La guerra civil del gas
Su exportaci¨®n a trav¨¦s de Chile enfrenta a los bolivianos con su Gobierno
Los pobres de un pa¨ªs pobre, Bolivia, se han alzado contra el Gobierno y contra los planes de Repsol YPF de exportar gas a EE UU a trav¨¦s de Chile. El resentimiento contra este pa¨ªs, que arrebat¨® a Bolivia su salida al mar en el siglo XIX, ha sido mayor acicate que la crisis econ¨®mica para unas protestas que se iniciaron hace un mes y que han producido ya en los enfrentamientos con la polic¨ªa.
Obreros, campesinos e ind¨ªgenas de Bolivia, los m¨¢s pobres del pa¨ªs m¨¢s pobre de Suram¨¦rica, han completado su tercera semana de protestas contra un multimillonario proyecto de exportaci¨®n de gas natural, uno de los pocos sectores pr¨®speros dentro de una econom¨ªa en retroceso. Se trata del plan de Repsol YPF y otros socios para embarcar gas hacia EE UU en un puerto de Chile, enemigo hist¨®rico de Bolivia porque le quit¨® la salida al mar en el siglo XIX. Este conflicto refleja la crisis global de un pa¨ªs paup¨¦rrimo desde hace centurias.
Bolivia ha perdido el ritmo de crecimiento de los noventa, superior al 4% anual, a partir de 1999. Desde entonces, su PIB ha crecido a tasas tan bajas que deterioraron la renta per c¨¢pita. S¨®lo el a?o pasado los ingresos por habitante subieron apenas el 0,4% por una expansi¨®n de la econom¨ªa del 2,7%. La fuerte inversi¨®n extranjera (654 millones de d¨®lares), sobre todo en hidrocarburos, arrastr¨® al crecimiento, pero se dirigi¨® a sectores de baja utilizaci¨®n de mano de obra. El paro urbano continu¨® el ascenso de los ¨²ltimos a?os y alcanz¨® en 2002 el 8,7%.
El panorama de 2003 es distinto. La Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL) pronostic¨® en agosto, antes de las protestas que han frenado la econom¨ªa boliviana con huelgas y cortes de carreteras, que la expansi¨®n ascender¨ªa a menos del 2%, lo que supondr¨ªa una nueva bajada del PIB per c¨¢pita del 0,3%.
En esas cifras no se incluye el retroceso de los dos motores informales de la econom¨ªa boliviana, el cultivo de coca y el contrabando, que vienen siendo combatidos con ¨¦xito en los ¨²ltimos a?os. Por lo tanto, CEPAL considera que aquel 2% esconde un "contexto recesivo". Adem¨¢s de la exportaci¨®n de gas, la de soja y minerales tambi¨¦n empujan el ingreso de divisas.
El Gobierno de Gonzalo S¨¢nchez de Lozada, que carga con m¨²ltiples peticiones de renuncia de la oposici¨®n, ya no puede recurrir al incremento del gasto p¨²blico, como el a?o pasado hicieron sus antecesores. Enfrenta las restricciones presupuestarias que le impone un d¨¦ficit fiscal que alcanzar¨ªa el 7% del PIB.
La reforma de la Seguridad Social ha sido la principal causa de ese agujero fiscal. La salida de dep¨®sitos se repiti¨® en junio de 2002, antes de las elecciones en las que el liberal S¨¢nchez de Lozada bati¨® al l¨ªder cocalero Evo Morales, y en febrero pasado, cuando otras protestas sociales evitaron un aumento de impuestos sugerido por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los tipos de inter¨¦s se han elevado, la fuga de capitales ha mermado las reservas internacionales y el consumo cae en picado. Las manifestaciones han perjudicado al turismo y al comercio de artesan¨ªas y agr¨ªcola.
"Pese a las dificultades pol¨ªticas y sociales del pa¨ªs, la inflaci¨®n se mantiene baja y los indicadores se?alan que la econom¨ªa se recupera y el mercado financiero se estabiliza", declar¨® el lunes la subdirectora gerente del FMI, Anne Kruegger, al aprobar el desembolso de 15 millones de d¨®lares de un programa de asistencia de 123 millones aprobado en abril ¨²ltimo por un a?o. El FMI insisti¨® en que Bolivia, con una deuda externa de 4.300 millones de d¨®lares (m¨¢s de la mitad del PIB), no cumple con sus metas fiscales y debe recortar gastos de "baja prioridad", reformar el c¨®digo tributario, expandir la base contributiva y aplicar un plan para regularizar a los deudores de la hacienda p¨²blica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.