El Juli sale a hombros
El ganado para el festival de El Juli ten¨ªa fachada. Eran grandes, ande o no ande... Anduvieron lo justo, eran unos sin fuerzas. Picotazo y medio les dieron. La plaza es de primera. Salvo el de Adolfo Mart¨ªn carecieron de casta, siendo nobles hasta parecer tontos. A los pijos de la dehesa se trajeron.
No precis¨® el Juli del capote para triunfar. Pas¨® in¨¦dito. Ni una ver¨®nica de la que hablar
. Que banderilleara, le pidieron a gritos. Lo hizo. No alcanz¨® con ello alboroto alguno, si se compara con los clamores que levant¨® El Fandi. Invit¨® a banderillear a Carretero, Bermejo y Arruga. Bermejo le dej¨® en rid¨ªculo. Qued¨® lo art¨ªstico para la muleta. En el que abri¨® plaza voce¨® m¨¢s que tore¨®. El marmolillo no pod¨ªa con su alma. A gritos y gracias.
Varias ganader¨ªas / El Juli
Toros de Partido de Resina, Zalduendo, Adolfo Mart¨ªn, Las Ramblas, P¨¦rez Tabernero y J. Pedro Domecq. Bien presentados, descastados y blandos. Quinto devuelto. Juli¨¢n L¨®pez, El Juli: estocada (saludos); gran estocada (oreja); media estocada (silencio); estocada (oreja); estocada (silencio); gran estocada (dos orejas).
El segundo se movi¨® algo m¨¢s, lo aprovech¨® para brindar a la concurrencia. Faena templada y t¨¦cnica a base de tirar de pico y largar toro. Lo mat¨® magn¨ªficamente. El de Adolfo Mart¨ªn, el tercero, era el toro de la afici¨®n. No le banderille¨®. La faena fue un empate a cero. Tan listo estuvo uno como h¨¢bil el otro. Sigui¨® un b¨²falo de 698 kilos. Precis¨® de picotazo y amago. Soso y apagado el toro, bullidor como para turistas el maestro.
El quinto era bueno. No hay quinto malo. Le devolvieron por inv¨¢lido. En el bis m¨¢s sobre lo visto. En el de la jotica, el sexto, un santo a canonizar puso toda la carne en el asador. Lopesinas, banderillas, rodilla en tierra para comenzar la faena. Ya de pies, hizo series con ambas manos. Fueron las m¨¢s entonadas de la tarde. Por m¨¦rito el acompa?ar la l¨¢nguida embestida del santo. Luego, galer¨ªa. Con magn¨ªfica estocada, puso fin. La espada fue su fuerte. Cierto, estuvo magn¨ªfico. A estocada por morrillo sali¨®. Ca¨ªdo el toro, teniendo en cuenta que las almohadillas son blancas, lo aprovecharon para pedir de entrada el rabo. El noventa por ciento de los asistentes eran o ejerc¨ªan de Hooligans.
Ap¨²ntese en su haber la ordenada y correcta lidia que dio a los seis. Acertado en terreno y distancias nunca pis¨® el sitio de la verdad, con lo que todo careci¨® de emoci¨®n. Los toros pijos no emocionan, aburren. Como la vida misma. A la afici¨®n le gusta la competencia. Le hubiera gustado ver a El Juli en pelea con otras figuras. El aficionado ayer permaneci¨® callado. Si alguno dice algo, le tiran al Ebro.
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