Fosas
La Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la memoria Hist¨®rica (ARMH) lleva m¨¢s de tres a?os reivindicando una falacia. Su prop¨®sito de remover las tierras de este maravilloso pa¨ªs para sacar de sus fosas a miles de fusilados durante la contienda civil ha sido, hasta ahora, una costosa aventura que ha generado emocionadas adhesiones y bastante desd¨¦n oficial. Cuando en octubre de 2000, Emilio Silva (fundador con Santiago Mac¨ªas de la ARMH) ech¨® mano de su amor propio y de un grupo de voluntarios para exhumar los restos de su abuelo de un pedregal de Priaranza del Bierzo, los medios t¨¦cnicos y el apoyo legal con los que contaba eran primitivos y escasos: algunos testimonios, un viejo plano y una pala excavadora subvencionada por el citado municipio leon¨¦s. Estos d¨ªas, sin embargo, las cosas se prometen distintas. Una jugada maestra ha logrado concentrar la atenci¨®n de fieles y detractores y sensibilizar de una vez a la opini¨®n p¨²blica gracias al anuncio de la inmediata recuperaci¨®n de los restos del poeta Federico Garc¨ªa Lorca. Hasta ahora, las v¨ªctimas rescatadas de las cunetas y los barrancos eran seres an¨®nimos que sufrieron la venganza cainita de sus verdugos en plena refriega civil, pero ahora, a partir del anunciado hallazgo, la labor de la ARMH ser¨¢ necesariamente otra cosa. De momento, los medios hablan de m¨¢s de cuarenta expertos (antrop¨®logos, historiadores, genetistas y ge¨®logos) implicados en la operaci¨®n de rescate, adem¨¢s del empleo de georradares, ondas electromagn¨¦ticas, c¨¢maras en tres dimensiones, estudios de ADN, esc¨¢ner con l¨¢ser, etc. En s¨ªntesis, todo un despliegue cient¨ªfico y econ¨®mico auspiciado sin reservas por la Junta de Andaluc¨ªa, la Universidad de Granada y el ayuntamiento de Alcafar.
No hay nada m¨¢s recomendable, entre silencios y penurias, que fichar a un peso pesado de la vieja tragedia espa?ola para ganarse el coraz¨®n del respetable. Me alegro por todos, pero me sentir¨ªa a¨²n m¨¢s feliz si alguien me garantizara que el campo de Albatera-Catral, donde yacen miles de cuerpos olvidados, recibe un trato semejante cuando llegue el momento de ajustar las cuentas con la Historia.
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