?Votar¨¦is al viejo?
Alguno de vosotros recordar¨¢ lo sucedido en las ¨²ltimas elecciones presidenciales de Francia, cuando el candidato socialista Jospin qued¨® inesperadamente eliminado en la primera vuelta, dejando como rivales ¨²nicos de la segunda al presidente en ejercicio, Chirac, y al l¨ªder del partido ultraderechista, Jean-Marie Le Pen. Hubo una movilizaci¨®n masiva en la segunda convocatoria (vot¨® m¨¢s de un 80% del censo), y Chirac gan¨® con una mayor¨ªa superior al 82%, en buena parte gracias al voto de gente que detestaba su figura pol¨ªtica y las ideas del partido conservador al que ¨¦l pertenece. Y una jugosa an¨¦cdota: en los d¨ªas previos a esa definitiva votaci¨®n corri¨® por Francia, a trav¨¦s de Internet, en los peri¨®dicos, en los pasillos de las universidades, la consigna: los progresistas ir¨ªan a votar a Chirac con un pa?uelo en la nariz, tapando as¨ª el mal olor ideol¨®gico que a ellos mismos les produc¨ªa su voto, un voto en contra del rival y no a favor del votado.
No quiero que vay¨¢is a pensar que equiparo a la candidata del PP, Esperanza Aguirre, con el racista y filonazi Le Pen. Les separa la edad, el idioma y unas cuantas capas del maquillaje, facial y mental, de 'Miss Sara Mago' (con ese nombre se refiri¨® Aguirre a la "conocida escultora portuguesa" cuando Esperanza era ni m¨¢s ni menos que ministra de Cultura). En la Comunidad de Madrid, adem¨¢s, hay varios candidatos, no s¨®lo dos, y el d¨ªa 26 el elector puede, si lo desea, votar a la derecha o a la izquierda, opci¨®n que no ten¨ªan los franceses en aquella ocasi¨®n.
Habr¨¦is notado que hablo en segunda persona del plural y utilizando el informal "vosotros". Escribo este art¨ªculo con la cabeza puesta en unos amigos m¨ªos de edades comprendidas entre los 19 y los 27, a los que quiero mucho y entiendo muy bien. Ellos siguen pensando hoy, a tres d¨ªas de la convocatoria del 26, lo que yo he cre¨ªdo todo el verano, despu¨¦s del esc¨¢ndalo Tamayo y S¨¢ez y la posterior impericia mostrada por el PSOE en el manejo de la crisis. Yo pens¨¦ que esta vez ejercer¨ªa "mi derecho a no votar", en palabras del actor y director Achero Ma?as, quien, como mis amigos, anuncia su abstenci¨®n. He cambiado de opini¨®n, y eso me mueve a escribirles a ellos este mensaje personal que de paso os dirijo a vosotros, lectores j¨®venes que segu¨ªs en la idea de no acercaros al colegio electoral el domingo.
La gente de mi edad, y en t¨¦rminos generales la mayor¨ªa de los que pasan de los cuarenta, tienen pr¨¢cticamente los mismos motivos de hartazgo y tedio de los representantes de la izquierda en esta comunidad que ten¨¦is vosotros, pero en los ¨²ltimos d¨ªas o semanas nosotros, creo, nos hemos reblandecido, y les votaremos. ?Por acomodaticios? Por memoriosos, dir¨ªa yo. ?sa, claro, no es raz¨®n que a vosotros os sirva; vosotros, en vuestro noble ¨ªmpetu, ajeno a¨²n a los usos de la memoria, cre¨¦is que la abstenci¨®n es el ¨²ltimo refugio de los rebeldes a un sistema que se preocupa m¨¢s del aparato que de la persona. Tambi¨¦n s¨¦ que en este caso hablaros de un cierre de filas ante la degradaci¨®n medioambiental y la burla de la democracia que en todo el pa¨ªs representa la gobernaci¨®n del PP no os conmueve. Pens¨¢is -mis queridos amigos de veinte a?os lo piensan- que la antigua y honrosa palabra pol¨ªtica le viene grande a todos los pol¨ªticos de hoy, pues pol¨ªticos electos en puestos altos de la candidatura del PSOE eran esos indeseables Tamayo y S¨¢ez, y pol¨ªticas fueron la decisiones marrulleras de IU de alinearse en m¨¢s de una ocasi¨®n junto al PP en las rencillas de Caja Madrid. De acuerdo pues. No utilizar¨¦ la palabra a partir de aqu¨ª. Pero os ofrezco -as¨ª lo hice esta semana con mis amigos de los que me separan treinta a?os mientras nos tom¨¢bamos unas copas- tres razones no pol¨ªticas para hacer pol¨ªtica (buena y justa pol¨ªtica, pol¨ªtica hacia delante) este pr¨®ximo domingo.
La primera es est¨¦tica, ya que sin duda Esperanza, alias Miss S. Mago, ha sido (no hablo de o¨ªdas) la m¨¢s inculta responsable de la cultura que ha pasado por este pa¨ªs. La segunda, biol¨®gica: antigua concejal, antigua ministra, antigua presidenta del Senado, antigua en los bolsos que lleva; ?no tiene esta mujer demasiadas antig¨¹edades acumuladas para representar lo nuevo? Y last, but not least: votando a Aguirre, o no dando vuestro voto a ninguno de los partidos que ofrecen alternativas sociales de izquierda, votar¨¦is por omisi¨®n a Viejo. Me refiero a Alberto L¨®pez Viejo, persona esencial en la campa?a de la candidata del PP y n¨²mero seis de su lista. ?Y qui¨¦n es ese Viejo, dir¨¦is? Muchos madrile?os le recuerdan como el barrendero furibundo de los acampados de Sintel, pero quiz¨¢s a vosotros os suene m¨¢s otra actividad suya, una de las m¨¢s rastreras de la reciente vida pol¨ªtica espa?ola: fue ¨¦l personalmente quien silenci¨® a la fuerza y sac¨® a empellones del famoso mitin de Aznar en Arganda al muchacho que hab¨ªa gritado "?No a la guerra!".
Haced memoria, aunque sea de ocho meses. Hace ocho meses andabais por las calles de Madrid bajo una pancarta que el PP de Aguirre s¨®lo deseaba ver en la basura, apartado en el que precisamente L¨®pez Viejo tiene curr¨ªculum, pues por algo fue concejal de Limpieza de Manzano (si "limpieza" y "Manzano" no son t¨¦rminos incompatibles). ?Por qu¨¦ no os anim¨¢is entonces a usar este domingo vuestro voto para mandar a lo m¨¢s viejo y retr¨®grado que hay en esta comunidad al basurero de la historia?
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