Necesarios, no imprescindibles

Cuentan que en el despacho de Luciano Moggi, director general del Juventus, se exhiben fotos de antiguas estrellas del equipo traspasadas. Es un modo de manifestar que el club est¨¢ por encima de los nombres y una forma de intimidaci¨®n psicol¨®gica a cualquier representante que quiera negociar una subida de sueldo para su jugador. ?sa es la filosof¨ªa de la Vecchia Signora. Lo impregna todo, hasta la gesti¨®n diaria del conjunto guiado por Marcelo Lippi. Un culto al grupo y a los valores colectivos que marca las prioridades.

Davids mantiene un duro pulso con la directiva para renovar su contrato, pero pide demasiado para los baremos que se manejan. Y el club ya adelant¨® la soluci¨®n al problema el pasado verano fichando al ghan¨¦s Appiah, eficaz escudero de Guardiola y Baggio en el Brescia. Un ejemplo de c¨®mo se maneja una situaci¨®n delicada.

La Juve cuenta con individualidades estelares como Buffon, Nedved, el lesionado Del Piero o Trezeguet, pero los dem¨¢s no son simples figurantes. Est¨¢n los veteranos, como Ferrara, Conte, Thuram o Montero, guardianes del vestuario. El orden jer¨¢rquico continua con gente menos c¨¦lebre pero tan valiosa como Zambrotta o Tacchinardi. Y hasta los suplentes se sienten importantes en momentos puntuales dentro de un plantel en el que la competencia es formidable y que acoge con naturalidad a los nuevos, como el central Legrottaglie o el habilidoso delantero Miccoli.

As¨ª es el campe¨®n italiano, regido por la filosof¨ªa del nadie es imprescindible y todos son necesarios.