La fiebre de las citas
La sociedad m¨¢s poderosa e influyente de f¨ªsica, la American Physical Society (APS) ha hecho publica la lista de los 10 art¨ªculos m¨¢s citados que se han publicado en su revista m¨¢s prestigiosa, Physical Review Letters. El n¨²mero de citas del primero al d¨¦cimo var¨ªa desde 4.600 a 2.000. Ninguno de los autores o de los centros donde se han realizado los trabajos es espa?ol pero abundan cient¨ªficos europeos como suizos, alemanes, italianos o franceses. A pesar de considerar todos los art¨ªculos publicados desde el primer n¨²mero de la revista, los art¨ªculos m¨¢s citados son relativamente recientes (siete de los 10 art¨ªculos se publicaron entre 1981 y 1987) lo cual refleja los profundos cambios efectuados en f¨ªsica durante los ¨²ltimos 20 a?os.
En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas hemos sido testigos del desarrollo de c¨¢lculos ab initio, la invenci¨®n del microscopio de fuerzas, el descubrimiento de los superconductores de alta temperatura o de la magnetorresistencia gigante. Cuatro de los autores de alguno de esos art¨ªculos P.W. Anderson, G. Binnig, S.L. Glashow, S. Weinberg han sido galardonados con el premio Nobel de F¨ªsica, aunque curiosamente en algunos casos lo recibieran por su contribuci¨®n a otros trabajos cient¨ªficos.
Como advierte el editor de la serie, no deber¨ªan extraerse implicaciones sobre la preponderancia del fen¨®meno descubierto en base exclusivamente al n¨²mero de citas. Sin embargo, la iniciativa de la APS refleja la presi¨®n que sociedades e instituciones de promoci¨®n cient¨ªfica tienen por objetivar, ordenar y priorizar los avances cient¨ªficos. Los recursos econ¨®micos destinados a la promoci¨®n del conocimiento cient¨ªfico y t¨¦cnico han aumentado de forma considerable en los ¨²ltimos a?os en las sociedades m¨¢s avanzadas. Errores o fallos en la asignaci¨®n de esos recursos plantean problemas a medio plazo y tambi¨¦n a una escala temporal relevante para los gestores pol¨ªticos. Se hace pues necesaria la b¨²squeda de nuevos criterios para asignar esos recursos.
Incluir el n¨²mero de citas como uno de esos criterios podr¨ªa tener varios efectos beneficiosos tanto en la gesti¨®n cient¨ªfica como en la imagen que se proyecta a la sociedad. Por una parte, se introducir¨ªa un elemento objetivo y robusto ante procesos de manipulaci¨®n. Un investigador (o un grupo) podr¨¢ desarrollar una fren¨¦tica labor de autopromoci¨®n, pero la experiencia muestra que esa intensa actividad, si no es avalada por contribuciones cient¨ªficas substanciales, no suele ser premiada con un mayor n¨²mero de citas. Por otra parte, los trabajos m¨¢s citados suelen reflejar los temas m¨¢s relevantes en una ¨¦poca dada. Al apostar por ellos, impl¨ªcitamente se est¨¢ apostado por los temas que potencialmente pueden generar mayores retornos a la sociedad.
Correcci¨®n
Por supuesto, el uso del n¨²mero de citas como uno de los criterios para evaluar la actividad cient¨ªfica tambi¨¦n requiere de la introducci¨®n de elementos correctores. Hay art¨ªculos totalmente err¨®neos pero muy citados para poner de manifiesto sus errores. Por otra parte, la tendencia a la autocita que los cient¨ªficos llevan dentro puede magnificarse considerablemente en grupos cient¨ªficos con muchos miembros o entre grupos afines. Sin embargo, esas limitaciones parecen f¨¢ciles de corregir.
? Cu¨¢ntas veces se cita un art¨ªculo en f¨ªsica? Un art¨ªculo publicado en la revista m¨¢s influyente de f¨ªsica no recibe en promedio m¨¢s de 30 citas a lo largo de cinco a?os. As¨ª pues la mayor¨ªa de los art¨ªculos acaban recibiendo cinco, 10 ¨® a lo sumo 15 citas. Un f¨ªsico ambicioso se dar¨ªa por muy satisfecho si al cabo de una carrera profesional de 40 a?os hubiese participado en varios art¨ªculos que superasen la cifra m¨¢gica de 100 citas.
Como se ve, valores muy alejados de los art¨ªculos m¨¢s citados. As¨ª es que la mayor parte de nuestra vida profesional la pasamos generando diminutas contribuciones cient¨ªficas. Sin embargo, existe una diferencia muy importante entre contribuciones que generan 10 citas de aquellas otras de 100 citas. Estas ¨²ltimas han contribuido de manera significativa a plantear o resolver un problema cient¨ªfico, mientras que contribuciones de cinco ¨® 10 citas parecen tener m¨¢s importancia para los propios autores que para la comunidad cient¨ªfica.
Sorprendentemente o no, en Espa?a a¨²n no est¨¢ muy extendido el uso del n¨²mero de citas como uno de los criterios para evaluar la labor investigadora. Aunque todos los fen¨®menos, desarrollos o descubrimientos relevantes en f¨ªsica en particular y en ciencia en general, est¨¢n publicados en art¨ªculos que reciben muchas citas.
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