"La biograf¨ªa de un pintor est¨¢ en su taller"
"Me pill¨® muy desprevenido. Cuando veo la lista de la gente que ha tenido estos premios grandes y los que lo recibir¨¢n, a¨²n m¨¢s. Es un gran honor, me siento muy bien acompa?ando a gente que admiro; por ejemplo: Ryszard Kapuscinski, Susan Sontag, J¨¹rgen Habermas, los deportistas del Tour y, en especial, Lula, que es el ¨²nico pol¨ªtico que veo con cr¨¦dito ahora que la clase pol¨ªtica est¨¢ desacreditada, todos ellos sin cr¨¦dito". El pintor Miquel Barcel¨® (Felanitx, Mallorca, 1957), que ma?ana recibir¨¢ en Oviedo el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes, sigue ironizando sobre su apuesta para no convertirse "en un artista oficial [en un "dinosaurio oficial", observ¨® al recibir hace meses la noticia del galard¨®n]. "T¨² no eres aquello que no quieres ser, aunque esta percepci¨®n exterior no es una decisi¨®n estrictamente propia, no es un asunto que est¨¦ siempre bajo tu control. Se te puede escapar y puedes ser el ¨²ltimo en enterarte. Si me parezco a un imb¨¦cil servil, un trasunto de figura distante, espero que alguien me avise".
"El mundo est¨¢ m¨¢s polarizado, peor y con una tensi¨®n mayor. Las injusticias avanzan por todas partes"
"Lula es el ¨²nico pol¨ªtico que veo con cr¨¦dito ahora que la clase pol¨ªtica est¨¢ desacreditada"
El artista observa que el listado de galardonados de este a?o dibuja "un mapa hacia el sur, de libres y alternativos ante el sistema, no moldeados ni muy ajustados a una versi¨®n pol¨ªtica cerrada, oficial y dominante. Est¨¢ bien que sea as¨ª". Barcel¨® conclu¨ªa ayer al atardecer, en su casa estudio en Art¨¤ (Mallorca), la redacci¨®n de la conferencia que hoy a las ocho de la tarde pronunciar¨¢ en el paraninfo de la Universidad de Oviedo.
En estas semanas de agobio protocolario y presi¨®n period¨ªstica, el artista sent¨ªa -como siempre- muchas "ganas de pintar", de trabajar en el taller, de concentrarse en sus cuadernos y pigmentos, de vivir con m¨²sica. Explica que trabaja "en un escrito, no un texto t¨¦cnico de acad¨¦micos de Historia de Arte, sobre un artista espa?ol del XVIII que admiro mucho, Mel¨¦ndez, autor de bodegones muy poderosos, con muescas en las mesas, igual que en la canana de Billy el Ni?o. Tiene un gran dibujo autorretrato en el Louvre. Si fuera franc¨¦s, tendr¨ªa un enorme peso. A m¨ª me gusta mucho".
Durante tres meses largos, y en tres exposiciones distintas, Barcel¨® penetrar¨¢ con sus dibujos de la Divina
Comedia, en un di¨¢logo en el Louvre de Par¨ªs, y tiene un proyecto ambicioso para el Prado: "Es un poco descabellado, dan mucho morbo el Prado y el Louvre. Hace una d¨¦cada expuse en el Louvre con una tela y me convert¨ª en un Barcegot. Es una emoci¨®n. La historia del arte es algo vivo, y no una sucesi¨®n de cosas anudadas una detr¨¢s de otra, sino un permanente di¨¢logo. El arte contempor¨¢neo desvela el arte del pasado y finalmente lo ilumina. La exposici¨®n de Manet, de ahora, en el Prado alumbra a la pintura espa?ola. Es un toma y daca permanente. Casi con verg¨¹enza, y dicho con mucha modestia, es muy excitante ver una obra m¨ªa en el Prado o en el Louvre".
En el suelo y las paredes del gran estudio de Mallorca, el artista ha estado embadurnado, al pie de las cuevas con estalactitas, grutas submarinas y coloristas con morenas agresivas, cabrachos espinosos que crecen entre sus enormes lienzos mat¨¦ricos, en un proceso provisional. "Siempre sucede la experimentaci¨®n, las obras son durante mucho tiempo experimentales. Al final, el cuadro -y el autor- se pronuncia, y muchas veces es un fiasco, se liquida y queda en nada".
La autoexigencia, el autocontrol en el v¨¦rtigo, la identidad del estilo y la sorpresa parecen evidentes. En los fondos ocultos de muchos barcel¨®s se yerguen otros tantos cuadros devorados por el proceso y evoluci¨®n impuesta por el autor o por la simple negaci¨®n o digesti¨®n.
"He probado pintar durante estos meses en los instantes de la ¨²ltima luz del d¨ªa, en la franja m¨ªnima del ocaso, de manera urgente, gestual, casi a oscuras, es muy r¨¢pido, casi por instinto en un instante virginal. Al mirar la tela iluminada a plena luz sorprende el efecto del intento. En Mallorca y Par¨ªs he hecho diferentes retratos r¨¢pidos a mis hijos [Marcela, de 11 a?os, y Quim, de 7]". Apoyados en el suelo, en dos lados de la casa del artista, en el final de verano ya se vieron varios retratos, caras alegres con trazos coloristas sobre fondo blanco; casi primeros planos que impactaban por su intensidad. "Siempre pinto a mis hijos en los cuadernos, en telas. Ellos me pintan a m¨ª, y al rev¨¦s".
Barcel¨® ha postergado varias citas, y en dos ocasiones la conclusi¨®n de esta entrevista, al estar enfrascado en sus textos y telas, en matizar y precisar. "Pinto m¨¢s y con m¨¢s intensidad cuando m¨¢s disfruto, casi a contratiempo de las obligaciones: al morder tiempo contra una cita pendiente, que desplazo, o mientras me esperan para cenar. Esta pulsi¨®n y la concentraci¨®n tienen unos efectos beneficiosos sobre el proceso de mi obra, es un tiempo robado a las obligaciones. Trabajo firme con la urgencia, pero sin l¨ªmite ni horario, con un alto grado de exigencia, sin capacidad de agotarme o llegar a la suficiencia".
A los 47 a?os, el creador se mantiene en una forma espl¨¦ndida, con un aire entre futbolista y ciclista. Muchos d¨ªas recorre kil¨®metros en bicicleta de monta?a, camina por su finca y pedalea por el litoral virgen de los alrededores. A veces rema en piragua como hizo durante meses en la costa de N¨¢poles, una manera de disciplina atl¨¦tica para ejercitarse mientras trabaja los enormes lienzos cer¨¢micos para la catedral de Mallorca, que ha realizado a pu?etazos, caricias, con el cuerpo entero, con sus u?as mordidas y sus yemas sin huellas. Siempre disfruta y mira el mar, este oto?o con escapadas para la pesca de los emigrantes t¨²nidos y pel¨¢gicos al curric¨¢n, a bordo de su humilde y marinera barca de madera de seis metros, un lla¨¹t artesano.
"La biograf¨ªa de un pintor est¨¢ en su taller, trabajando, pintando de d¨ªa y de noche, robando horas al sue?o y a la actividad exterior, ¨¦sta es su vida. Lo extra?o a la pintura no es firme ni sustancial. Las vidas de los pintores son sus obras, y las biograf¨ªas pueden ser instantes de ficci¨®n. ?Qu¨¦ hac¨ªan Mir¨®, Picasso, Vel¨¢zquez, Rubens, Tiziano? Pintaban siempre, d¨ªa a d¨ªa y nada m¨¢s, vida de taller. Era una experiencia id¨¦ntica".
El premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes ha preparado con la misma manera intensa con la que afronta la construcci¨®n de una tela un texto reflexivo, un alegato ¨¦tico y quiz¨¢s moral sobre ?frica y Mallorca para su intervenci¨®n de Oviedo. "?Hay que ponerle t¨ªtulo a una conferencia? No he ca¨ªdo en ello. Me gusta escribir, lo hago cuando en ?frica se llega a una temperatura de 50? y es imposible pintar; tambi¨¦n en los vuelos de los aviones, de Iberia en especial, que son horribles".
A Miquel Barcel¨® le identifican como creador vinculado a la mediterraneidad y ¨¦l hablar¨¢ del Mediterr¨¢neo, "de ese mar de tragedia". "No s¨®lo es preciso alejarse hasta Palestina o el cuerno del ?frica negra, basta mirar lo que pasa alrededor, ah¨ª cerca de nosotros, la dram¨¢tica realidad de las pateras del sur de Sicilia, del sur de Espa?a. Estas im¨¢genes de gente acumulada en la nada del mar y camino de la muerte que crudamente se parecen a mis telas africanas de los noventa, a las canoas repletas de pescadores que van de un lado al otro del N¨ªger con su casa con vela que deviene en una tienda-casa. O los condenados de las acuarelas de los tres libros de la Divina
Comedia".
Mallorca y "los terror¨ªficos desastres insulares cometidos en los ¨²ltimos 20 a?os en nombre del desarrollo y la modernidad, m¨¢s los que est¨¢n en proyecto", tambi¨¦n ser¨¢n palabras dichas con quejumbrosa denuncia.
El creador de Felanitx cree que el mundo ha entrado desde el 11-S en regresi¨®n: "Como si no hubi¨¦ramos aprendido nada, como si todas las secuelas terribles del siglo XX hubieran sido lecciones est¨¦riles. Es una situaci¨®n muy peligrosa y est¨²pida. Irak sigue en una guerra incomprensible e injustificable. El mundo est¨¢ cada vez m¨¢s polarizado, peor, y con una tensi¨®n mayor. Las injusticias avanzan por todas partes".
Babelia
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