Esto es Hollywood
Hay que ver c¨®mo las gastan los americanos. ?Por qu¨¦ no van a elegir a un actor? Pero me da el p¨¢lpito de que a Schwarzenegger no le han elegido porque antes ya tuvieran a Reagan. Del mismo modo creo que se equivocan quienes pensaron que el pasado del muchachote con las mujeres podr¨ªa haberle restado votos. Porque, efectivamente, Schwarzenegger ten¨ªa un pasado, un pasado de Terminator, y a ¨¦se es a quien han votado, al humanoide construido en una extra?a aleaci¨®n de acero que resulta invulnerable y es capaz de autorregenerarse en un pisp¨¢s con tal de proseguir su misi¨®n: preservar a los buenos de las asechanzas de los malvados. No me cabe la menor duda, los californianos no han votado a Schwarzenegger, sino a Terminator.
Y digo yo, ?por qu¨¦ vamos a ser menos? No, no estoy insinuando que tambi¨¦n le votemos a ¨¦l por m¨¢s que Superibarretxe pueda parecerse a Terminator no s¨®lo porque se lo carga todo, sino porque tambi¨¦n es inmune a cualquier ataque por democr¨¢tico que sea. ?Se imaginan? Si ya de por s¨ª resulta empalagoso, resultar¨ªa insufrible verle autorregenerarse todo el rato. No, no necesitamos votar a Terminator porque ya tenemos uno con su plan blindado y toda la pesca; lo que estoy proponiendo es promover a alguien m¨¢s cercano. Promovamos a Torrente. Seamos californianos en ello y pasemos del actor Santiago Segura, a quien necesitamos es a Torrente. Ser¨ªa el sucesor perfecto de Arzalluz bajo la mesa, por no decir su heredero natural, ya que nada se parece m¨¢s a un nacionalista que otro nacionalista y a Torrente con cambiarle la rojigualda por la tricolor bastaba. Adem¨¢s no es para echar a humo de pajas la circunstancia de que Torrente sea hincha de un club de f¨²tbol rojiblanco que tambi¨¦n se llama Atl¨¦tico.
Pero donde yo veo m¨¢s preparado a Torrente es en su vertiente brazo tonto de la ley que constituye su divisa, porque no habr¨¢ lugar en el mundo donde m¨¢s se menosprecie. La ley, digo. Nuestro Licurgo particular, alias Azkarraga, la tiene continuamente en la boca como tendr¨ªa los cereales del desayuno, reblandecida y llena de babas porque no pasa d¨ªa en que no la ponga por los suelos y la pisotee achac¨¢ndole motivos protervos, ¨¢mbitos de aplicaci¨®n equivocados y redacciones desmesuradas cuando no antidemocr¨¢ticas. Ya sali¨® la palabrita. Claro que tambi¨¦n tiene mucho m¨¦rito el presidente de nuestro Parlamento a quien los miembros de la Ertzaintza llamaban en su d¨ªa Harry el Sucio, porque era todo mentira, mote que viene al pelo ya que estamos hablando de Hollywood. Pues como dec¨ªa, Atutxa se ha caracterizado por darle a la ley unos pases no ya forales, sino toreros que para s¨ª los quisiera Cantinflas. ?El Supremo? Pues no habr¨¢ toreado morlacos peores...
Por aquello de la sana emulaci¨®n acaba de echarse al ruedo nuestro Maciste, el Coloso de Andoain, a quien ya le estaba reconcomiendo tener que morderse tanto la lengua. Por eso ha soltado una sentencia rotunda y contundente: al plan Ibarretxe no lo paran ni la ley ni el tanque, objetos, como se ve, de id¨¦ntica factura y complexi¨®n, sobre todo cuando se quiere decir que vivimos bajo unas leyes que parecen tanques, o sea golpistas por no decir dignas sucesoras de Franco. Y si todos han echado su cuarto a espadas, c¨®mo no iba a echarlo nuestro Spock, que aunque no sea de cine es de TV y pilota la nave de todos (?) los vascos. As¨ª que el sosito del lehendakari se ha descolgado con otra bravata que parece sacada de alg¨²n western -?podr¨ªa ser La ciudad sin ley?- al declarar que a ¨¦l no le para ni la Justicia. ?Qu¨¦ puede poder la Justicia contra la voluntad del pueblo? Estas alusiones al triunfo de la voluntad del pueblo, tienen un tufillo como a la Alemania que retrata la pel¨ªcula Cabaret, donde el ciudadano ha sido sustituido por una masa idealizada cuya voluntad coincide misteriosamente con la voluntad del l¨ªder, pero dej¨¦moslo ah¨ª. Lo que importa es reconocer que Torrente nos vendr¨ªa pintiparado tanto por la ley como por la caspa, porque pocos lugares habr¨¢ donde se promocione tanto la mediocridad y se regale el champ¨² como se regalan los insultos a la inteligencia. An¨ªmense amigos, porque si esto no es Hollywood, lo ser¨¢ en un santiam¨¦n.
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