Los reformistas sirios creen que EE UU potencia el inmovilismo
El acuerdo con la UE, clave para un cambio
Los empresarios e intelectuales que desean que avance el proceso de reformas iniciado hace tres a?os por el presidente de Siria, Bachar el Asad, saben que el enemigo que hasta ahora lo ha vuelto infructuoso reside en su propia casa. Pero pocos disienten a la hora de opinar que la pol¨ªtica agresiva de EE UU en la regi¨®n y, en concreto, contra Siria complica mucho las cosas. "Esta confrontaci¨®n con EE UU potencia al sector duro que no quiere las reformas", asegura Nabil Sukkar, economista independiente del que se ha hablado a menudo como posible ministro de Econom¨ªa.
"La principal raz¨®n de que las reformas no avancen es que hay una clase dirigente muy fuerte, integrada por la vieja guardia del partido, por los servicios de seguridad y por bur¨®cratas, que no quiere los cambios porque no est¨¢n convencidos de su necesidad o porque tienen intereses creados en la situaci¨®n actual", a?ade este doctor por la Universidad de Indiana, que trabaj¨® como funcionario del Banco Mundial entre 1972 y 1982 y que ahora lucha en su pa¨ªs por impulsar una transici¨®n a la econom¨ªa de mercado desde la cuatro d¨¦cadas de "socialismo ¨¢rabe" que acumula Siria.
Es dif¨ªcil encontrar a alguien que hable as¨ª de claro en un mundo empresarial tan poco transparente como el conjunto de la econom¨ªa siria y habituado a mantener un perfil bajo frente a los poderosos de un Estado que sigue produciendo directamente un 40% del PIB y grava a las empresas con un 60% de impuesto de sociedades y continuas barreras burocr¨¢ticas.
Quejas en banquetes
Las quejas por la falta de libertad o las cr¨ªticas al poco edificante espect¨¢culo de unos dirigentes pol¨ªticos que acumulan coches y gasolina gratis a las puertas de sus casas en un pa¨ªs que apenas supera los 1.100 d¨®lares de PIB per c¨¢pita se han dejado o¨ªr incluso en las mesas de los banquetes oficiales celebrados durante la visita que los Reyes han girado al pa¨ªs durante la pasada semana. Pero pocos se atreven a poner su nombre y apellidos tras esas cr¨ªticas.
"La visita del Rey de Espa?a ha sido muy importante, pues su car¨¢cter simb¨®lico tiene un fuerte impacto. Espa?a es un modelo de integraci¨®n en Europa que podemos seguir. Espa?a puede contribuir, adem¨¢s, a evitar que la relaci¨®n con Estados Unidos se siga deteriorando y puede ayudar a Siria en la v¨ªa de las reformas y la modernizaci¨®n que convienen al pa¨ªs", declara, por ejemplo, el representante de una familia de notables de Damasco que tiene relaciones de amistad con el presidente Asad, y que, tras pens¨¢rselo dos veces, prefiere que su nombre no aparezca.
El Acuerdo de Asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea, que el Gobierno sirio se ha declarado dispuesto a firmar para finales de a?o durante la visita real, es ahora la gran esperanza blanca de todos los reformistas. Nabil Sukkar reconoce que ¨¦l no era partidario de cerrarlo mientras su pa¨ªs no hubiera desarrollado los instrumentos legales y econ¨®micos de una verdadera econom¨ªa de mercado, pero ahora ha comprendido que la asociaci¨®n a Europa es la ¨²nica palanca que puede precipitar un cambio inaplazable.
"Han hecho falta cuatro a?os para que la ley de liberalizaci¨®n bancaria, impulsada por el propio presidente Bachar el Asad, se traduzca en la creaci¨®n del primer banco privado, y eso que la ley impone un tope del 49% a la participaci¨®n de la banca extranjera. Todo ello es inaceptable", opina este economista, que considera que las reformas son urgentes porque su pa¨ªs -enfrentado a dos amenazas concretas, como un paro de m¨¢s del 20% y el agotamiento previsible de las reservas petroleras- no puede quedar a la cola del resto del mundo ¨¢rabe que ya ha optado por la econom¨ªa de mercado.
Sanciones
La amenaza m¨¢s general que esgrime Washington es un factor adicional para acelerar ese acuerdo de asociaci¨®n, ya que a Siria le conviene "aliarse con otro gran bloque para afrontar ese reto", dice Sukkar. No preocupan a este consultor ni a la mayor¨ªa de sus pares el impacto directo de unas eventuales sanciones, dado el bajo nivel de las relaciones econ¨®micas sirio-americanas, pero s¨ª el efecto de imagen negativo para la inversi¨®n extranjera que tiene la continua denuncia de Siria como Estado terrorista.
Nabil Sukkar y otros consultados consideran esa acusaci¨®n injusta e infundada. "Ham¨¢s o Yihad Isl¨¢mica son organizaciones palestinas independientes que mantienen aqu¨ª oficinas de informaci¨®n y ni siquiera reciben financiaci¨®n de Siria. Todo este asunto es s¨®lo la expresi¨®n del fracaso de la pol¨ªtica de Estados Unidos e Israel en la regi¨®n", sostiene Sukkar, que explica que el apoyo estrictamente pol¨ªtico es irrenunciable, y no por el car¨¢cter islamista de dichas organizaciones, que rechaza, sino porque son "movimientos de liberaci¨®n". "Washington nos pide que capitulemos", constata.
Pese a todo, entre los reformistas sirios, y concretamente Sukkar, se admite con realismo que Siria tiene que mantener las mejores relaciones posibles con EE UU. "Quiz¨¢s si Bush pierde las elecciones...", apuntan con esperanza. Tambi¨¦n son partidarios de que su pa¨ªs se comprometa en la reconstrucci¨®n de Irak m¨¢s de lo que lo ha hecho hasta ahora.
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