El jard¨ªn de ideas de Darwin

El 14 de septiembre de 1842, Charles Darwin se instal¨® en Down House, al sur de Londres. Por esa ¨¦poca ya hac¨ªa a?os que hab¨ªa vuelto de recorrer el mundo a bordo del Beagle, que atrac¨®, entre otras, en las costas de Patagonia, Tierra de Fuego, islas Gal¨¢pagos, Nueva Zelanda y Australia. En Londres, Darwin se hab¨ªa casado con su prima Emma Wegdwood, con la que tuvo tres hijos. El cient¨ªfico ten¨ªa guardados bajo llave algunos borradores de textos que recog¨ªan sus ideas y que hab¨ªa comenzado a escribir antes de instalarse en Down House. Tanto secreto se deb¨ªa a que la idea de la evoluci¨®n de las especies era considerada her¨¦tica. Pero, alejado de la ciudad, Darwin se sinti¨® aliviado del peso de ir en contra de la interpretaci¨®n literal del antiguo testamento. Y Down House fue el refugio ideal para escribir su obra.

La casa, de finales del siglo XVIII, se sit¨²a cerca del poblado de Downe, en el condado de Kent. La propiedad necesit¨® de numerosas modificaciones para adaptarse a las necesidades de la familia. Pero los senderos que surcan la regi¨®n y llegan hasta la casa encantaron a Darwin. El cient¨ªfico los recorri¨® durante cuarenta a?os como si caminara las idas y vueltas de su pensamiento.

Las habitaciones de la planta baja permanecen tal y como se encontraban cuando Darwin desarrollaba all¨ª su vida social. El sal¨®n alberga un gran piano, donde Emma tocaba las piezas favoritas de la familia. Y el sal¨®n del billar era un ¨¢mbito de hombres donde Darwin debat¨ªa sus teor¨ªas con los estudiosos que lo visitaban.

Pero el coraz¨®n de la casa es una habitaci¨®n casi escondida: el estudio de Darwin. Aqu¨ª, el cient¨ªfico trabaj¨® diariamente rodeado de libros, lupas, f¨®siles y minerales que recolect¨® en la traves¨ªa con el Beagle. Entre el mobiliario destaca un sill¨®n negro de respaldo alto. Sentado en ¨¦l escribi¨® El origen de las especies.

Russel Wallace

El temor a la reacci¨®n que sus ideas pudieran provocar en la sociedad victoriana hizo que Darwin pospusiera durante a?os la publicaci¨®n de su teor¨ªa. Pero en junio de 1858 el cient¨ªfico recibi¨® un ensayo escrito por un naturalista casi desconocido, Alfred Russel Wallace, que expon¨ªa una teor¨ªa similar a la suya. Ante la perspectiva de perder el reconocimiento despu¨¦s de tanto trabajo, El origen de las especies ve la luz en noviembre de 1859.

Las cr¨ªticas llegaron pronto, y hasta el p¨²blico general, normalmente al margen de las discusiones cient¨ªficas, sigui¨® el debate. La idea de que los or¨ªgenes del hombre incluyeran a los monos era pol¨¦mica. Pero el debate definitivo se librar¨ªa en junio de 1860, cuando el obispo de Oxford fue invitado a debatir sobre Civilizaci¨®n de acuerdo a las hip¨®tesis darwinianas. Darwin no acudi¨®, pero en su representaci¨®n fueron Thomas H. Huxley y Joseph Hookeer, grandes defensores de sus tesis. Despu¨¦s de horas de deliberaciones, los cient¨ªficos lograron desarmar los argumentos del obispo y de gran parte de sus oponentes.

Al igual que otros grandes via-jeros -como Marco Polo, Crist¨®bal Col¨®n, Alexander von Humboldt-, Darwin parti¨® para explorar territorios desconocidos del planeta. Pero adem¨¢s de esa gran escapada tiene en su haber lo que muchos viajeros anhelan y no consiguen: encontrar un lugar propio en el mundo, que para Darwin fue Down House, donde vivi¨® hasta su muerte el 19 de abril de 1882.