Pacto de Toledo
El compromiso de los grupos pol¨ªticos y sociales en asegurar el mantenimiento del sistema p¨²blico de pensiones ha cristalizado en la renovaci¨®n del Pacto de Toledo, suscrito recientemente en el Congreso. La existencia de puntos comunes de consenso constituye una importante garant¨ªa de la viabilidad y continuidad del sistema a largo plazo, frente a los peligros que se avecinan, bajo nivel de natalidad e incremento de la edad de la poblaci¨®n, que van a provocar la disminuci¨®n de la poblaci¨®n contributiva y, por tanto, la crisis del sistema.
Con este pacto se trata de fijar una serie de grandes principios que sean desarrollados por los Gobiernos futuros. La pol¨ªtica social de los ¨²ltimos a?os ha materializado algunas de las recomendaciones que se acordaron en 1995 (subida de las pensiones m¨¢s bajas, simplificaci¨®n de los reg¨ªmenes, constituci¨®n del fondo de reserva, implantaci¨®n de sistemas de jubilaci¨®n flexible...).
El pacto renovado ha incorporado recomendaciones nuevas. La preocupaci¨®n por la integraci¨®n laboral de la mujer y los problemas de igualdad y conciliaci¨®n de vida familiar y laboral; la protecci¨®n del fen¨®meno de la dependencia, es decir, el cuidado de aquellas personas que necesitan de otra persona en el desarrollo cotidiano de las actividades de su vida; la atenci¨®n a la discapacidad; la incorporaci¨®n de los inmigrantes al mercado de trabajo y al sistema de protecci¨®n social. Por el contrario, la posible extensi¨®n del c¨¢lculo de la pensi¨®n de jubilaci¨®n sobre la totalidad de la vida laboral del trabajador no se ha incorporado al pacto por el rechazo que provocaba en algunos sectores.
Se mantiene tambi¨¦n la pol¨ªtica de incentivaci¨®n de la contrataci¨®n mediante bonificaciones en las cotizaciones, as¨ª como la preocupaci¨®n por no contribuir con los recursos p¨²blicos a las prejubilaciones. Algunos grupos han planteado votos particulares que han ido por la v¨ªa de reclamar m¨¢s competencias para las autonom¨ªas o elevar la cuant¨ªa de las pensiones hasta el SMI. No obstante, las divergencias y la posible ambig¨¹edad de algunas cl¨¢usulas no pueden atenuar la importancia que supone la existencia de un consenso general sobre cu¨¢l debe ser el camino futuro de la Seguridad Social.
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