Las falsas elecciones
Cuando volvamos a encontrarnos aqu¨ª ya tendr¨¢ presidente electo la Comunidad de Madrid, tras las elecciones falsas de ma?ana. Que sean legales no quiere decir que no sean falsas: la legalidad ampara muchas veces hechos monstruosos cuando no quiere desmontar su monstruosidad. En otras palabras, la legalidad y su hermana la legitimidad son fruto de personas que obedecen a las circunstancias a veces sin saberlo, pero la mayor parte de las veces sabi¨¦ndolo y acept¨¢ndolo. Se dice que lo de ma?ana es "una repetici¨®n" de las elecciones podridas, y no: son nuevas, se ha hecho variar el ¨¢nimo de los electores, han ocurrido cosas en el mundo y la m¨¢s espectacular para el caso, las elecciones pasadas. Aqu¨¦llas las gan¨® la izquierda; dos delincuentes legales, leg¨ªtimos, hicieron uso de sus derechos constitucionales y cambiaron el resultado. El partido perdedor les, por lo menos, acept¨® y ayud¨®, no hizo caer sobre ellos el peso de su delincuencia legal, y se ampar¨® en una moral difusa: su candidata hab¨ªa sido la m¨¢s votada y s¨®lo una coalici¨®n adversa le arrebataba el poder. A ellos les parec¨ªa que lo legal inmediato era delincuente, sobre todo, como repitieron, porque hab¨ªa una alianza con los comunistas. Hicieron ver que la rotura de la fuerza vencedora se deb¨ªa a sus manejos, a su inseguridad, a lo ficticio de las listas electorales. El fiscal general no quiso investigar, los jueces cerraron sus sumarios, los socialistas no se atrevieron a denunciar -no ten¨ªan pruebas: pero no las hay si no se investigan las evidencias- y quedaron un poco como tontos. Han salido temas de ladrillos y terru?os: la vivienda en la Comunidad ha multiplicado sus precios desde que se sabe que pueden ganar las derechas, y los usuarios de esas viviendas, sus posibles compradores, lo aceptan as¨ª. El jefe de ese partido, que ve estas elecciones como la antesala de las generales, ha entrado en guerra, anuncia guerras anticipatorias (preventivas, en el lenguaje imperial), endurece las leyes, abandona la pol¨ªtica social, rebaja la ense?anza a la categor¨ªa ¨ªnfima de la religi¨®n al tr¨¢gala, nombra a quien le va a suceder, se separa de Europa, insulta descaradamente a la oposici¨®n, deja que se cree el miedo en el ciudadano.
Y de esta forma, ma?ana se van a celebrar unas elecciones completamente falsas; para que las vuelva a ganar quien ya las gan¨® ser¨¢ necesario un enorme esfuerzo. Si no se hace, el robo se habr¨¢ culminado por las personas decentes y dentro de la ley y la democracia.
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