La ley isl¨¢mica impone un abismo entre hombre y mujer

Shir¨ªn Ebad¨ª, la nueva Nobel de la Paz, ha luchado para lograr que cambie el estatus de la mujer en una Rep¨²blica Isl¨¢mica en la que la

desigualdad de derechos, recogida por la ley iran¨ª,

se extiende a muchos aspectos de la vida cotidiana.

El signo m¨¢s visible es la obligaci¨®n impuesta a las mujeres, tras la Revoluci¨®n de 1979, de llevar velo. Pero hay muchos otros, como el llamado dinero de sangre o diy¨¦, en caso de asesinato: la indemnizaci¨®n que recibe la familia de la v¨ªctima est¨¢ en torno a 21.500 euros, si es un hombre, y la mitad, si es una mujer. La diferencia se extiende a las herencias, en las que a la mujer le corresponde la mitad que al hombre.

En caso de divorcio, la madre s¨®lo tiene derecho a la custodia de los hijos hasta que cumplan los dos a?os, si son ni?os, y hasta los siete a?os, si son ni?as. Adem¨¢s, les es mucho m¨¢s dif¨ªcil obtener el divorcio. Para salir del territorio iran¨ª, la mujer necesita autorizaci¨®n de su marido o de su padre, si no est¨¢ casada. Tambi¨¦n hay profesiones vetadas para el sexo femenino. Sin embargo, su papel es m¨¢s importante que en otros pa¨ªses isl¨¢micos: pueden conducir, votar, tienen cierta presencia parlamentaria y son mayor¨ªa en la Universidad.