Votemos
Pasado ma?ana repetimos en Madrid unos sufragios que no nos salieron bien a la primera porque la gente vot¨® a quien no deb¨ªa y los poderes f¨¢cticos dijeron hasta aqu¨ª hemos llegado. En las democracias verdaderas gobiernan los que ganan las elecciones, aunque los contribuyentes hayan metido la pata al introducir el voto. En las democracias aparentes, cuando la realidad sale de izquierdas, se recalifica. Conozco a un tipo que trabaja en una casa de fotocopias donde hacen reproducciones de cuadros de pintores famosos. Las copias no valen dos duros hasta que las recalifica un experto. Ustedes llamar¨¢n a eso falsificaci¨®n, pero si el que tiene la sart¨¦n por el mango, que no siempre es un general (ahora parece que es un constructor), dice que la copia es el original, la copia va a misa.
Las elecciones madrile?as del domingo son una falsificaci¨®n escandalosa de las verdaderas, aunque si las gana quien las perdi¨® gobernar¨¢ con toda la cara porque las fotocopiadoras actuales hacen maravillas. No hay manera de distinguir un Modigliani verdadero de uno falso. Lo importante es que el que maneja la fotocopiadora coloque bien los pliegos y regule los tonos. El top manta ha llegado a la pol¨ªtica. Del mismo modo que resulta imposible distinguir un disco de Julio Iglesias original de una copia, tampoco hay forma de diferenciar un pol¨ªtico verdadero de uno falso. La Sociedad General de Autores dir¨¢ lo que quiera, pero una Esperanza Aguirre votada a la segunda suena tan democr¨¢tica como un Simancas votado a la primera. De todos modos, quienes se forran con estas operaciones no son los que venden los discos en la calle, sino las mafias que controlan el negocio. Lo digo porque no echen toda la culpa al chico de la fotocopia.
La izquierda no es perfecta. Comete un error a la semana, cuando no al d¨ªa o a la hora, pero utilizar esa imperfecci¨®n, que es un reflejo de la nuestra, como coartada emocional para no votar el domingo, o para votar a la copia en vez de al original, no es s¨®lo dejar el campo libre a los romeros de tejada y a los tamayos y a las s¨¢ez, sino al individuo de derechas que todos llevamos dentro. Ese sujeto, cr¨¦anme, es m¨¢s peligroso que la propia Esperanza Aguirre. Votemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.