Mente en el espacio y pies en el suelo
Pedro Duque no es un aventurero ni un loco, sino sencillamente un astronauta profesional y un entusiasta del cosmos
Pedro Duque, como primer y ¨²nico por ahora astronauta espa?ol, se ha convertido en una celebridad, pero detr¨¢s de esa figura p¨²blica deslumbrante hay un profesional, un ingeniero que so?¨® un d¨ªa con ir a trabajar al espacio y que, con mucho esfuerzo, estudio y dedicaci¨®n, lo ha logrado. En realidad no se diferencia mucho en esto de otras personas igualmente eficaces que desempe?an trabajos menos llamativos y son menos famosos, y Duque parece que quiere recalcarlo constantemente. No act¨²a como un h¨¦roe de papel, se muestra inc¨®modo con los halagos que intentan endiosarlo y dedica todo su aplomo y seguridad a apoyar su profesi¨®n, que adora.
A sus 40 a?os, este ingeniero aeron¨¢utico nacido en Madrid cumple ahora su segunda misi¨®n espacial, tras el vuelo que realiz¨® en 1998 a bordo del transbordador de la NASA Discovery en compa?¨ªa, entre otros, del veterano estadounidense John Glenn.
Duque quiere viajar a Marte y pasar varios meses en la Estaci¨®n Espacial Internacional
Duque se gradu¨® en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid y trabaj¨®, como empleado de la empresa espa?ola GMV, en el centro de control de vuelo de la Agencia Europea del Espacio (ESA) en Darmstadt (Alemania). Fue entonces, a principios de los a?os noventa, cuando la ESA hizo una convocatoria para formar un destacamento de astronautas y Pedro, junto a varios centenares de europeos, present¨® la solicitud. Espa?a seleccion¨® a cinco candidatos y entre ellos estaba ¨¦l. Pas¨® ex¨¢menes, pruebas m¨¦dicas, m¨¢s ex¨¢menes, filtros y m¨¢s filtros, y finalmente fue elegido por la ESA entre un pu?ado de europeos que se convirtieron en astronautas y comenzaron sus entrenamientos.
Duque ha dicho en varias ocasiones que estar¨ªa dispuesto a ir a Marte, pese a que el viaje durar¨ªa varios meses y, desde luego, desear¨ªa pasar una larga temporada en la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS), que ahora visitar¨¢ por primera vez para una corta misi¨®n, tan s¨®lo ocho d¨ªas all¨ª. Pero no es un aventurero ni un loco, sencillamente es un astronauta profesional y un entusiasta del espacio. En Baikonur, estos d¨ªas, su padre, Pedro, tambi¨¦n recalc¨® esta mentalidad de pies bien plantados en el suelo, de diferenciar lo importante de lo superfluo, de no dejarse enga?ar por los focos de la fama, cuando le preguntaron si se sent¨ªa orgulloso de la misi¨®n hist¨®rica que iba a cumplir su hijo, como espa?ol, a bordo de la nave Soyuz, y ¨¦l contest¨®: "Bueno, tampoco es Crist¨®bal Col¨®n". Pero s¨ª que mencion¨® su orgullo por el hecho de que fuera seleccionado en su momento entre centenares de candidatos astronautas.
Casado en segundas nupcias y con tres hijos, Duque pidi¨® en Baikonur a los medios de comunicaci¨®n, a trav¨¦s del portavoz de la ESA, respeto para su familia, que se ha desplazado a la base espacial para apoyarle en los d¨ªas previos al lanzamiento, pero que est¨¢ al margen de la presencia p¨²blica del astronauta. No por ello su esposa y sus padres han evitado a los periodistas cuando han coincidido y han manifestado una naturalidad y simpat¨ªa muy del estilo de la de Pedro.
En Espa?a hay uno, pero en el mundo hay ya varias decenas de astronautas. Son personas muy bien preparadas, entrenadas, pacientes, obedientes, dispuestos a seguir programas muy duros, e intensos y que muestran en p¨²blico, sobre todo en el caso de los hombres y mujeres del espacio de la NASA, un perfil p¨²blico bastante uniforme, como siguiendo un gui¨®n dise?ado. A veces sus opiniones y declaraciones parecen cortadas por el mismo patr¨®n, hasta casi el aburrimiento. Duque ha logrado ajustarse perfectamente al perfil profesional del astronauta e incluso destacar en ¨¦l, sin dejar de mostrar una acusada personalidad.
Soporta estoicamente las ruedas de prensa y entrevistas por pesadas que sean y por mucho que se repitan, pero cuando una pregunta le disgusta se le nota, sencillamente no contesta o convierte una pregunta banal en una respuesta llena de humor. "?C¨®mo se siente siendo el novato junto a los seis astronautas con experiencia del Discovery?, le preguntaron, -?qui¨¦n sabe cu¨¢ntas veces!- en 1998. ?l respondi¨®, con mucha iron¨ªa, que se sent¨ªa importante porque cuando sus colegas, todos ellos con experiencia de vuelo espacial, sent¨ªan una necesidad convulsiva de dar un consejo no ten¨ªan m¨¢s remedio que recurrir a ¨¦l.
En los ¨²ltimos 10 a?os, Duque ha vivido en Holanda, donde la ESA tiene su centro cient¨ªfico y tecnol¨®gico (ESTEC), as¨ª como en EE UU y en Rusia para realizar los entrenamientos y cursos de preparaci¨®n. En dos ocasiones ha desempe?ado misiones t¨ªpicas de los astronautas, aunque se desarrollan en la sombra. Consiste en realizar los entrenamientos exactamente igual que si fueran a volar, pero como tripulaci¨®n de reserva, es decir, que s¨®lo se subir¨ªan al cohete si la tripulaci¨®n titular sufriese alg¨²n percance en el ¨²ltimo momento. ?l fue reserva en 1994 de la misi¨®n de la ESA Euromir 94, y en 1996, como especialista de misi¨®n alternativo de un vuelo del transbordador Columbia. Nada impidi¨® despegar a las tripulaciones oficiales y Duque se qued¨® en tierra, pero acumul¨® una rica experiencia del entorno espacial estadounidense como ruso. Entretanto, la labor de los astronautas europeos se desarrolla sobre todo en ESTEC, ocupados principalmente en el desarrollo del futuro m¨®dulo europeo Columbus de la ISS, aportando, codo con codo con los ingenieros, su experiencia como usuarios de los artefactos espaciales.
Si para algo est¨¢ siempre dispuesto Duque a emplear su fama, prestigio y tiempo es para estimular a los m¨¢s j¨®venes, a los ni?os y ni?as, hacia el estudio y la curiosidad, con la esperanza de que muchos de ellos se dediquen a la ciencia, a la ingenier¨ªa o a la astron¨¢utica que ¨¦l tanto ama. El pasado viernes, en v¨ªsperas del lanzamiento de la nave Soyuz, el astronauta espa?ol enviaba un mensaje a los cr¨ªos: "Estudiando ingenier¨ªa y ciencia se pueden tener muchas satisfacciones en la vida, no hace falta dedicarse al deporte o a la far¨¢ndula para triunfar. Espa?a tambi¨¦n necesita ni?os inteligentes y despiertos".
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