Las promesas de cambio no frenan la protesta en Bolivia
Multitudinarias manifestaciones en La Paz
El anuncio de un cambio de pol¨ªtica por parte del presidente boliviano, Gonzalo S¨¢nchez de Lozada, llega tarde. El pa¨ªs andino es hoy un clamor que exige la dimisi¨®n del mandatario, que ha batido todas las marcas de impopularidad. Miles de ind¨ªgenas, campesinos, mineros, estudiantes y ciudadanos de toda condici¨®n marcharon ayer desde diversos puntos hacia el centro de La Paz con un ¨²nico objetivo: la renuncia del Goni, apelativo del presidente.
A los que Gonzalo S¨¢nchez de Lozada califica sin ning¨²n rubor de narcotraficantes y anarquistas son los pobres que nunca fueron escuchados y que poco saben de drogas y de pol¨ªtica.
En la situaci¨®n de desobediencia civil generalizada, el supuesto golpe de tim¨®n que pretende dar el presidente en su pol¨ªtica es papel mojado. El compromiso de convocar sin fecha un refer¨¦ndum consultivo por departamentos sobre la pol¨ªtica del gas (que la Constituci¨®n no contempla), la revisi¨®n de la controvertida ley de hidrocarburos con las empresas, la incorporaci¨®n de la asamblea constituyente al r¨¦gimen constitucional y la voluntad de preservar la democracia suenan hoy a m¨²sica celestial para muchos bolivianos, a pesar de que son algunas de sus principales reivindicaciones.
El presidente y sus ministros siguen empecinados en aferrarse al poder, apelando a la legitimidad de un Gobierno que es cuestionado desde todos los frentes. Las movilizaciones como la de ayer en La Paz, capital del pa¨ªs, son cada vez m¨¢s multitudinarias, y la protesta se extiende a otros sectores. Evo Morales, l¨ªder ind¨ªgena y diputado opositor del Movimiento al Socialismo (MAS), ha rechazado la propuesta del Gobierno, aunque la revuelta ha alcanzado tal magnitud que ha rebasado incluso a los dirigentes m¨¢s conocidos, y hoy los manifestantes s¨®lo parecen atender a los llamamientos de los l¨ªderes de las juntas vecinales, que proliferan por doquier.
Los ¨²ltimos en incorporarse al repudio del mandatario han sido los intelectuales, artistas, integrantes de organizaciones humanitarias y representantes de la Iglesia cat¨®lica. Por iniciativa de la ex defensora del pueblo Ana Mar¨ªa Romero de Campero han convocado a una huelga de hambre masiva en todas las iglesias de Bolivia hasta que S¨¢nchez de Lozada abandone el poder.
Los dirigentes pol¨ªticos del oficialismo han comenzado a emplear otro lenguaje. Su ¨²ltimo mensaje es que el Parlamento se dispone a discutir a partir de ma?ana las cuatro propuestas del presidente en el manifiesto que ley¨® el mi¨¦rcoles por la noche. Para que el Congreso pudiera reiniciar las sesiones sus se?or¨ªas tendr¨ªan que encontrar expeditas las rutas hacia La Paz. La capital boliviana es hoy una ciudad aislada, con el aeropuerto internacional cerrado desde hace cinco d¨ªas, los accesos bloqueados por todo tipo de barricadas, sin transporte p¨²blico, y con las actividades paralizadas. El Colegio de M¨¦dicos de La Paz se ha declarado en estado de emergencia ante el temor a nuevas matanzas y ha hecho un llamamiento a donar medicinas, sueros y vendas a los hospitales. Asimismo, ha pedido a todos los m¨¦dicos que permanezcan en alerta.
Barreras de manifestantes
No parece posible, en estas condiciones, que los congresistas puedan sentarse tranquilamente ma?ana en sus esca?os. Porque si alguno de ellos pudiera llegar hasta el centro de la ciudad tendr¨ªa que franquear las barreras de manifestantes que no les recibir¨ªan precisamente con los brazos abiertos.
El alcalde de La Paz, Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo (escisi¨®n del Movimiento de Izquierda Revolucionaria), lo resumi¨® en pocas palabras: "Lo que dijo el presidente deb¨ªa haberlo dicho hace 20 d¨ªas. ?l ya no puede cumplir esta agenda. Tiene que dimitir y dar paso a un Gobierno de unidad nacional presidido por el vicepresidente de la Rep¨²blica".
Por su parte, la Confederaci¨®n de Empresarios Privados de Bolivia lanz¨® un llamamiento para evitar nuevas v¨ªctimas y ratific¨® su posici¨®n de defensa de la institucionalidad democr¨¢tica, que considera en riesgo. El presidente de esta patronal, Carlos Calvo, declar¨® a los periodistas que el "derramamiento de m¨¢s sangre debe servir para empezar a abrir los ojos y o¨ªdos" a fin de encontrar soluciones a los problemas de la naci¨®n.
El mecanismo sucesorio que contempla la Constituci¨®n se?ala como primera alternativa al vicepresidente, pero quien ocupa el cargo, Carlos Mesa, mantiene una actitud ambigua que no despeja los interrogantes sobre el futuro institucional de Bolivia. Crece la opini¨®n de que Mesa deber¨ªa asumir de manera interina la Presidencia tras la renuncia de S¨¢nchez de Lozada. En un mensaje dirigido a la naci¨®n, el vicepresidente dijo que no aceptaba ser instrumento de nadie, ni del Ejecutivo ni de la oposici¨®n, critic¨® la violencia y la represi¨®n desencadenada por el Gobierno, pero reiter¨® que se mantiene firme en su puesto.
A sabiendas de que est¨¢ llamado a pilotar la transici¨®n, Mesa guarda una prudente distancia de S¨¢nchez de Lozada y de los dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el ex presidente Jaime Paz Zamora, y de Nueva Fuerza Republicana, Manfred Reyes Villa, que comparecieron el mi¨¦rcoles por la noche junto al primer mandatario para leer el Manifiesto al pueblo de Bolivia.
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