?Resistencia o terrorismo?
En el mercado de Kerbala, ciudad santa chi¨ª, existe una callejuela en la que se venden patos vivos. En noviembre de 1992, durante la ¨¦poca de Sadam Husein, los comerciantes los mostraban apretujados en cajas de cart¨®n. Quietos, silenciosos y de mirada triste. ?Por qu¨¦ no intentan escapar? El hombre sonr¨ªe, toma uno al azar y le da la vuelta: las patas y las alas est¨¢n quebradas. La caja era Irak y sus ciudadanos, una met¨¢fora cruel de un pa¨ªs aprisionado por un r¨¦gimen desp¨®tico. Hoy, la simbolog¨ªa se ha desparramado por decenas de ciudades iraqu¨ªes cambiando de personajes y de escena: el libertador construye fortificaciones de hormig¨®n en las que se encierra a s¨ª mismo para evitar atentados suicidas. Y desde esos fortines casi inexpugnables toma decisiones sobre el futuro de un pa¨ªs que no entiende.
Un experto en seguridad: "Estamos sentados encima del avispero, tan encima de lo que est¨¢ pasando que es imposible entender lo que sucede"
Irak no es Vietnam. Los vietnamitas eran muy pobres, el pa¨ªs era una selva, pero no hubieran vencido a franceses y norteamericanos sin China y la URSS
La clave de los conductores suicidas es la financiaci¨®n, que la familia del m¨¢rtir reciba dinero para sobrevivir. El dinero lo aportan Arabia y Siria
Ricardo S¨¢nchez, jefe de las tropas de EE UU en Irak: "El enemigo es ahora algo m¨¢s letal, un poco m¨¢s sofisticado y, en algunos casos, m¨¢s tenaz"
El imam Murtada al Sadr, el m¨¢s radical de los cl¨¦rigos chi¨ªes, es el que se ha beneficiado pol¨ªticamente del asesinato de Al Hakim
Segunda met¨¢fora. El Irak que pisan las tropas ocupantes no se aprende en los libros ni en los informes de inteligencia. Es un formidable tablero de ajedrez en el que se est¨¢n desarrollando complejas partidas pol¨ªticas y religiosas, nacionales e internacionales. Sus reglas se estudian en las calles, en las barriadas, con el polvo manchando los zapatos. El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, uno de los halcones que impulsaron la guerra preventiva, se declar¨® el 9 de octubre sorprendido por la capacidad de la resistencia seis meses despu¨¦s del final de los principales combates. El mando militar maneja dos hip¨®tesis recurrentes para explicar los atentados: son miembros del antiguo r¨¦gimen o terroristas de Al Qaeda. Pero lejos de los focos de los medios de comunicaci¨®n, sabe que las cosas no son as¨ª de simples. "Estamos sentados encima del avispero, tan encima de lo que est¨¢ pasando que es imposible entender lo que sucede", dice un experto en seguridad.
La resistencia que golpea desde mayo est¨¢ hoy mejor organizada y cuenta con el embri¨®n de un mando centralizado, al menos en Bagdad. El general Ricardo S¨¢nchez, jefe del contingente de EE UU en Irak, as¨ª lo reconoci¨® en una rueda de prensa: "El enemigo es algo m¨¢s letal, un poco m¨¢s sofisticado y, en algunos casos, m¨¢s tenaz". Existen dos tipos de atentados que permiten pensar en la posible existencia de dos resistencias paralelas, diferenciadas, con fines similares y sin aparente conexi¨®n org¨¢nica: los que se centran en objetivos militares y los que colocan coches bomba. El asesinato la semana pasada del funcionario espa?ol Jos¨¦ Antonio Bernal, adscrito al Centro Nacional de Inteligencia y que ejerc¨ªa de agregado de Informaci¨®n en la embajada, pertenecer¨ªa, si es que ha mediado una motivaci¨®n pol¨ªtica o un intento de secuestro, al primer grupo.
Plan B
"Empez¨® en mayo, de forma espont¨¢nea", asegura el profesor de Ciencias Pol¨ªticas de Bagdad Wamid Nadmi. "Puede que Sadam tuviera preparado un Plan B y conservara parte de su aparato represor para mantener una larga guerra de guerrillas. Los primeros ataques contra convoyes eran simples: los guerrilleros asum¨ªan enormes riesgos f¨ªsicos para acercarse y disparar. Usaban lanzagranadas PRG-7 y fusiles Kal¨¢shnikov. No hab¨ªa coordinaci¨®n alguna ni mandos nacionales o regionales, s¨®lo una m¨ªnima estructura local. Ahora han cambiado, emplean explosivos por control remoto y golpean siempre al primero y al ¨²ltimo veh¨ªculo del convoy para inmovilizarlo por completo. Ya no son unos aficionados", afirma.
Nadmi cree que la clave es siempre la ayuda exterior. "Irak no es Vietnam, parece evidente: los vietnamitas no ten¨ªan nada que perder, eran muy pobres, gran parte del pa¨ªs es una selva y estaban dirigidos por un genio llamado Ho Chi Min. Pero jam¨¢s hubieran vencido a los franceses y a los norteamericanos sin apoyo de la URSS y China. Lo mismo que los muyahidin afganos frente al invasor sovi¨¦tico. La base de su ¨¦xito fueron el dinero saud¨ª y las armas entregadas por Washington. En Irak, hay pa¨ªses interesados en que esto no funcione. Bush comete una torpeza al amenazar un mes a Siria y otro a Ir¨¢n en vez de comprar su neutralidad y su apoyo. Es una guerra de nervios".
La esencia de una resistencia que emplea conductores suicidas es la financiaci¨®n, que la familia del m¨¢rtir reciba dinero suficiente para sobrevivir. Ese apoyo econ¨®mico, seg¨²n el experto de seguridad, lo aportan hoy Arabia Saud¨ª y, en menor medida, Siria. En el caso de Ir¨¢n, la implicaci¨®n es directa, sus servicios secretos y una polic¨ªa militar no declarada, el Basij, controlados por el sector conservador del r¨¦gimen, se mueven como sombras por Kerbala y Nayaf azuzando a los chi¨ªes a la rebeli¨®n. Para Damasco y Teher¨¢n, una posguerra que empantane a EE UU es la garant¨ªa de que no ser¨¢n los siguientes tras Afganist¨¢n e Irak. Sadam Husein dispon¨ªa de cinco organismos que le aseguraban el control absoluto del pa¨ªs: Mujabarat (polic¨ªa secreta), Consejo Superior de Seguridad, Direcci¨®n General de Seguridad, Fuerzas Especiales e inteligencia militar. Algunos de sus miembros, restos de los fedayin y del disuelto partido Baaz, forman parte de la resistencia que act¨²a en el tri¨¢ngulo sunita, cuyos v¨¦rtices son Tikrit, Ramadi y Bagdad. "Hay que entender el sistema tribal y de gobierno durante los ¨²ltimos 35 a?os para saber qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de los atentados. El colapso del r¨¦gimen ha perjudicado a los sunitas, que llevaban controlando de una manera u otra el poder desde hace 400 a?os, y perjudica a la gente de Tikrit y a la tribu de Sadam, los Al Bunasir, que son unos 50.000", dice una fuente diplom¨¢tica. "Irak ha sido invadido a lo largo de su historia por persas, mongoles, otomanos, brit¨¢nicos y norteamericanos; no existe una cohesi¨®n patri¨®tica ni tradici¨®n de un nacionalismo exacerbado. Los que se resisten son los que pierden".
Otra fuente, experta en Hezbol¨¢, se?ala que la interpretaci¨®n s¨®lo sirve para entender a una de las dos supuestas resistencias, la que ataca a los convoyes militares estadounidenses, no la otra, la que emplea coches bomba. "Se repite la historia libanesa tras la invasi¨®n israel¨ª. El atentado contra el hotel Bagdad (sede de los servicios de inteligencia norteamericanos y refugio de algunos miembros del Consejo de Gobierno Provisional nombrados por EE UU) es id¨¦ntico al cometido en Beirut en 1982 contra la CIA. El atentado del cami¨®n-bomba contra la ONU en Bagdad el 19 de agosto es similar al cometido contra el cuartel de los marines en la capital de L¨ªbano. Ya debe de existir tambi¨¦n un mando centralizado en esa segunda resistencia, posiblemente chi¨ª, de no m¨¢s de cinco personas, que est¨¢ detr¨¢s de los coches bomba. Carecen de un brazo armado, por eso encargan las acciones posiblemente a extranjeros. Entre 1982 y 1985, varios grupos nacionales y for¨¢neos rivalizaron en atentados en L¨ªbano hasta que surgieron un brazo pol¨ªtico (Majlis al Sura) y otro militar (Majlis al Karar) que forman Hezbol¨¢. All¨ª recibieron la ayuda de los Guardianes de la Revoluci¨®n, en Irak act¨²an los Basij iran¨ªes".
El experto en seguridad afirma que la comparaci¨®n con L¨ªbano es exagerada, aunque admite que estamos demasiado encima de lo que est¨¢ pasando. "Los chi¨ªes s¨®lo esperan acontecimientos. No necesitan emplear la violencia, pueden vencer por medios pol¨ªticos. Tienen un plazo, sin duda, pueden ser seis meses o dos a?os. Si descubrieran que la evoluci¨®n no les favorece o que EE UU tiene otros planes, entonces tendr¨ªamos un problema. Disponen de varias milicias armadas y de capacidad para movilizar a millones de personas. Si la Hauze (instituci¨®n religiosa en Nayaf similar al Vaticano dirigida por el imam Al¨ª al Sistan¨ª) lanzara una fatwa (orden religiosa de obligado cumplimiento para los chi¨ªes) de condena a la ocupaci¨®n, los norteamericanos y sus aliados estar¨ªan perdidos".
Wamid Nadmi tampoco cree en la implicaci¨®n de los chi¨ªes locales en la campa?a de los coches bomba. "Los atentados contra la Embajada de Jordania, la sede de la ONU y el asesinato del imam Mohamed Baqr al Hakim (29 de agosto en Nayaf) no tienen firma local, no es el m¨¦todo iraqu¨ª, son obra de grupos extranjeros. Otro asunto es el coche bomba contra el hotel Bagdad. Irak se ha convertido en el campo de batalla contra EE UU. Es una yihad que atrae a radicales de todo el mundo isl¨¢mico. Sucedi¨® en Afganist¨¢n contra los sovi¨¦ticos. Los autores pueden ser wahabitas (versi¨®n sunita del islam que se predica en Arabia Saud¨ª), gente como Bin Laden".
La CIA estima que hay unos 3.000 militantes extranjeros en Irak, y el mando militar estadounidense ha mencionado a un grup¨²sculo radical iraqu¨ª, Ansar el Islam, como presunto responsable de las acciones m¨¢s sanguinarias. Son sunitas wahabitas conocidos como los talibanes de las monta?as. Viv¨ªan en algunas aldeas rocosas y de dif¨ªcil acceso al noreste de Irak, cerca de la frontera iran¨ª. No eran m¨¢s de 800. Fueron bombardeados en marzo y el general Tommy Franks, jefe de las tropas invasoras, anunci¨® su desbandada y la destrucci¨®n de sus bases. Varios jefes de Ansar el Islam tuvieron contactos en el pasado con Al Qaeda en Afganist¨¢n. Jam¨¢s dispusieron de infraestructura en Bagdad ni cometieron atentados en la capital en la ¨¦poca de Sadam, pero pueden haberse reorganizado. Es imposible establecer una conexi¨®n l¨®gica entre ellos e Ir¨¢n, pese al empe?o norteamericano: los wahabitas y los chi¨ªes son ac¨¦rrimos enemigos hist¨®ricos. De mediar apoyo exterior, no es de Teher¨¢n.
El experto en seguridad coincide con el profesor Nadmi. "Es m¨¢s real pensar en una mano extranjera en ese tipo de atentados que en una chi¨ª. En Bagdad, la resistencia tiene un mando central, al frente hay alguien que decide los objetivos con enorme sentido pol¨ªtico y medi¨¢tico. No s¨¦ si los Mujabarat u otros lo hacen solos o lo encargan, pero colocar un coche bomba en una ciudad de m¨¢s de cinco millones de habitantes como Bagdad no requiere mucho, seis personas entrenadas son suficientes".
El conocedor de Hezbol¨¢ interviene: "Existe una guerra civil chi¨ª soterrada entre moderados y radicales, como sucedi¨® en el Ir¨¢n de Jomeini. El asesinato de Mohamed Baqr al Hakim, l¨ªder del Consejo Supremo de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica (CSRI), el m¨¢s importante partido chi¨ª, es la prueba y el detonante. Representaba la cabeza de los moderados. Sin ¨¦l no tienen a nadie con el prestigio suficiente (le ha sustituido su hermano menor Abdelaziz, menos popular) para conducir a los chi¨ªes. Est¨¢n ganando los radicales. Asesinarle un viernes a la salida de la mezquita de Al¨ª en Nayaf, sabiendo que iban a morir muchos civiles (perdieron la vida 123 personas), s¨®lo puede ser obra de extremistas o tener el sello de una facci¨®n del r¨¦gimen iran¨ª que se vio defraudada por la s¨²bita moderaci¨®n de Al Hakim cuando era su candidato tras la ca¨ªda del r¨¦gimen baazista". "O de wahabitas", apunta Nadmi. Este fue el ¨²nico atentado de la resistencia que llev¨® a Sadam Husein a grabar un v¨ªdeo para negar su implicaci¨®n.
El diplom¨¢tico cree que la captura o muerte del ex dictador iraqu¨ª ser¨ªa un paso notable para desmovilizar a la resistencia. "Es como un t¨®tem, su ca¨ªda representar¨ªa un golpe muy duro, un paso decisivo para normalizar el pa¨ªs y desmantelar a la resistencia". El profesor Nadmi no est¨¢ tan seguro. "La muerte de Sadam ayudar¨ªa a la resistencia a medio y largo plazo. Ser¨ªa sin duda un golpe en un primer momento, pero a mucha gente le gustar¨ªa sumarse a la lucha contra los ocupantes y no lo hace por miedo a que regrese el dictador. Su muerte disipar¨ªa ese temor. Pasar¨ªa de una lucha de una facci¨®n por recuperar el poder a una lucha nacional". El experto en seguridad asiente: "Sadam no dirige la resistencia; en todo caso, una parte m¨ªnima de ella; es un personaje irrelevante para el futuro del pa¨ªs. Era como un padre autoritario, un Stalin que procuraba electricidad, agua y comida a la poblaci¨®n. Esta psicolog¨ªa iraqu¨ª nunca la han comprendido los norteamericanos. Dirigieron bien la guerra, pero la ocupaci¨®n ha estado muy mal planificada desde el principio. Detr¨¢s de las tropas que tomaron Bagdad tendr¨ªan que haber llegado los ingenieros, las inversiones y una polic¨ªa capaz de evitar los saqueos".
Seis meses despu¨¦s de la ca¨ªda de la capital, del derrumbe de la estatua del s¨¢trapa en la plaza del Para¨ªso, Irak no parece una naci¨®n liberada. Es m¨¢s libre quiz¨¢: se multiplican los corrillos de charlas y hay 170 peri¨®dicos (la inmensa mayor¨ªa financiados desde el exterior), pero tambi¨¦n es m¨¢s an¨¢rquica y la soberan¨ªa nacional est¨¢ en manos del ocupante. Ha mejorado el suministro el¨¦ctrico y de agua potable en el ¨²ltimo mes, pero la inseguridad es mayor que nunca. No son s¨®lo los ladrones y criminales liberados por la amnist¨ªa de octubre de 2002, o los que delinquen por primera vez azuzados por el vac¨ªo de poder; la inseguridad est¨¢ tambi¨¦n en los atentados. En el del 12 de octubre contra el hotel Bagdad murieron seis civiles iraqu¨ªes que se encontraban a la entrada del banco Al Rafiden en la concurrida calle de Al Sadoon. Sorprendentemente, los bagdad¨ªes que se acercaron a curiosear arremet¨ªan contra los norteamericanos.
Las fuerzas de EE UU y sus aliados han ido fortaleciendo los palacios, ministerios, y hoteles que habitan. Bagdad, una ciudad ca¨®tica en la que no funcionan los sem¨¢foros, se halla dividida en dos categor¨ªas de seguridad: los iraqu¨ªes y los de fuera, que sobreviven como topos blindados. Ni uno ni otro salen de noche, las horas prohibidas. La diferencia durante el d¨ªa es simple: hileras de cemento armado invaden los arcenes, calles clausuradas al tr¨¢fico, vallas infranqueables de tres metros de altura, guardas privados armados, polic¨ªas locales cargados con sus vetustos Kal¨¢shnikov, soldados arma en ristre y gatillo f¨¢cil son los que protegen los puntos que podr¨ªan ser objeto de un ataque. El resto, nada. Las tropas estadounidenses que patrullan la ciudad viajan con una bala en la rec¨¢mara y apuntando a las aceras. Conducen deprisa y resuelven los atascos pistola en mano. Los iraqu¨ªes no les ven como liberadores. Para las tropas, el asunto no es mejor. Una reciente encuesta de Barras y
estrellas, revista del Pent¨¢gono, muestra una gran desmoralizaci¨®n entre los soldados. Uno de cada tres afirma que la misi¨®n carece de orientaci¨®n clara, y el 40% sostiene que su trabajo en Irak no tiene nada que ver con su entrenamiento.
"El problema es que los norteamericanos s¨®lo se dan seguridad a s¨ª mismos. Es algo que perciben los iraqu¨ªes", asegura el experto. El profesor Nadmi cree que EE UU buscaba dinamitar el Estado y lo ha logrado: "No era necesario, ahora nos llevar¨¢ a?os alcanzar el mismo estatus". El experto en seguridad a?ade: "Peor a¨²n, lo han volado a medias. Son muchos los cargos intermedios del Baaz que siguen en sus puestos administrativos y en los principales juzgados; antiguos agentes del Mujabarat colaboran con la CIA (sobre todo los de la secci¨®n iran¨ª), y la nueva polic¨ªa es la misma de antes, corrupta e ineficaz. Han detenido a casi toda la baraja, pero no hacen caso de las denuncias populares. El mensaje al ciudadano es demoledor. Hemos perdido su confianza y nuestro prestigio". "La disoluci¨®n del Ej¨¦rcito fue un error. Se pod¨ªa haber depurado poco a poco. Se proh¨ªbe dar trabajo a los baazistas que ocuparon los puestos de responsabilidad. ?De cu¨¢nta gente estamos hablando, de 500.000? Ellos son los que alimentan la resistencia. No les han dejado otra alternativa", dice Nadmi.
La milicia del sur
El imam Murtada al Sadr, el m¨¢s radical de los cl¨¦rigos chi¨ªes y contrario a la presencia estadounidense y al Gobierno provisional organizado por el ocupante, es el que se ha beneficiado pol¨ªticamente del asesinato de Al Hakim. Murtada tiene el fervor de los m¨¢s pobres en el sur (Basora, Nasiriya y Kufa, sobre todo) y en Bagdad. Dispone de una milicia, el Ej¨¦rcito del Mahdi, que no tiene rubor alguno en exhibir sus armas. Murtada es uno de los que est¨¢n en la lista de sospechosos del atentado de Nayaf que cost¨® la vida al l¨ªder el CSRI. "Tratan de convencer a la brigada Badr de la culpabilidad de Murtada en el asesinato de su jefe. Los norteamericanos ten¨ªan que haber matado a Al Sadr hace tres meses; ahora ser¨ªa un error, ser¨ªa la revoluci¨®n", dice el experto en seguridad. "Si algo le pasara a Murtada, millones de chi¨ªes culpar¨ªan a EE UU, elevar¨ªan al imam a la categor¨ªa de m¨¢rtir y su lucha se ver¨ªa reforzada. El movimiento ser¨ªa el semillero de los nuevos suicidas", dice el conocedor de Hezbol¨¢.
La paz entre los chi¨ªes, esencial para la tranquilidad de los soldados espa?oles desplegados en Diwaniya, depende en parte de un gran ayatol¨¢, Al¨ª al Sistan¨ª, un sabio estudioso de las leyes isl¨¢micas. Es el gu¨ªa supremo de millones de chi¨ªes dentro y fuera de Irak. Su poder es mayor que el del Gu¨ªa Supremo de la Revoluci¨®n iran¨ª, Al¨ª Jamenei. "Sistan¨ª juega a la moderaci¨®n. No opina sobre los planes estadounidenses o sobre el Consejo de Gobierno Provisional, no lo condena y no lo legaliza. Se reserva su opini¨®n para el momento adecuado", dice el profesor. Los seguidores de Murtada al Sadr, que no pertenece al Consejo de Gobierno Provisional ni a la Hauze, y que parece hostil a esa instituci¨®n religiosa, se enfrentaron a tiros esta semana en Kerbala con los partidarios de Al Sistan¨ª. El asunto era el control de la mezquita de Husein, cuya caja de donaciones es millonaria.
"No s¨¦ qu¨¦ va a suceder. Los pr¨®ximos meses ser¨¢n decisivos. Si el presidente Bush abandonara a los halcones que le aconsejan mal y se acercara a gente moderada como Powell, o si perdiera las elecciones del a?o que viene, las cosas ir¨ªan mejor", dice el profesor, quien a?ade: "Tenemos que convencer a los iraqu¨ªes de que se pueden resolver las disputas mediante el di¨¢logo, llevarlas de la calle al Parlamento. El genio de Gandhi fue entender el alma no violenta del hind¨² y aplicarla a su pol¨ªtica. Un movimiento de desobediencia civil, de huelgas y marchas sobre Bagdad, que ser¨ªa lo mejor, es imposible en Irak; nuestra cultura, desgraciadamente, son las armas".
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