. Hasta hace dos a?os Espa?a financiaba programas concretos, por ejemplo, en Filipinas y Marruecos, y suprimi¨® ese dinero".
Las j¨®venes de los pa¨ªses pobres est¨¢n en peligro constante de sufrir una violaci¨®n: a menudo, su primera experiencia sexual es ser forzada por un familiar o conocido. En un estudio sobre 30.000 j¨®venes en Sur¨¢frica, la cuarta parte de los chicos reconoc¨ªan haber violado a una chica. En India, dos de cada cinco prostitutas son adolescentes. En Sri Lanka, la prostituci¨®n la ejercen mayoritariamente chicos.
Un 82% de chicas se casa en el mundo pobre antes de cumplir 18 a?os. En Nigeria, donde eso se cumple al dedillo, el contraste entre clases es evidente: s¨®lo el 22% de las muchachas ricas contrae matrimonio antes de esa edad. De las chicas casadas en los pa¨ªses pobres, s¨®lo el 17% usa anticonceptivos. Una de cada cuatro mujeres, entre los 20 millones que abortan en condiciones insanas, son menores de 19 a?os.
La salud reproductiva es crucial. Cada a?o, 14 millones de adolescentes dan a luz, y corren dos veces m¨¢s riesgos que una joven de entre 20 y 30 a?os. Los problemas de parto son comunes en las adolescentes primerizas: casi la mitad de las muertes de embarazadas en Etiop¨ªa son achacables a inmadurez f¨ªsica.
"En mi pa¨ªs, Argentina, por vez primera, un 70% de los j¨®venes es pobre, el 60% de las chicas no termina la escuela primaria y un n¨²mero creciente de ellas se queda embarazada una y otra vez. Un 43% de los casos de sida corresponde a mujeres. Nuestra estrategia, financiada por el FNUAP, es que grupos de adolescentes informen directamente a sus cong¨¦neres", dice Cecilia Correa, coordinadora de la Red Latinoamericana de J¨®venes por los Derechos Sexuales y Reproductivos.
Unos 238 millones -la cuarta parte de los j¨®venes del mundo- sobreviven en la extrema pobreza; es decir, con menos de un euro al d¨ªa, y 462 millones lo hacen con menos de dos euros.
115 millones sin escuela
Unos 96 millones de chicas y 57 de chicos no saben a¨²n leer ni escribir. Pese a que la educaci¨®n primaria ha mejorado mundialmente, 115 millones de menores no van al colegio (el 57% de ellos, ni?as). A los 18 a?os, una chica tiene 4,4 a?os menos de educaci¨®n que un chico. Muchas familias las sacan de la escuela cuando empiezan a tener la regla, y las reservan para el matrimonio o el cuidado de la casa. Los maestros pueden ser parte del problema, indica el informe: en Kenia, por ejemplo, los profesores desaniman a menudo a las chicas que asisten a clase, o permiten que los chicos las acosen, o las adjudican trabajos como fregar el aula mientras a los chicos se les dan tareas relacionadas con la ense?anza.
Unos 250 millones de adolescentes viven en la calle; la mitad de ellos son latinoamericanos.En 2000 hab¨ªa en el mundo 352 millones de menores de 17 a?os con trabajo, pero de ellos 246 millones ten¨ªan empleo ilegal y 171 de ¨¦stos trabajaban en condiciones muy precarias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.