Los sue?os de Ander Vilari?o
El piloto, de 23 a?os, negocia con varios patrocinadores para dar el salto a la F-1 el a?o pr¨®ximo
Ander Vilari?o naci¨® programado para pilotar b¨®lidos. El padre de su padre, un loco del motor, nunca tuvo la oportunidad de dedicarse a ello. Eran otros tiempos. Pero inocul¨® ese virus a su hijo, Ander Vilari?o, que inici¨® su carrera deportiva en cuanto cumpli¨® la mayor¨ªa de edad y desde entonces se ha proclamado cuatro veces campe¨®n de Europa y de Espa?a en la especialidad de Monta?a. Tambi¨¦n puede decir que ha participado en las 24 horas de Le Mans.
El gen de la velocidad es hereditario, y el siguiente en la saga, Ander, no tuvo que esperar hasta los 18 a?os para pilotar una m¨¢quina de correr. Como quien dice, naci¨® subido a un kart. Ten¨ªa 3 a?os y medio cuando, estando en Asturias, lo prob¨® por primera vez. Lo recuerda vagamente: "Los mayores me adelantaban. Me fij¨¦ que tocaban algo -luego supe que era la carburaci¨®n- y corr¨ªan m¨¢s, as¨ª que yo tambi¨¦n lo hice. Me acuerdo de la sensaci¨®n de miedo. Enseguida me par¨® el due?o del circuito, grit¨¢ndome '?pero qu¨¦ haces?". La respuesta es: comenzar, sin saberlo, una carrera mete¨®rica.
Ander Vilari?o hijo ha quemado etapas r¨¢pidamente. Ha elegido una variante distinta a la de su padre. Ha preferido los f¨®rmulas, "el camino m¨¢s dif¨ªcil y podr¨ªa decirse que elitista". Pero el m¨¢s medi¨¢tico. De ganar el volante Elf pas¨® enseguida a entrenarse en Francia, en la f¨®rmula Renault, y de ah¨ª a proclamarse campe¨®n de Espa?a de F-3. "El tiempo pasa volando, demasiado r¨¢pido", admite. "Me hubiera gustado saborear m¨¢s cada momento". Aunque no todo han sido ¨¦xitos. Tambi¨¦n conoci¨® el lado oscuro del automovilismo: los accidentes. En 1997 se fractur¨® la tibia y el peron¨¦, y se perdi¨® medio a?o de competici¨®n.
Ander, que en diciembre cumplir¨¢ 24 a?os y est¨¢ a falta de tres asignaturas para terminar la carrera de Econ¨®micas, se ha asentado en los ¨²ltimos dos a?os en las World Series, la categor¨ªa inmediatamente inferior a la gran meta de todos los pilotos, la F-1. El a?o pasado le nombraron novato del a?o, y ¨¦ste ha conseguido una pole position y dos podios. Un balance similar al que Fernando Alonso, el gran atractivo espa?ol de la F-1, logr¨® antes de dar el salto. A Vilari?o no le gusta compararse, aunque resulte inevitable.
Su situaci¨®n actual es la siguiente: "Puede haber 10 o 12 aspirantes para cuatro o cinco plazas de probador en un equipo. Como el nivel competitivo es similar, quien aporta dinero se lleva el puesto. Luego, una vez que has llegado, hay que demostrar que vales".
Ah¨ª entra el mundo de los patrocinadores. Alonso, al igual que Marc Gen¨¦ y Mart¨ªnez de la Rosa, contaron con fuertes apoyos (Telef¨®nica y Repsol). Vilari?o no se siente tan respaldado, ni por los circuitos espa?oles, ni por la federaci¨®n, ni por los poderes f¨¢cticos del automovilismo. "No estoy en su cuerda", explica. Pero prefiere no pensar en ello, sino en c¨®mo buscar una salida. Ha encontrado un proyecto, llamado Epsilon Euskadi, donde aportan dinero la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, la Universidad de Mondrag¨®n (a cambio de formaci¨®n para ingenieros e investigaci¨®n de materiales) y "en breve se a?adir¨¢ otro patrocinador importante", asegura el piloto. Tambi¨¦n la Real Sociedad colabora con ¨¦l. Vilari?o cree posible el empuj¨®n para el a?o pr¨®ximo. Ambici¨®n no le falta: "Si no pensara que no puedo ser el mejor del mundo, no me dedicar¨ªa a esto".
...Y ahora ?ngela
La familia Vilari?o pasa m¨¢s de media vida montada sobre prototipos y barquetas, y las mujeres no son una excepci¨®n. ?ngela, hija de Andr¨¦s y hermana de Ander, debut¨® hace un mes de manera oficial en la modalidad de Monta?a, la misma que ha dado los mayores triunfos a su padre. Con tan s¨®lo 18 a?os, ?ngela se ha convertido en la primera mujer espa?ola que participa en una competici¨®n de estas caracter¨ªsticas.
En la primera prueba, en Montecalvo (Durango), no pudo competir con su padre por falta de infraestructura en el equipo, pero s¨ª coincidieron en la segunda carrera, en la Subida a Urbasa. All¨ª, Andr¨¦s logr¨® una nueva victoria, mientras que su hija termin¨® en el noveno puesto.
Sin apenas tomar contacto con la competici¨®n, ya se ha fijado unas metas ambiciosas: participar en el Campeonato de Espa?a de 2004 y, en tres a?os, en el Europeo.
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