Bolonia, ?el cambio por el cambio?
El 19 de junio de 1999, los ministros de Educaci¨®n de 29 pa¨ªses europeos firmaron en Bolonia (Italia) una declaraci¨®n con tres objetivos fundamentales: 1) que las universidades europeas adquieran un grado de atracci¨®n mundial; 2) adoptar un sistema de titulaciones f¨¢cilmente comprensible y comparable, y 3) poner en marcha un sistema universitario basado esencialmente en dos ciclos: diplomatura y licenciatura. Un objetivo este ¨²ltimo que ya cumplimos en Espa?a al existir, como es sabido, estudios universitarios de grado medio y superior.
Sorprendentemente, bajo pretexto de esta declaraci¨®n, se pretende realizar en nuestro pa¨ªs unos cambios en el esquema actual que nos han movido a algunos directores de escuelas superiores de ingenieros a hacer p¨²blica nuestra opini¨®n, conscientes de la importancia de mantener algo que sirve a una realidad empresarial que demanda perfiles diferenciados.
Resulta llamativo, desde el punto de vista de las ingenier¨ªas, que se vea como un logro acortar los estudios
Aprovechar la Declaraci¨®n de Bolonia para copiar el sistema americano es no haber entendido la situaci¨®n
Intentemos analizar el esp¨ªritu de Bolonia. El 25 de mayo de 1998 se re¨²nen en la Universidad de la Sorbona (Par¨ªs) los ministros de Educaci¨®n de Francia, Reino Unido, Italia y Alemania. En la Declaraci¨®n de la Sorbona recalcan la intenci¨®n de que, "siempre respetando nuestra diversidad", se puedan establecer comparaciones y equivalencias de t¨ªtulos acad¨¦micos exclusivamente en cuanto a prop¨®sitos profesionales.
En Bolonia se redacta m¨¢s tarde la Declaraci¨®n Conjunta de los Ministros Europeos de Educaci¨®n a que alud¨ªamos al principio. Recogiendo las ideas introducidas en la Sorbona, se reclama "la creaci¨®n del ?rea Europea de Educaci¨®n Superior como v¨ªa clave para promocionar la movilidad de los ciudadanos y la capacidad de obtenci¨®n de empleo", comprometi¨¦ndose a:
1. La puesta en marcha del "Suplemento del Diploma" -algo as¨ª como una explicaci¨®n de los estudios realizados para que sean f¨¢cilmente comparables-.
2. La adopci¨®n de un sistema de ense?anza basada en dos ciclos fundamentales.
3. El establecimiento de un sistema de cr¨¦ditos que facilite la movilidad de los estudiantes.
4. La eliminaci¨®n de obst¨¢culos que impidan el libre intercambio.
5. El aseguramiento de la calidad.
6. La promoci¨®n de la cooperaci¨®n entre instituciones, esquemas de movilidad, dise?o curricular, programas de estudio e integraci¨®n de la formaci¨®n e investigaci¨®n.
Los firmantes dicen textualmente: "Nos comprometemos a conseguir estos objetivos -dentro del contexto de nuestras competencias institucionales, y respetando plenamente la diversidad de culturas, lenguas, sistemas de educaci¨®n nacional y de la autonom¨ªa universitaria- para consolidar el ¨¢rea europea de educaci¨®n superior".
En mayo de 2001 tuvo lugar en Praga (Rep¨²blica Checa) una nueva reuni¨®n de ministros relacionados con educaci¨®n superior. En ella analizaron los seis objetivos del proceso de Bolonia y, como era de esperar, se felicitaron por su buen desarrollo, sum¨¢ndose a esta iniciativa otros tres pa¨ªses m¨¢s.
El 19 de septiembre de este a?o, en Berl¨ªn (Alemania), ya son 40 los pa¨ªses adheridos al Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior, enfatizando la importancia de facilitar la movilidad de estudiantes e investigadores de modo que se creen los mecanismos para reconocer los t¨ªtulos y grados alcanzados.
Si ahora volvemos la mirada a nuestro pa¨ªs, quienes estamos al frente de centros universitarios nos encontramos en una situaci¨®n de perplejidad que dista mucho de la alegr¨ªa de las fotos de familia de nuestros pol¨ªticos.
La Ley de Reforma Universitaria (LRU) nos llev¨® a implantar, a comienzo de los a?os noventa, las nuevas titulaciones con el sistema de cr¨¦ditos y semestres y la reducci¨®n en la duraci¨®n de los estudios. Como es f¨¢cil imaginar, supuso un complejo cambio que oblig¨® a replantear materias, temarios y profesorado para intentar acomodar la formaci¨®n de nuestros alumnos a la LRU sin merma de la calidad docente. La reforma de planes de estudio se fue implantando con mayor o menor ¨¦xito, pero con disfunciones. Tantas, que enseguida fue necesario volver a modificar los planes.
As¨ª las cosas, se implanta la LOU. Con ella, la Universidad estatal espa?ola vuelve a sufrir las convulsiones que generan cambios de estatutos, nuevos rectores y un largo sinf¨ªn de etc¨¦teras.
Sin estar a¨²n totalmente acomodados a la nueva ley, se nos anuncia que la Declaraci¨®n de Bolonia ha de ser implantada. Para ello surge un documento-marco y el 29 de mayo la ministra presenta los borradores de decreto de grado y posgrado. Paralelamente, la Aneca propone la creaci¨®n de comisiones para definir los libros blancos de las futuras titulaciones, convocatoria planteada con un margen de 20 d¨ªas. El reciente 25 de septiembre el ministerio difunde nuevos borradores de grado y posgrado, modificando los de mayo.
Quiz¨¢ esta enumeraci¨®n resulte histri¨®nica, pero ciertamente nos sentimos atropellados por decisiones pol¨ªticas que generan cambios m¨¢s deprisa de lo que una instituci¨®n multisecular como la Universidad puede digerir sin deterioro de su funci¨®n esencial, que, no lo olvidemos, es la formaci¨®n de personas.
Pensamos que los pol¨ªticos est¨¢n para resolver problemas y no para generarlos. Nuestra impresi¨®n es que siempre hay aspectos que mejorar, pero no es posible hacer continuamente tabula rasa y empezar desde cero, como si todo estuviera mal. En nuestro caso concreto, nadie puede decir que nuestros ingenieros est¨¦n peor formados que los europeos o norteamericanos; antes bien, la apreciaci¨®n de quienes son contratados por empresas extranjeras o acceden a los estudios de doctorado en el extranjero nos hace pensar lo contrario.
Aprovechar Bolonia y su implantaci¨®n para, en definitiva, copiar el sistema americano en la Universidad espa?ola es no haber entendido lo que es Bolonia. Hemos estudiado a fondo los acuerdos y siempre se plantea la creaci¨®n de un ¨¢rea europea de ense?anza superior que facilite la movilidad respetando la diversidad. Se trata de buscar modos administrativos para que los estudios ya existentes sean comprensibles y comparables, y no de romper el sistema actual imitando un modelo que a algunos, deslumbrados, les parece excelente. Copiar la forma, sin importar el entorno social y cultural, es como copiar un cuerpo sin alma: el resultado es un cad¨¢ver. Cad¨¢ver fue el sistema implantado por la LRU, remedo del modelo universitario anglosaj¨®n de estructura departamental.
En el caso de las ingenier¨ªas, no vemos l¨®gico lo que se ha vendido a la sociedad a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n: las carreras pasan todas a cuatro a?os y las ingenier¨ªas t¨¦cnicas desaparecen de la Universidad.
La empresa espa?ola -a la que nos consta que no se ha consultado- demanda ingenieros t¨¦cnicos e ingenieros superiores. Se alega que la diferencia entre unos y otros estar¨¢ en el posgrado que algunos realizar¨¢n. Pensamos que en este punto hay un tema de m¨¢s calado: la formaci¨®n de quien tiene que asumir el "c¨®mo" se hacen las cosas para dar una respuesta tecnol¨®gica inmediata ha de ser formaci¨®n aplicada, radicalmente distinta de la de quien ha de plantearse el "porqu¨¦", y esa diferencia no se solventa con unos estudios de posgrado, sino, por el contrario, recibiendo este ¨²ltimo una excelente formaci¨®n b¨¢sica en los primeros cursos. Cuatro a?os de formaci¨®n b¨¢sica son correctos si se quiere obtener un ingeniero que se plantee los "porqu¨¦s" y que en el posgrado obtendr¨¢ la formaci¨®n tecnol¨®gica espec¨ªfica. Una formaci¨®n que, adem¨¢s, se demuestra ef¨ªmera y cambiante.
Resulta llamativo, siempre desde el punto de vista de las ingenier¨ªas, que se trate de ver como un logro acortar los estudios. James M. Tien, vicepresidente del IEEE, dice recientemente (The Institute, junio de 2003, volumen 27, n¨²mero 2, p¨¢gina 15) acerca de educaci¨®n en ingenier¨ªa: "Propongo reestructurar los grados de pregrado y posgrado del sistema de Estados Unidos hacia un programa orientado profesionalmente y basado en los cinco a?os del modelo europeo tal como el Diplomingeniur de Alemania". Compru¨¦bese c¨®mo, siendo modelo para Estados Unidos, queremos imitarles en lo que ellos consideran que no funciona correctamente. Nos estamos empe?ando en ir en el sentido equivocado.
No aprovechemos los acontecimientos administrativos para hacer reformas bald¨ªas. Recuerden que la sociedad del futuro depende de la formaci¨®n que reciban los universitarios de hoy, y con la educaci¨®n, a cualquiera de sus niveles, no se juega.
Firman conjuntamente este art¨ªculo Carlos Vera, director de la ETS de Ingenieros Industriales de Madrid (Universidad Polit¨¦cnica de Madrid); Ferran Puerta, director de la ETS de Ingenieros Industriales de Barcelona (Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a); Juan Jaime Cano, director de la ETS de Ingenieros Industriales de Valencia (Universidad Polit¨¦cnica de Valencia); Javier Muniozgure, director de la ES de Ingenieros de Bilbao (UPV/EHU); Federico Paris, director de la ES de Ingenieros de Sevilla (Universidad de Sevilla), y Carlos Bastero, director de la ES de Ingenieros de San Sebasti¨¢n (Universidad de Navarra)
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