La pol¨ªtica espect¨¢culo y Punta Umbr¨ªa
La actividad pol¨ªtica, como servicio a la sociedad, es una actividad honorable. Los ciudadanos para poner l¨ªmite a la ley del m¨¢s fuerte eligen a sus representantes que en ejercicio de esa representaci¨®n definen las reglas del juego. Todos los que tenemos alguna responsabilidad pol¨ªtica hemos de, en la medida que de nosotros dependa, transmitir a la ciudadan¨ªa que la dedicaci¨®n a la cosa p¨²blica es honrosa independientemente de la opci¨®n ideol¨®gica que cada uno represente.
La honorabilidad del ejercicio pol¨ªtico es incompatible con la descalificaci¨®n mezquina del adversario. En definitiva, no todo vale. El respeto al rival pol¨ªtico debe formar parte de las reglas del juego, y se falta a ese debido respeto cuando se intenta cubrir con el manto de la duda y de la sospecha a personas que tienen una acreditada trayectoria de honradez.
Los ciudadanos cuando depositan la confianza en un pol¨ªtico, en concreto, en los alcaldes esperan que su principal dedicaci¨®n sea resolver los problemas que m¨¢s les preocupan. Es decir que el mayor esfuerzo est¨¦ encaminado a mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de nosotros.
Por ello, produce un gran desencanto en la ciudadan¨ªa observar que, en lugar de dedicar los esfuerzos a la b¨²squeda del inter¨¦s general y del bien com¨²n, el objetivo fundamental sea desacreditar al rival pol¨ªtico o proponer su aniquilaci¨®n. Y vienen al caso estas reflexiones por lo que en los ¨²ltimos meses est¨¢ ocurriendo en la localidad de Punta Umbr¨ªa. Un alcalde reci¨¦n elegido, que, ante el reto y el esfuerzo que supone dedicarse a mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos y cumplir los compromisos adquiridos, dedica toda su actividad a descalificar a sus rivales pol¨ªticos, a tratar de desacreditarlos cubriendo con el velo de la duda a personas honorables. Para ello, se elige un tema, el Urbanismo, en el que, sin duda, la sensibilidad social est¨¢ acentuada.
Pero actitudes de este tipo tienen efectos secundarios: por una parte, los ciudadanos se sienten defraudados cuando ven que los problemas para cuya resoluci¨®n dieron su voto, no se resuelven, cuando observan c¨®mo la pol¨ªtica espect¨¢culo se convierte en el principal objetivo diario; pero, por otra parte, -y esto tambi¨¦n es especialmente grave-, aquellos inversores que est¨¢n dispuestos a emprender proyectos que generen empleo y bienestar se sienten inseguros, se aplican aquello de "cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar", y, ante la evidencia de que al riesgo que todo proyecto empresarial conlleva, se le a?ade la posibilidad de terminar ante una peculiar comisi¨®n de investigaci¨®n, donde lo que prima es el espect¨¢culo medi¨¢tico, optan por poner tierra por medio y realizar sus inversiones donde no existan riesgos a?adidos.
Se ha creado, premeditadamente, un clima de confusi¨®n y de duda que en nada favorece la atracci¨®n de inversores y de proyectos de calidad que contribuyan a la creaci¨®n de riqueza. Asistimos at¨®nitos a un espect¨¢culo medi¨¢tico de consecuencias perversas en el que se dan situaciones un tanto llamativas. As¨ª, en estos d¨ªas sabemos que a un empresario que hace unas semanas se le cit¨® para comparecer ante la comisi¨®n de investigaci¨®n, ahora es emplazado por las mismas personas, incluso ampliando los plazos, para que deposite millones de euros para emprender un proyecto, el cual previamente han desacreditado y asociado a todo tipo de maldades.
El alcalde de Punta Umbr¨ªa se encuentra ante un dilema si acepta el pago de la cantidad que vence en estas fechas, en el supuesto de que la empresa encuentre garant¨ªas suficientes para hacerlo, estar¨¢ impl¨ªcitamente reconociendo que todo el espect¨¢culo montado durante meses no ten¨ªa m¨¢s finalidad que fijar la atenci¨®n en su persona y simult¨¢neamente desgastar, sin importar las consecuencias, a los rivales pol¨ªticos. Por el contrario, si por medio de alg¨²n tipo de resoluci¨®n no permitiera el pago, no solo estar¨ªa causando un importante da?o a las arcas municipales sino que adem¨¢s, muy probablemente, se abrir¨¢ una batalla legal que paralizar¨¢ sine die el proyecto, a la vez que incrementar¨¢ la sensaci¨®n de confusi¨®n en torno al mismo.
En el ambiente de desconfianza generado no se dan las m¨ªnimas condiciones para incentivar la actividad empresarial. ?C¨®mo -insisto- las mismas personas que han desacreditado un determinado proyecto pueden garantizar el apoyo institucional a una iniciativa empresarial que define un modelo tur¨ªstico de calidad? Pero si la utilizaci¨®n perversa de los votos para aniquilar pol¨ªticamente a los rivales, en lugar de dar respuestas a las necesidades de la ciudadan¨ªa es rechazable, no lo es menos el desacreditar a las instituciones. Y es rechazable porque por este camino lo que se consigue es la p¨¦rdida de confianza en la pol¨ªtica y en el sistema que todos nos hemos dado. Tratar de implicar a la Junta de Andaluc¨ªa en un montaje que solo busca el descr¨¦dito de personas honorables no es aceptable.
La Junta de Andaluc¨ªa ha cumplido con su obligaci¨®n. Ha ejercido sus competencias y ha intervenido para encajar el proyecto tur¨ªstico en el marco de la legalidad. No es pol¨ªticamente honesto crear un ambiente de confusi¨®n y de medias verdades en el que todo nombre que aparece queda contaminado.
Esta forma de actuar, que en la reciente historia nacional hemos sufrido, descalifica a los que la practican y produce unos efectos que en nada benefician al inter¨¦s general.
Juan Jos¨¦ L¨®pez Garz¨®n es delegado del gobierno de la Junta de Andaluc¨ªa en Huelva.
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