Un vino de altura

Que alguien sea capaz de elaborar buenos vinos en plena sierra alpujarre?a, con una climatolog¨ªa extrema y a 1.300 metros de altura (en el l¨ªmite de lo posible) es un alarde de fe y saber hacer enol¨®gico que merece ser destacado. Sobre todo si tenemos en cuenta que aqu¨ª los vinos eran infames, malamente ajerezados, subidos de alcohol y turbios. Pero Manuel Valenzuela ha conseguido el prodigio. Es un granadino que ama la naturaleza y le gusta afrontar los desaf¨ªos con esp¨ªritu libertario. Lo que no le impide plantearse las cosas con seriedad. Sus vi?as (14 hect¨¢reas) se cultivan con rigor bioecol¨®gico, y el vino se elabora en una bodega peque?a pero dotada de todos los adelantos. ?l apuesta por recuperar la vid aut¨®ctona vijiriego, pero sin renunciar a las posibilidades de los cabernet, merlot, chardonnay y, ¨²ltimamente, pinot noir, con la que ha conseguido su vino m¨¢s interesante. Un soberbio e ins¨®lito tinto envejecido en un conjunto de robles franceses. Tinto de aroma franco, potente, con la frutosidad caracter¨ªstica del varietal (confitura de frutillos rojos, frambuesa), c¨¢lidamente especiadas. En la boca es amplio, con cuerpo, y un sabor ligeramente goloso que armoniza perfectamente con la acentuada acidez. Un pinot de altura.