Tres tristes travest¨ªs
Cada vez lo comprueba la propia experiencia de lector: como escribi¨® Virginia Wolf, la poes¨ªa es el ¨²nico g¨¦nero literario que existe. O, dicho de otra manera, de lo que se trata con el arte de la palabra, si es arte, es de conseguir con ella una emoci¨®n po¨¦tica, un disfrute de la palabra misma, m¨¢s all¨¢ de que cumpla meramente su cometido instrumental. Por fuera del arte literario est¨¢ el vacuo supermercado de novelas de verano, de premios editoriales, de f¨®rmulas combinatorias provenientes del marketing -equis de violencia, ye de sexo, zeta de suspenso copiado de la televisi¨®n- y queda al desnudo la f¨®rmula mec¨¢nica de producci¨®n seg¨²n demanda, hoy novela negra -o mal te?ida-, ma?ana novela hist¨®rica, ayer novela urbana.
UN TR?MITE DIF?CIL
Javier Ponce Gambirazio
Pre-Textos. Valencia, 2003
88 p¨¢ginas. 9,62 euros
Despu¨¦s de estas restas necesarias, queda un exiguo grupo de narradores que han apostado por lo m¨¢s dif¨ªcil, contar historias disfrutando, saboreando cada palabra, su ritmo, su sonido y buscando que ¨¦stos se correspondan con el contenido narrativo. A esta rara especie pertenece Un tr¨¢mite dif¨ªcil, la primera novela del joven escritor peruano Javier Ponce Gambirazio, una breve y muy medida joya del arte de narrar.
En Un tr¨¢mite dif¨ªcil los temas son r¨ªspidos; decir travestismo es ya suficientemente ¨¢spero, si bien ¨¦ste ha sido tratado por otra novela reciente, Al diablo la maldita primavera, del colombiano Alonso S¨¢nchez Baute; a este mundo marginal de "piezas de otro rompecabezas", Ponce Gambirazio le a?ade un canibalismo selectivo que no distingue, llegado el momento del banquete, entre vivos y muertos.
Contados as¨ª, travestismo y antropofagia suenan de una truculencia que no tienen en la novela y ¨¦ste es uno de sus principales m¨¦ritos, esa especie de espont¨¢nea naturalidad de la narraci¨®n que llevan en primera persona tres travestis, tres tristes travestis. Quien habla -y se trata del habla, de un atinado ejercicio escrito de una oralidad que se escapa del localismo y de la jerga de clan, pero que no pierde su car¨¢cter de coloquio-, quien habla puede ser "Divina Lima, actriz, bailarina y mujer de mundo. Y por si fuera poco una de las travest¨ªs m¨¢s bellas de este pa¨ªs. Habr¨¢s o¨ªdo hablar de m¨ª, con seguridad". O puede ser La Cadetera, que habla desde ultratumba. O puede ser La Circo; "?que por qu¨¦ La Circo? Porque mi cuerpo es el espect¨¢culo, faltaba m¨¢s".
En el mon¨®logo de La Circo, la sensibilidad con el lenguaje no se manifiesta tan s¨®lo en la medida en que lo usa para expresar la est¨¦tica camp de lentejuelas y decandencia, de marginalidad y lujo barato; tambi¨¦n se hace expl¨ªcito como tema, con su conmovedora necesidad de usar palabras "refinadas" y con esa manera incansable de ser sentenciosa: "... casi me da un jartat¨¢. ?Que qu¨¦ es un jartat¨¢? Qu¨¦ poco dominio de los idiomas extranjeros tiene usted para ser tan abogado como dice. Jartat¨¢ es ataque al coraz¨®n en ingl¨¦s. Para m¨ª las enfermedades suenan menos terribles en ingl¨¦s, porque enfermarse en castellano le da a uno la sensaci¨®n de que no va a sanar nunca". De bulto, en esta cita aparece el humor, uno de los ingredientes principales de Un tr¨¢mite dif¨ªcil: el desparpajo, la ingenuidad, hasta la intolerancia se resuelven con humor; el mismo retorcimiento de algunos momentos de la novela se salva con la risa.
Hay un fil¨®n literario que hab¨ªa quedado inexplotado desde la prosa modernista; Borges dice que Vargas Vila hizo del insulto una de las bellas artes. En los ¨²ltimos a?os, la prosa denigratoria resucit¨® de sus cenizas con otro colombiano, Fernando Vallejo. Un tr¨¢mite dif¨ªcil no es una novela furiosa pero en ella figuran algunas p¨¢ginas iracundas, principalmente contra el catolicismo, una furia salpicada de humor negro, una furia par¨®dica que convierte en sacramento el particular canibalismo de La Circo.
Es la sensibilidad con las palabras, es el humor, son la capacidad para escribir lo coloquial sin limitarlo y para darle fluidez al relato: todo esto contribuye a la maestr¨ªa de una escritura que logra abordar con naturalidad la aspereza de una historia de los submundos de la marginalidad sexual y social: "Aunque nunca consigamos formar parte de un mundo que nos rechaza y por m¨¢s que hayamos navegado de naufragio en naufragio, en el balance final nos queda la tranquilidad de haber hecho hasta lo impensable por tener buena letra con la mano izquierda, en un mundo en donde las diferencias no se aceptan, en donde lo distinto es el lugar a donde van a parar todos los odios".
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