Gil y Mu?oz vuelven a sentarse juntos en el banquillo por negar informaci¨®n a la oposici¨®n

Los ex alcaldes de Marbella Jes¨²s Gil y Juli¨¢n Mu?oz volvieron ayer a sentarse juntos en el banquillo de los acusados para ser procesados por un presunto delito de impedimento de los ejercicios constitucionales a los grupos de la oposici¨®n, a los que el gobierno municipal gilista no permiti¨® conocer el preinforme del Tribunal de Cuentas sobre su gesti¨®n. Aunque la fiscal¨ªa y el PSOE s¨®lo mantienen la acusaci¨®n contra Mu?oz, para quien piden cuatro a?os de inhabilitaci¨®n, el PP involucra tambi¨¦n con igual culpa a Gil y al secretario municipal, Leopoldo Barrantes.

La ¨²ltima vez que Gil y Mu?oz entraron juntos en las sedes judiciales de M¨¢laga fue hace dos meses para declarar sobre las acusaciones de corrupci¨®n que ambos se cruzaron en televisi¨®n. Pese a su distanciamiento, los dos mantienen a¨²n engrasado un engranaje de defensa que en muchas ocasiones han tenido que compartir. La declaraci¨®n de Gil resulta ilustrativa: "Mis relaciones con Mu?oz ahora no son buenas, pero en honor a la verdad su decisi¨®n estar¨ªa amparada como siempre en los informes t¨¦cnicos que recib¨ªa, y ¨¦l no hizo nada en contra de nadie, sino cumpliendo con su obligaci¨®n".

Para que ning¨²n cabo quedara suelto, el abogado defensor de Mu?oz, Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido, resulta ser el jefe de la asesor¨ªa externa del consistorio que formul¨® aquel consejo. El mismo letrado tuvo que atribuirse esa responsabilidad en algunos momentos de la vista. El tercer acusado, el secretario municipal, certific¨® que ¨¦l particip¨® en las reuniones de la asesor¨ªa.

La defensa de Juli¨¢n Mu?oz aleg¨® que no se facilit¨® el anteproyecto del informe del Tribunal de Cuentas a los grupos de la oposici¨®n porque, de acuerdo con los consejos t¨¦cnicos, entend¨ªa que se trataba de un documento de trabajo que el Tribunal de Cuentas envi¨® al Ayuntamiento para que "el equipo de gobierno y los t¨¦cnicos" aportaran ciertas alegaciones y que despu¨¦s habr¨ªa un segundo proyecto, y por ¨²ltimo el informe definitivo. Adem¨¢s Mu?oz record¨® que la decisi¨®n no fue suya, sino del pleno municipal. Aunque para que as¨ª fuera su grupo utiliz¨® una triqui?uela. En julio de 2000, al tener noticias de que el Tribunal de Cuentas hab¨ªa emitido un preinforme en el que desvelaba una delicad¨ªsima situaci¨®n al estimar casi 240 millones de euros gastados sin justificar entre 1991 y 1999, los grupos de la oposici¨®n pidieron tener acceso al documento.

Mu?oz, que era alcalde en funciones, neg¨® la informaci¨®n y la oposici¨®n solicit¨® la celebraci¨®n de un pleno municipal cuyo primer punto del orden del d¨ªa consist¨ªa en la "puesta de manifiesto e informe de la alcald¨ªa sobre el anteproyecto del informe del Tribunal de Cuentas". Pero la mayor¨ªa absoluta del GIL hizo aprobar una enmienda de forma que el mencionado punto quedaba como "no dar informaci¨®n" del informe.

Aquel acuerdo fue recurrido en v¨ªa contencioso administrativa ante el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, que lo anul¨® y requiri¨® al alcalde a facilitar la documentaci¨®n a la oposici¨®n. El asunto est¨¢ pendiente de que el Tribunal Supremo se pronuncia sobre recurso de casaci¨®n, lo que, en opini¨®n de Del Nido, deb¨ªa haber impedido la celebraci¨®n del juicio penal. El fiscal sin embargo resalt¨® que estos asuntos se vean en v¨ªa penal. "Se trata de tutelar un derecho colectivo muy relevante, estos delitos impiden la democracia", afirm¨®.