Alatriste, nos vemos en el cine
Arturo P¨¦rez-Reverte y Agust¨ªn D¨ªaz Yanes dialogan sobre la pel¨ªcula, que se rodar¨¢ en 2004
El capit¨¢n Alatriste es ya, probablemente, el personaje novelesco m¨¢s c¨¦lebre de la literatura moderna espa?ola. Pero el amargo asesino y espadach¨ªn creado por Arturo P¨¦rez-Reverte a lo largo de una triunfal serie de cuatro novelas (la quinta, El caballero del jub¨®n amarillo, aparecer¨¢ en noviembre) va a dar el salto a la gran pantalla, lo cual promete a?adir m¨¢s fama a su curr¨ªculo. Agust¨ªn D¨ªaz Yanes ha terminado ya el gui¨®n de la versi¨®n cinematogr¨¢fica que retratar¨¢ al justiciero del imperio espa?ol, y la pel¨ªcula (que dirigir¨¢ ¨¦l mismo) se empezar¨¢ a rodar en septiembre de 2004 con un presupuesto de 20 millones de euros y un reparto internacional y masivo que todav¨ªa no est¨¢ atado del todo. Esta semana, P¨¦rez-Reverte y D¨ªaz Yanes (que ha escrito tambi¨¦n el gui¨®n de La reina del Sur, aunque ¨¦se se rodar¨¢ en Estados Unidos y no lo dirigir¨¢ ¨¦l) se reunieron a petici¨®n de este diario y dialogaron con una mezcla de humor, erudici¨®n y entusiasmo sobre la historia de Espa?a y la esperada llegada de Alatriste al celuloide.
P¨¦rez-Reverte: "?ste es un pa¨ªs muy violento, puteado por curas, reyes y ministros"
D¨ªaz Yanes: "La Espa?a del XVII se parec¨ªa mucho a la de ahora"
Pregunta. ?C¨®mo surgi¨® la colaboraci¨®n? ?Se conoc¨ªan de antes?
P¨¦rez-Reverte. Yo le conoc¨ªa a ¨¦l de las pocas pel¨ªculas que ha hecho, y le admiraba mucho.
D¨ªaz Yanes. Nos conocimos antes de que me ofrecieran hacer el gui¨®n, cenando en San Sebasti¨¢n, y nos ca¨ªmos bien. Pasaron dos o tres a?os, me llam¨® su productor, Antonio Cardenal, para hacer el gui¨®n de La reina... y, seg¨²n lo termin¨¦, me llamaron para darme la grata noticia de Alatriste.
P. Y trag¨®.
D. Y. Y tragu¨¦, claro,
P.-R. La historia no es ¨¦sa. Cardenal le encasquet¨® el gui¨®n de La reina... para que tambi¨¦n lo dirigiera, y cuando acab¨® ese gui¨®n se me ocurri¨® que hiciera tambi¨¦n el de Alatriste. Tano era la persona ideal. Es historiador, cosa que poca gente sabe, ha le¨ªdo mucho, es un t¨ªo culto, sabe lo que es Lepanto, el Conde Duque [de Olivares] y el Siglo de Oro, se puede hablar con ¨¦l de cualquier cosa. As¨ª que cogi¨® Alatriste, se lo empap¨®, nos dio una escaleta del gui¨®n y Cardenal se cag¨® vivo. Pens¨® que iba a ser una lata interminable, porque Tano cogi¨® las cinco novelas y construy¨® la historia con ellas.
P. ?Las cinco?
D. Y. Bueno, en principio las cuatro primeras, pero luego Arturo me iba pasando cap¨ªtulo a cap¨ªtulo la quinta. Yo ten¨ªa el problema de que quer¨ªa contar toda la vida del personaje, cosa que Arturo todav¨ªa no ha hecho, porque s¨®lo ha contado de 1616 hasta 1624, aunque ha ido dando pistas sobre lo que le pasar¨¢ de mayor...
P.-R. ?Eso se llama prolepsis!
D. Y. ?Eso, prolepsis, s¨ª!
P.-R. Anunciar cosas del futuro del personaje. Tano me pidi¨® permiso para llegar hasta 1643, que es cuando Alatriste muere en Rocroi [sangrienta batalla entre las tropas francesas y los tercios espa?oles llegados desde Flandes, que acab¨® con la hist¨®rica derrota espa?ola y la muerte de 8.000 de sus hombres]. Y no tuve m¨¢s cojones que decirle que s¨ª. As¨ª que ¨¦l iba sacando de lo ya escrito, pero adem¨¢s qued¨¢bamos y le contaba m¨¢s cosas, y as¨ª fuimos desarrollando el personaje.
D. Y. Su vida completa.
P. ?Entre los dos?
P.-R. No, la verdad es que yo intervine muy poco. El problema con las adaptaciones no es que la pel¨ªcula se parezca al libro, sino que capte el esp¨ªritu del personaje, y enseguida me di cuenta de que Tano hab¨ªa asumido perfectamente su amargura, hab¨ªa entendido que Alatriste es un hijo de puta en un pa¨ªs de hijos de puta, un asesino pero con sus c¨®digos de honor propios. No quer¨ªa que Alatriste fuera un espadach¨ªn saltar¨ªn, sino un tipo oscuro y digno a su manera. Adem¨¢s, la pel¨ªcula debe tener acci¨®n, claro, y tiene una acci¨®n impresionante, pero Tano no ha ca¨ªdo en el miedo que yo ten¨ªa: no se recrea, tiene hallazgos cojonudos pero sigue adelante con mucho ritmo, narra la aventura con mucha lucidez, y hace una radiograf¨ªa de lo m¨¢s oscuro y luminoso de la Espa?a del XVII. De la de entonces y de la de ahora.
P. ?Se parecen tanto?
D. Y. En la facultad de Historia siempre nos dec¨ªan que la Espa?a del XVII era igual a la del XX, y ahora vemos que a la del XXI lo sigue siendo. Es f¨¢cil encontrar concomitancias sin forzar mucho la mano, y aunque yo no soy el m¨¢s indicado para decirlo, la pel¨ªcula se ve como un reflejo de la sociedad de ahora. Alatriste es un h¨¦roe moderno, esa cosa est¨²pida que se dice tanto ahora.
P.-R. Me gusta mucho que el gui¨®n explique la Espa?a actual, ley¨¦ndolo se entienden muchas cosas. Pero la verdad es que al principio Tano estaba acojonado...
D. Y. Es que todo el mundo ha le¨ªdo Alatriste. Salvo la gente del cine, que es otra cosa, todo el mundo tiene su protagonista, su ambientaci¨®n, su reparto ideal. Los del cine se limitan a decir: "?Pero t¨² crees que eso se puede llevar al cine?". "?Lo har¨¢s muy bien, no, como los ingleses?".
P.-R. "?Esa peli no la puedes levantar, es car¨ªsima!".
D. Y. La verdad es que fue complicado escribirla, estuve cinco meses en ello, pero me lo pas¨¦ muy bien.
P. ?Y qu¨¦ cosas creen que permanecen en la Espa?a de ahora de la del siglo XVII?
P.-R. La mala leche, la envidia, la violencia. Espa?a sigue siendo un pa¨ªs de gente muy violenta. Si tuvi¨¦ramos licencias de armas como los estadounidenses, la gente se matar¨ªa en los sem¨¢foros por una discusi¨®n de tr¨¢fico. Antes sacaban la espada a la primera, ahora sacar¨ªan la pipa. Es un pa¨ªs puteado por sus reyes...
D. Y. Por sus curas...
P.-R. Y por sus ministros. Un pa¨ªs de una mala leche antigua.
D. Y. Y la estratificaci¨®n de clases sigue siendo igual. Por ejemplo, ser ministro de Asuntos Exteriores sin tener un apellido compuesto es imposible.
P.-R. ?Yo podr¨ªa serlo!
D. Y. ?Yo no! Pero el caso es que sigue habiendo la misma merd¨¦ que en el XVII.
P.-R. Por ejemplo, el af¨¢n de aparentar. Antes era ser hidalgo, salir con espada a la calle para fardar, no trabajar, no pagar impuestos, tener un coche de caballos; ahora siguen sin pagar impuestos pero tienen un Mercedes...
D. Y. Lo cumplen a rajatabla...
P. ?Y todo eso est¨¢ en el gui¨®n?
D. Y. Se trataba de sacar todo eso en un gui¨®n de 110 p¨¢ginas. Por eso yo creo que los guiones tienen que leerse como novelas, en vez de destruir las buenas novelas.
P.-R. ?En eso tengo yo bastamte experiencia! Soy realmente un especialista en que me destrocen las novelas en el cine. La mejor pel¨ªcula, yo creo, es El maestro de esgrima, de Pedro Olea. Entiende bien el personaje, y a partir de ah¨ª desarrolla la pel¨ªcula.
D. Y. Lo capt¨® muy bien, s¨ª.
P. Y el hecho de que el gui¨®n de la pel¨ªcula llegue hasta la muerte de Alatriste, ?no condiciona la escritura de las pr¨®ximas entregas?
P.-R. No creo. Lo que s¨ª hacen esos 20 a?os es permitir a Tano jugar con la decadencia del imperio. Est¨¢ bien que se sepa que Espa?a fue la primera potencia mundial, como lo es ahora Estados Unidos, que domin¨® la lengua, la econom¨ªa, los ej¨¦rcitos, que tuvo acojonao incluso al Papa, lo cual me parece bien. Pero es mejor que se vea tambi¨¦n c¨®mo fue la ca¨ªda, porque en esos 20 a?os hubo traiciones, amistades rotas, m¨¢s mutilados, m¨¢s mendigos, una vida m¨¢s oscura... Ese desmoronamiento f¨ªsico y moral del imperio est¨¢ muy bien reflejado en el gui¨®n y da m¨¢s profundidad a la pel¨ªcula.
P. Y supongo que tambi¨¦n m¨¢s presupuesto. ?Le asusta eso al director?
D. Y. Cuando empezamos, ya sab¨ªamos que hab¨ªa que ambientar bien la ¨¦poca, contar las batallas, ense?ar Flandes, Rocroi... Pero el director es siempre un irresponsable nato. Al principio te asusta un poco, pero yo he hecho una pel¨ªcula cara y otra barata, y cuando empiezas te da igual todo. Es lo mismo. O eso espero. M¨¢s que lo caro que sea, me preocupa que, cuando haces una pel¨ªcula cara, en Espa?a todo el mundo te mira mal.
P.-R. Pero yo creo que es la primera vez que no hay que insistir a nadie para poner dinero. Todos dijeron que s¨ª a la primera.
P. ?Y el autor piensa ir mucho por el rodaje?
P.-R. Nunca voy, pero ir¨¦ alg¨²n d¨ªa. Son todos amigos. El gran desaf¨ªo era rodarlo en espa?ol, y eso, afortunadamente, lo hemos conseguido.
D. Y. Hubiera sido un disparate rodarla en ingl¨¦s. Pat¨¦tico.
P.-R. Aunque habr¨¢ que doblar a alg¨²n actor, porque el reparto es franc¨¦s, espa?ol, de Estados Unidos, quiz¨¢ alg¨²n italiano... ?No?
D. Y. Y alg¨²n mexicano, ya me conoces.
P.-R. Aquello era el imperio y no hay que olvidarlo: hab¨ªa gente de todo el mundo. Mexicanos, flamencos, italianos, franceses...
D. Y. Pel¨ªcula multiling¨¹e.
P. ?Rodar¨¢n en Toledo?
D. Y. Toledo siempre est¨¢ bien, pero supongo que tambi¨¦n iremos a Andaluc¨ªa, al estudio, a Madrid, y a Asturias para hacer Flandes.
P. Las batallas...
D. Y. Necesitamos 10.000 extras. Aunque me parece que con eso no llenaremos y tendremos que meter algo digital.
P. ?Y ha tenido que hacer muchas renuncias por el metraje?
D. Y. No, me hubiera gustado mucho sacar un episodio de la segunda novela, ense?ar mejor la Inquisici¨®n, y aunque sale un poco el gran inquisidor, lo tuve que dejar ah¨ª porque me hubiera ido a las seis horas. Y queremos que dure dos horas y cuarto.
P. ?Creen que tendr¨¢ el Alatriste del cine m¨¢s gancho a¨²n que el de las novelas?
P.-R. Es un error vincular pel¨ªculas y novelas. La novena puerta, de Polanski, basada en El Club Dumas, fue un pelotazo de taquilla, pero la ¨²ltima parte no ten¨ªa nada que ver con la novela. Quiz¨¢ porque me han dado muchas leches en el cine, me gusta pensar que la pel¨ªcula es independiente. A veces, fijarse mucho en la novela lastra, perturba y dificulta al espectador de cine. El talento de Tano es ¨¦se, que ha hecho cine olvid¨¢ndose de la novela. En las adaptaciones suele haber dos errores: hacer la pel¨ªcula de nuevo, de la nada, o ser demasiado fiel. Y ¨¦l no cae en ninguno de los dos extremos.
D. Y. Ya veremos. Esperemos que funcione el m¨¦todo Coppola. En el DVD de El Padrino explica c¨®mo se meti¨® en la novela. Dice que iba pegando p¨¢ginas en un cuaderno muy grande, subrayando lo que le interesaba y tomando notas. Yo lo hice igual, y me sirvi¨® mucho. Es un m¨¦todo fant¨¢stico, luego das un vistazo a los apuntes y, como Alatriste es una saga, ves la pel¨ªcula entera.
P.-R. Pero te diste una paliza de cojones.
D. Y. S¨ª, estuve un poco obsesionado, la verdad. As¨ª que ya no lo toco m¨¢s hasta que empiece a trabajar con los actores. Ellos son los que mejor cambian los guiones. Porque si un gui¨®n lo retocas mucho o lo tocan otros guionistas, pasa lo que pasa, que Alatriste, en vez de ser un hombre, acaba siendo una mujer.
P.-R. Yo, desde luego, no toqu¨¦ nada, ?eh? S¨®lo una palabra.
D. Y. S¨ª. Se?ora por excelencia. Soy nulo para los tratamientos.
P. ?Y ha sido dif¨ªcil trasladar el lenguaje del Siglo de Oro?
D. Y. Es como el de Arturo, pero rebaj¨¢ndolo un poco para que el que lo escuche se meta en la ¨¦poca, pero lo entienda. El ¨²nico l¨ªmite era no usar palabras posteriores al XVIII, y de eso se ha cuidado el Covarrubias.
P.-R. Menos la escena de la c¨¢rcel, cuando hablan en german¨ªa. Eso habr¨¢ que subtitularlo.
D. Y. S¨ª, oyendo tu discurso en la Academia me di cuenta de que eso hay que subtitularlo.
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