Abstenci¨®n electoral
Respecto a la carta firmada por el se?or Jaime C¨®rdoba en relaci¨®n con la abstenci¨®n, quisiera contestarle. Yo no dudo de su palabra, de sus buenas intenciones, de su hast¨ªo por la pol¨ªtica y hasta puedo comprenderle. Pero cualquier otra persona podr¨ªa confundirle con un simpatizante del PP.
En unas elecciones todos nos jugamos mucho. Dice usted que ante las pr¨®ximas elecciones a la Asamblea, no ha cambiado nada absolutamente. Yo creo que s¨ª. El voto emitido por los ciudadanos fue alterado por el poder del dinero, porque nadie se cree a estas alturas que las "disputas internas" fueran la ¨²nica causa de la deserci¨®n de dos diputados.
El espect¨¢culo de la comisi¨®n de investigaci¨®n no nos sac¨® de dudas, pero dej¨® patente que existen poderosas fuerzas econ¨®micas dispuestas a pagar lo que sea para controlar el poder y el dinero al margen de los ciudadanos, ya sea en ayuntamientos o en comunidades. Madrid es un inmenso negocio. Quiz¨¢s no sepamos nunca toda la verdad de lo sucedido, pero sabemos perfectamente cu¨¢l ha sido el partido m¨¢s beneficiado de todo esto: el que perdi¨® y no pod¨ªa gobernar.
Es cierto que los pol¨ªticos ya no improvisan, como los candidatos del XIX en Inglaterra, que se sub¨ªan a una mesa y se dirig¨ªan al pueblo en plena calle. F¨ªjese si no improvisan que Esperanza Aguirre se niega a debatir cara a cara con sus oponentes. Su concepto de lo que "ser¨¢ diferente" si nos abstenemos, me causa miedo.
Debe votar para que la pol¨ªtica nos garantice campo sin adosados para disfrutar, y tambi¨¦n una educaci¨®n de calidad para nuestros hijos. Pi¨¦nselo. V¨¢yase de pic-nic otro d¨ªa.- Antonio Jim¨¦nez. Madrid.
No puedo evitar sentir verg¨¹enza al escuchar ciertas palabras y nombres que han sonado mucho ¨²ltimamente en nuestros o¨ªdos, como tr¨¢nsfuga, Tejada, trama, Simancas, especulaci¨®n, Tamayo, comisi¨®n, Bravo.... Verg¨¹enza se define as¨ª: "Turbaci¨®n del ¨¢nimo que suele encender el color del rostro, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acci¨®n deshonrosa o humillante, propia o ajena". Eso es precisamente lo que siento.
Ante esto no me queda otra opci¨®n que repetir mi voto en blanco. El mito dice que el voto en blanco no sirve para nada. Pero, ?y si hubiera un mill¨®n de votos en blanco? ?Servir¨ªa eso para algo? Mi respuesta es clara y contundente: seguro que s¨ª. Habr¨ªa un replanteamiento sobre la manera de hacer pol¨ªtica. Se dar¨ªan cuenta de que los protagonistas no son ellos, los pol¨ªticos, sino los ciudadanos.
Pero qu¨¦ es lo que va a pasar en realidad. Aumentar¨¢ en un peque?o porcentaje el n¨²mero de abstenciones, y ya est¨¢. Da igual quien gane, quien gobierne, quien pierda y quien no gobierne. Y todo seguir¨¢ igual. Con una diferencia: la democracia habr¨¢ perdido algunos adeptos que se sumar¨¢n a las filas de los esc¨¦pticos y desconfiados con el sistema. Un sistema que seguir¨¢ perdiendo l¨¢minas mientras se lamenta y que, sin embargo, no hace nada por perpetuarse. Porque el objetivo de los que lo dirigen es exprimirlo hasta sus ¨²ltimas consecuencias como si de una reserva petrol¨ªfera se tratase, sin importarles lo que pueda pasar en un futuro.- Alberto Pav¨®n ?lvarez. Madrid.
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